Un sonriente Jair Bolsonaro anunció este sábado 25 de julio que ha superado el contagio de Covid-19 al sostener que había dado negativo en un test, sin dar detalles sobre dicha prueba. El mandatario brasileño insiste en ir a contravía de las recomendaciones aceptadas, en particular el uso del nasobuco y el tratamiento con cloroquina. Y, sin embargo, mejoró su imagen pública según los sondeos.
Bolsonaro confirmó el pasado 7 de julio que había dado positivo, y prácticamente cada semana se aplicó una nueva prueba. Este sábado, tras dar a conocer que había superado la enfermedad, el mandatario paseó en motocicleta sin usar el nasobuco por las calles de Brasilia.
Entretanto, fotógrafos captaron días atrás como un Bolsonaro, en teoría convaleciente, conversaba en las afueras de la residencia presidencial con otras personas sin hacer uso de esta medida de protección, ampliamente recomendada como la prevención principal para evitar el contagio.
A través de su cuenta en Twitter, el presidente de Brasil apareció con una caja de hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria. Bolsonaro le atribuyó su recuperación a este fármaco pese a la falta de evidencia científica sobre su efectividad. Su Gobierno quiere impulsar el uso extendido de la cloroquina en momentos en que el gigante sudamericano está duramente afectado por la pandemia.
Brasil suma 2,3 millones de casos de coronavirus y más de 85.000 muertes y en ambos casos es el segundo país más afectado del mundo, superado solamente por EEUU. Inicialmente, Bolsonaro le restó importancia al Covid-19 y tomó decisiones que le confrontaron con sus colaboradores sanitarios en medio de la pandemia.
Las autoridades sanitarias, entretanto, han autorizado a que ciudadanos brasileños de forma voluntaria sean parte de las pruebas para alcanzar una vacuna contra el coronavirus.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) autorizó el ensayo clínico en Brasil de la vacuna de la Universidad Oxford, en asociación con la biofarmacéutica AstraZeneca.
De forma simultánea, Brasil se convirtió el 21 de julio en el primer país en iniciar las pruebas en fase tres de la vacuna china contra el coronavirus, según confirmara el laboratorio Sinovac Biotech.
Bolsonaro ha mostrado tal apertura en aras de contar con vacunas entre los primeros países del globo. El presidente está obsesionado con evitar que el coronavirus sume al país en una profunda recesión, dado que tal escenario le colocaría en una situación comprometida.
Contra Bolsonaro hay varios pedidos de impeachment en el Congreso, lo cual podría llevar a un proceso de destitución del presidente. Según analistas, los diputados sopesan el momento y las condiciones para avanzar con este procedimiento, ante el cual el mandatario no posee mayoría parlamentaria que pueda frenarlo.
Las controvertidas posiciones de Bolsonaro, sin embargo, parecen darle buenos frutos en materia de opinión pública. Dos encuestas recientes muestran un repunte de su popularidad. El semanario Veja publicó el 24 de julio resultados de un sondeo que lo coloca a la cabeza de la primera vuelta de una hipotética elección presidencial, con un tercio de los votos.
Si bien las elecciones están aún distantes, en 2022, los brasileños apoyarían la relección de Bolsonaro en una segunda vuelta frente a cualquier candidato, incluyendo al expresidente de izquierda Lula da Silva o al exministro de Justicia y exjuez anticorrupción Sergio Moro, hasta hace poco aliado del mandatario.
En otro estudio, publicado el 23 de julio por el portal especializado Poder360, un 43% aprueba la labor del Gobierno, frente a un 40% hace dos semanas. Según estas estadísticas, la convalecencia de Bolsonaro le ha favorecido ante la opinión pública.
