La época en la que el Frente Amplio gozó del dominio parlamentario en Uruguay parece haber llegado a fin. Cualquiera de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, prevista para el 24 de noviembre, estarán obligados a generar coaliciones en el Parlamento, dada la fragmentación del voto que emanó de las urnas este 27 de octubre.
El Frente Amplio, tras tres períodos consecutivos en el poder, sumando en total 15 años entre las dos administraciones de Tabaré Vásquez y una de Pepe Mujica, sufre un claro agotamiento. Por primera vez quedó con menos del 40% de los votos en las elecciones generales. Ese había sido su mínimo histórico.
El candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, obtuvo el 39,2% de los votos. El principal candidato opositor, Luis Lacalle (hijo de un expresidente homónimo) obtuvo un 28,6%. De acuerdo con las reglas electorales uruguayas, habrá una segunda y definitiva segunda vuelta el venidero 24 de noviembre.
Junto con el agotamiento del Frente Amplio, la peor derrota la vivió el conservador Partido Colorado, cuyo candidato, Ernesto Talvi, sacó apenas un 12,3% de los votos. La votación histórica de esta agrupación ha estado por encima del 20%. El general Guido Manini Ríos, sin haber triunfado, fue la gran revelación. Con su recién creado Cabildo Abierto, obtuvo el 10,9% de los sufragios.
El conjunto de partidos y candidatos conservadores se apresuraron a respaldar a Lacalle este mismo domingo, tras conocerse los resultados. Se prevé una corta y polarizada campaña electoral de cara al balotaje.
En tanto, ya quedaron definidas las bancadas en el Parlamento de Uruguay. El Frente Amplio es la primera minoría, ya que en ninguna de las dos cámaras tiene el número suficiente de cargos (representantes y senadores) para hacer quorum por sí solo.
En la cámara de senadores, el Frente Amplio tiene 13 de los 30 escaños. El Partido Nacional de Lacalle obtuvo 10. Colorados y seguidores del general Manini Ríos tienen el resto.
En la cámara baja, el Frente Amplio obtuvo 42 escaños y el Partido Nacional 30.
En las elecciones de 2014, con Tabaré Vásquez como candidato, el Frente Amplio obtuvo el 49,5% de los votos en la primera vuelta. Eso le garantizó una mayoría parlamentaria sólida. La histórica coalición de izquierda y centro-izquierda tuvo en los últimos cinco años a 15 de los 30 senadores y a 50 de los 99 representantes del Parlamento. Eso ha llegado a su fin este 27 de octubre.
Sea Martínez o Lacalle quien resulte ganador en el balotaje, enfrentará el desafío de negociar leyes y decisiones con un parlamento dividido, por primera vez en 30 años, en cuatro bloques, en lugar de tres como venía siendo tradición: Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Colorado. El factor Manini Ríos en este nuevo escenario fue analizado en un texto anterior de DIARIO DE CUBA.
Analistas opinan más factible pensar en una alianza conservadora en torno a las propuestas de Lacalle, con respaldo parlamentario de su Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto.
El respaldo de alguno de los sectores conservadores al Frente Amplio parece más improbable. Solo Talvi, del Partido Colorado, aseveró que apoyaría propuestas parlamentarias del Frente Amplio exclusivamente en temas como seguridad ciudadana.
Ignacio Zuásnabar, de la encuestadora Equipo Consultores, prevé que dado que el FA estuvo en torno al 40% tendrá un escenario muy difícil para crecer electoralmente. "Si la oposición consolida un acuerdo parlamentario (coalición o similar) que luzca sólido y convincente, mejorará sus chances competitivos para la segunda vuelta", aseveró el analista.
Los próximos días serán clave de cara al balotaje en Uruguay.