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Chile

Ascienden a 11 los muertos por las protestas en Chile

Los mineros del cobre se suman a la revuelta nacional.

Santiago de Chile
Ómnibus incendiados en las protestas.
Ómnibus incendiados en las protestas. EL DÍA ONLINE

Tras el calmado despertar de la capital de Chile este lunes, miles de ciudadanos comenzaron a concentrarse en distintos lugares de la ciudad, principalmente en la céntrica Plaza Italia, en una protesta masiva y de momento mayormente pacífica, pero en la que se registraron algunos incidentes.

Los manifestantes comenzaron luego a caminar por una de las avenidas hacia el oriente de Santiago, cantando canciones del cantautor chileno Víctor Jara o consignas de "no violencia", reportó EFE.

Miles de habitantes de Santiago de Chile formaron filas también este lunes a la entrada de los supermercados, ansiosos para abastecerse ante el temor de que se repitan las escenas del fin de semana de protestas y saqueos en tiendas que paralizaron buena parte de las actividades en la capital y que han dejado 11 fallecidos hasta ahora.

Aunque la capital chilena parecía volver a la calma el lunes luego de tres días de protestas que llevaron al presidente Sebastián Piñera a decir que el país está "en guerra" contra un enemigo poderoso, decenas de miles de personas se vieron afectadas por las limitaciones en el transporte público y la búsqueda de insumos en supermercados, la mayoría de ellos cerrados aún, reportó AP.

"Hacemos un llamado a la ciudadanía para proveerse de lo estrictamente necesario y no sobre consumir", exhortó en un mensaje televisivo Manuel Melero, presidente de la Cámara Nacional de Comercio. "Seamos prudentes en el consumo para no hacer colapsar el sistema", subrayó.

Un día después de la declaración del presidente Piñera, el jefe del Ejército pareció desmarcarse de las palabras del mandatario. "Yo soy un hombre feliz, no estoy en guerra con nadie", dijo el general Javier Iturriaga, responsable del orden público en Santiago.

Mientras, la expresidenta chilena y actual alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, pidió a todas las partes a dialogar y a que cualquier protesta se haga de manera pacífica.

"Estoy muy preocupada y triste de ver la violencia, la destrucción, los muertos y los lesionados en Chile en los últimos cinco días", dijo Bachelet, citada en un comunicado de su oficina. "Es esencial que todos los actos que han provocado lesiones y muerte, tanto por parte de las autoridades como de los manifestantes, sean sometidas a investigaciones independientes, imparciales y transparentes."

Chile ha vivido intensos días de protestas que iniciaron la semana pasada cuando el Gobierno anunció un alza de la tarifa del subterráneo. Los estudiantes fueron los primeros en protestar, pero las manifestaciones se extendieron rápidamente a otros sectores y se tornaron violentas, al grado de incendiar tiendas y los mismos trenes del metro.

Analistas, políticos y hasta el propio Piñera, admiten que uno de los gérmenes de la violencia desatada en el país es la gran desigualdad social de Chile, donde la mayoría de los trabajadores tienen ingresos mensuales entre los 400.000 y 500.000 pesos mensuales (entre 562 y 703 dólares), y los jubilados reciben pensiones calificadas por varios como "de hambre".

En varios suburbios el temor a los saqueos llevó a que centenares de vecinos se organizaran, muchos vistiendo chaquetas amarillas con fierros, palos y hasta palas, y se aprestaran a defender sus casas ante posibles saqueos.

Los muertos en disturbios se elevaron a 11 el lunes, según informó el ministro del Interior, Andrés Chadwick, que precisó que diez murieron calcinados y uno fue baleado por militares.

Las protestas llevaron a suspender las operaciones de buena parte del metro, por lo que el Gobierno reforzó con 465 autobuses el transporte público.

Los ataques al subterráneo dañaron 85 estaciones, el 85% de la red que diariamente transporta a 2,4 millones de personas y que el lunes tenía funcionando parcialmente una de seis de sus líneas. Las otras cinco tardarán semanas o meses en ser restablecidas.

Antonio Vargas, empleado de un pequeño comercio de alimentos, dijo que tardó casi el doble de tiempo en llegar a su trabajo a bordo de un autobús del transporte público.

El lunes también se suspendieron las clases para más de dos millones de estudiantes secundarios y universitarios, y miles de personas trabajaban desde sus casas o vieron suspendidas sus jornadas laborales.

El caos cayó sobre la ciudad el viernes último, cuando violentas protestas y actos vandálicos, con saqueos a supermercados y farmacias, entre otros comercios, siguieron a manifestaciones masivas de estudiantes en rechazo a un alza tarifaria en el subterráneo (de 1,12 a 1,16 dólares). El alza fue anulada el sábado por Piñera.

Sin embargo, hasta el momento el toque de queda y las fuerzas militares que patrullan la capital día y noche no han logrado evitar el caos.

El sector minero se suma a las protestas

Las protestas antigubernamentales que han sacudido en los últimos tres días a Chile, el mayor productor de cobre del mundo, se han extendido al sector minero a medida que sus sindicatos solicitan paros.

Trabajadores de la mina Escondida de BHP Ltd., la operación de cobre más grande del mundo, harán un "paro de advertencia" durante diez horas a partir de este lunes por la noche o el martes temprano, en solidaridad con las protestas de todo el país, de acuerdo con Sindicato Nº1. CTMIN, grupo de sindicatos y federaciones de minería, ha llamado a un paro minero general el 23 de octubre, reportó Bloomberg.

El riesgo del paro es que interrumpiría el suministro de cobre del mayor productor mundial. Los futuros del cobre subieron al nivel más alto en más de un mes en Nueva York.

La Unión Portuaria de Chile dijo el domingo que trabajadores en 20 puertos dejarían sus puestos de trabajo a las 10:00AM para unirse a las manifestaciones pacíficas. Algunos de los puertos afectados manejan cobre, incluidos Iquique, Tocopilla, Antofagasta y Ventanas. San Antonio, el puerto más grande de Chile, también se verá afectado.

"La violencia va en ambos sentidos y el fuego no se extingue con fuego", dijo CTMIN en un comunicado. El grupo de sindicatos mineros pidió al Gobierno que levantara el estado de emergencia y pusiera fin al toque de queda. Pidió a sus miembros que no fueran a trabajar para "proteger a sus familias y protestar pacíficamente por una sociedad más justa".

"No podemos permanecer indiferentes al movimiento social", dijo Patricio Tapia, presidente de Sindicato Nº1 de Escondida en una entrevista telefónica el lunes. "Algo no está bien en este país y los jóvenes de 14 años fueron los primeros en decirlo, ahora es el turno de los trabajadores de decir que ya es suficiente".

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