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Chile

Santiago de Chile, bajo toque de queda por primera vez desde el retorno de la democracia

Piñera cede y suspende un alza del precio del transporte público que generó violentas protestas.

Santiago de Chile
Soldados en las calles de Santiago de Chile.
Soldados en las calles de Santiago de Chile. Reuters

El presidente chileno, Sebastián Piñera, suspendió el sábado un alza del precio del transporte público que generó violentas protestas, pero la rectificación no logró calmar los ánimos y la autoridad militar anunció poco después que la capital y otras dos regiones del país quedarían bajo toque de queda, una restricción que no se aplicaba desde hace más de 30 años, informa Reuters.

Tres personas murieron en la madrugada de este domingo en los peores disturbios registrados en el país en décadas, que dejaron decenas de comercios saqueados e incendiados. Cerca de 9.500 uniformados fueron desplegados, según la AFP.

Santiago de Chile, Valparaíso (centro) y Concepción (sur) se encontraban bajo un fuerte resguardo militar y policial este domingo.

Tres personas murieron en un incendio que se produjo en medio del saqueo de un enorme supermercado Líder —controlado por la cadena minorista estadounidense Walmart— en el sur de Santiago. Los bomberos combatieron las llamas durante dos horas.

La intendenta (gobernadora) de Santiago, Karla Rubilar, dijo a la prensa que dos personas quedaron calcinadas, mientras que una tercera murió más tarde en el hospital.

Decenas de supermercados, automotoras y gasolineras fueron saqueados o incendiados, mientras que se registraron protestas esporádicas en varias comunas de Santiago, según las autoridades.

"Estamos viviendo altísimos niveles de delincuencia, pillaje y saqueos", dijo Alberto Espina, ministro de Defensa.

En el aeropuerto de la capital chilena, centenares de personas quedaron varadas, muchas de ellas durmiendo en el piso, por la cancelación o reprogramación de vuelos.

El Gobierno desplegó militares también en las regiones de O'Higgins y Coquimbo, igualmente golpeadas por la violencia.

Las protestas comenzaron el viernes debido al alza de la tarifa del metro de Santiago, que cada día utilizan cerca de tres millones de personas, de 800 a 830 pesos.

Cuando las manifestaciones desbordaron varios puntos de Santiago, con saqueos al comercio, enfrentamientos con la policía y militares y quemas de estaciones del metro, Piñera dio marcha atrás y suspendió el alza del boleto del metro.

Este domingo se reunirá con sus ministros y autoridades de los demás poderes para discutir la situación.
El mandatario también convocó a una mesa de diálogo "amplia y transversal" para acometer demandas sociales, que de momento no tienen un líder visible ni un pliego de peticiones preciso.

Bajo gritos de "basta de abusos" y con la consigna en redes sociales "ChileDespertó", los reclamos se han extendido contra un modelo económico en el que el acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y el alza de los servicios básicos. La fuerza de las protestas ha descolocado al Gobierno del derechista Piñera, que solo días antes había afirmado que Chile era una especie de "oasis" en la región.

"Nos cansamos, ya fue suficiente. Nos cansamos de que nos metan el dedo en la boca y que los políticos hagan lo que quieren y vivan de espalda a toda la realidad", alegó Javiera Alarcón, socióloga, de 29 años, que protestaba en el frontis del palacio presidencial.

Además de la paralización del metro, el servicio de autobuses fue suspendido temporalmente luego que al menos cinco unidades fueran quemadas en el centro de Santiago, lo que dejó a sus siete millones de habitantes prácticamente sin transporte público.

"No me gusta la violencia ni que rompan todo, pero de repente tienen que pasar estas cosas para que dejen de burlarse de nosotros (…) subiendo sin freno todo menos los sueldos y todo para que los ricos de este país sean más ricos", dijo Alejandra Ibáñez, una vendedora de muebles de 38 años, de San Miguel.

Francisco Vargas, un empleado de 33 años, dijo que "la gente está cansada, está harta y ya no tiene miedo".

Piñera reconoció que hay "buenas razones" para protestar, pero llamó a "manifestarse pacíficamente" y señaló que "nadie tiene derecho para actuar con la brutal violencia delictual" en referencia a los daños en el Metro de Santiago, uno de los más modernos de América Latina, donde fueron vandalizadas 78 estaciones.

En una intervención desde el palacio de La Moneda, Piñera aseguró haber escuchado "la voz" de sus compatriotas "con humildad y atención".

"Vamos a suspender el alza de los pasajes del metro, lo que requerirá la aprobación de una ley que debe ser muy urgente", dijo el presidente.

"Y no tendré miedo a seguir escuchando esa voz, porque así se construyen las democracias y así logramos mayor unidad", añadió el mandatario.

La decisión de desplegar fuerzas militares en las calles fue recibida con asombro en el país sudamericano. Analistas políticos y partidos de oposición criticaron esa respuesta del Gobierno.

En una nota, Amnistía Internacional dijo que el presidente Piñera debe "garantizar el respeto a los derechos humanos de estudiantes, manifestantes y todas las personas en Chile", al señalar que la decisión de convocar a los militares para ejercer la seguridad "solo incrementa el riesgo de que se cometan violaciones a los derechos humanos", informó Reuters.

4 comentarios

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Profile picture for user Nico

Hoy es Chile y ayer fue Bolivia. Mañana serán Brasil o Colombia. Ya verán.

Profile picture for user Medicus

“ChileDespertó”? Bueno, si desean abrazar el izquierdismo y convertirse en una Cuba o una Venezuela, adelante pues. El que por su gusto muere....

Profile picture for user Parfemio Protopileon A. de Bubea

¡Aguante Chile!

Profile picture for user Weston

El corazoncito de los chilenos late con más fuerza cuando mencionan Allende que Pinochet.