"Esperanza", una base de investigación argentina en la punta norte de la Antártida, registró la pasada semana una temperatura de 18,3 grados centígrados, un nuevo récord que bate el anterior de 17,5 registrado en marzo de 2015, informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de acuerdo con el reporte de EFE.
"Es una temperatura que no asociamos a la Antártida, ni siquiera en la temporada de verano", comentó en Ginebra la portavoz de la OMM, Clare Nullis.
Expertos del organismo formarán un comité especial para verificar si efectivamente se trata de un nuevo récord para el continente helado, para lo cual analizarán todos los datos que logren reunir.
El experto de la OMM sobre Clima y Extremos Climáticos, Randal Cerveny, adelanta que "todo lo que hemos visto hasta ahora indica que probablemente se trata de un récord legítimo, pero por supuesto haremos una evaluación formal".
La OMM también explicó que el récord parece estar relacionado con el corto plazo denominado "foehn", que consiste en un viento tibio que baja de una ladera.
"Es importante verificar este hecho porque la Antártida es un área de donde no tenemos suficientes observaciones y la data es muy dispersa. Verificar récords como este nos ayudará a tener una idea más clara de lo que está ocurriendo en este continente", explicó Nullis.
Sin embargo, lo que se sabe por ahora de la Antártida es preocupante ya que la región donde se observó el récord es la más cercana al extremo sur de Sudamérica y la que más rápido se está calentando en todo el planeta.
"Hablamos mucho del Ártico, pero esta parte específica de la península antártica se está calentando muy rápido. En los últimos cincuenta años la temperatura allí ha aumentado casi tres grados", detalla la portavoz.
Por esta razón, el cúmulo de la sabana helada que cubre el continente y que se pierde cada año ha aumentado al menos seis veces entre 1979 y 2017.
La mayoría de esta pérdida de masa helada ocurre por derretimiento, en particular en la parte oeste del territorio, que cubre 14 millones de kilómetros cuadrados y donde las temperaturas habituales oscilan entre -10 grados en las costas y -60 grados en las partes más altas del interior.
Su cubierta helada llega a tener una profundidad de hasta 4,8 kilómetros y almacena el 90% de toda el agua dulce del planeta, que si llegara a derretirse aumentaría el nivel del mar en unos 60 metros.
Por su parte, más recientemente la agencia francesa de noticias AFP aseguró que las temperaturas de la Antártida habían superado los 20 ºC, algo "nunca visto" en el continente blanco, de acuerdo con el científico brasileño Carlos Schaefer, que realizó sus mediciones en la isla Marambio (o Seymour).
La temperatura registrada el 9 de febrero fue de 20,75ºC, agregó Schaefer, aclarando que el dato "carece de valor como tendencia de un cambio climático".
"Es solo una señal de que algo diferente está sucediendo en esa zona", precisó el científico especializado en permafrost (suelos congelados), en una conversación por Whatsapp.
El dato "no permite anticipar cambios climáticos. Es un dato en una investigación", pero "nunca se vio en la Antártida un registro de ese tipo", subrayó.
Tras una década de récords en aumento de las temperaturas, que cerró con 2019 como el segundo año más caluroso del que se tenga registro, el decenio 2020 comenzó con la misma tendencia.