El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció la prohibición de la participación de Huawei en la red 5G del país a partir de 2027, en una decisión histórica que irritará a Pekín pero agradará al presidente Donald Trump ahora que Estados Unidos lidia con el ascenso económico y tecnológico de China, informó la agencia Reuters.
Washington había presionado a Johnson para revertir la decisión anunciada en enero, que le permitía un papel limitado a Huawei en la construcción de la red 5G del país, mientras que Londres está molesto por la represión en Hong Kong y la percepción de que China no dijo toda la verdad sobre el coronavirus.
El Consejo de Seguridad Nacional británico, dirigido por Johnson, se reunió este martes para hablar sobre Huawei. El secretario para los medios, Oliver Dowden, anunció que las empresas de telecomunicaciones británicas deberán haber eliminado cualquier participación del gigante tecnológico chino Huawei en las nuevas redes 5G a partir de 2027.
Además de esa restricción, el Gobierno británico decidió prohibir la compra de nuevo material de esta empresa a partir del próximo 1 de enero.
La excusa inmediata para el giro en la política británica es el impacto de las nuevas sanciones estadounidenses en la tecnología de los chips, que según Londres afecta a la capacidad de Huawei de seguir siendo un proveedor confiable en el futuro.
Tras conocer la intención de veto, Huawei UK pidió al Gobierno británico que "reconsidere" su "decepcionante" decisión de excluir a la compañía china del desarrollo de la red 5G en el país, y descartó que las sanciones de Estados Unidos vayan a afectar a su cadena de suministro.
En un comunicado, Ed Brewster, portavoz de la filial británica de la empresa de telecomunicaciones, dijo que la medida anunciada por el Ejecutivo conservador es "una mala noticia" para el que tenga un teléfono móvil en el Reino Unido.
Al ser preguntado sobre Huawei en junio, Johnson dijo que protegerá la infraestructura crítica de los "vendedores estatales hostiles". El secretario de Justicia, Robert Buckland, dijo el lunes que la "prioridad" en la decisión será la seguridad nacional.
La sueca Ericsson y la finlandesa Nokia, los dos principales rivales de Huawei y por tanto los grandes beneficiarios de la decisión británica, rechazan la estimación de costes y de riesgos que hacen los operadores y aseguran que están listos para equipar las redes británicas y hacerlas plenamente funcionales si se decide sustituir los equipos.
También en esta decisión pueden haber influido las presiones ejercidas por diferentes figuras del país europeo, como el exdirector del servicio de Inteligencia, Richard Dearlove, quien afirmó que la empresa de telecomunicaciones mantiene "una estrecha relación" con el Ejército chino.
Dearlove, que dirigió el MI6 entre 1999 y 2004 aseguró que Huawei no es una "compañía internacional de telecomunicaciones ordinaria" sino "una parte íntima del Estado chino, del Ejército chino".
En el caso de Cuba, que mantiene amplias relaciones comerciales con China, se conoce que todos los puntos Wi-Fi de acceso a internet utilizados en el país emplean la tecnología de la compañía Huawei.
Tras conocerse las sanciones decretadas por Estados Unidos a la empresa asiática, el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, expresó que Huawei "contará con toda la solidaridad cubana” y tendrán "abiertas las puertas de nuestra economía y encontrarán en Cuba oportunidades de negocios adicionales".