La cifra de fallecidos por el nuevo coronavirus en Nicaragua se elevó este martes a ocho y la de contagiados a 25, según Carlos Sáenz, secretario general del Ministerio de Salud.
Antes de este último parte, Nicaragua, con 6,5 millones de habitantes, solo había confirmado 16 casos positivos y cinco muertes, lo que arrojaba una tasa de mortalidad del 31,25%, la más elevada de la región y una de las mayores del mundo. Con la actualización de los datos, esta tasa subió al 32%.
La falta de rigor en el manejo de los datos, que suelen ser actualizados por el Gobierno a lo sumo una vez por semana, ha generado importantes cuestionamientos sobre la fiabilidad de estos.
El Observatorio Ciudadano Covid-19, organización autónoma, ha contabilizado hasta el momento 1.033 casos de contagios, de los cuales 122 son profesionales de la salud, y calcula 188 muertes por enfermedades respiratorias agudas que podrían estar relacionadas con el coronavirus.
Nicaragüenses citados por la agencia AP han mencionado entierros exprés y la negativa de los hospitales a revelar la causa de la muerte de pacientes que ingresaron con problemas respiratorios.
El médico Álvaro Ramírez, conocido por haberse desempeñado como jefe de Epidemiología durante la revolución sandinista, dijo en una transmisión de Facebook Live desde su residencia en Irlanda que la cifra de infecciones en Nicaragua es muy superior a la oficial. Según sus estimaciones, en las próximas dos semanas se podría alcanzar los 18.000 contagios.
En los últimos días han surgido numerosos rumores en la población, alimentados por la presencia de hombres vestidos con trajes blancos que transportan ataúdes en camionetas. También periodistas han denunciado que hospitales y cementerios están siendo vigilados por policías y partidarios del Gobierno.
La gestión de la pandemia por parte de Daniel Ortega ha sido calificada por muchos como opaca y peligrosa. El martes, Ciro Ugarte, director de Emergencias de la Organización Panamericana de la Salud, mostró su preocupación sobre la situación del país centroamericano.
"Nicaragua es el único país o territorio en las Américas donde el tipo de transmisión es indeterminado, de acuerdo a nuestros reportes", expresó Ugarte en una videoconferencia.
"Como ustedes recuerdan, hace más de un mes la OPS expresó su preocupación respecto a las pruebas, respecto al seguimiento de contactos, el reporte de los casos, y esas preocupaciones siguen en pie", concluyó.
Se calcula que en la región centroamericana hay hasta el momento 24.257 personas que han enfermado de Covid-19 y 818 habrían fallecido por esa causa.
Curiosamente, la mayoría de estos casos son reportados en países que han aplicado medidas de contención y mitigación mucho más fuertes que las de Nicaragua, donde el Ejecutivo se niega a aceptar la presencia del virus, permitiendo la realización de eventos masivos y aglomeraciones, contrario a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Roger Pasquier, presidente de la Asociación Nicaragüense de Anestesiología, comentó a la AP que "contrariamente a lo que se comparte oficialmente, sé a través de mis colegas médicos que tenemos un gran número de personas enfermas en Managua, Masaya, Matagalpa y Chinandega, donde hay un brote que podría ser muy peligroso".
Aunque la mayor parte de los trabajadores sanitarios temen hablar en público, aproximadamente 600 especialistas suscribieron una carta a inicios de mayo reclamando al Gobierno equipos de protección para el trabajo en los hospitales.
Ortega ha mantenido sus críticas a la campaña "Quédate en casa", alegando que podría ser fatal para la economía local, la cual se viene contrayendo durante los dos últimos años. También ha calificado al confinamiento y la suspensión de vuelos como "medidas extremas" y "radicales".
