Following Wednesday’s 225,000 flight day, yesterday we tracked 230,000 flights. Possible today will be even busier.
— Flightradar24 (@flightradar24) July 26, 2019
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Datos recogidos por Flightradar24, la plataforma que documenta en tiempo real el número de aviones en pleno vuelo, han expuesto de forma gráfica el aumento constante y sin fin del número de vuelos en todo el planeta.
El sitio anunció en un tuit el viernes que se habían alcanzado por primera vez los 230.000 desplazamientos en un mismo día. El anterior récord, de 225.000, apenas había durado 24 horas. Muy lejos quedaban ya los 202.157 del verano pasado.
Según los datos de IATA, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, citados por El Confidencial, el número de viajeros creció un 7,3% en 2017, 280 millones de viajes más que el año anterior. 4.100 millones de personas se desplazaron en avión, 2.000 millones más que en 2005. Sus previsiones son espectaculares y para 2037, se esperan 8.200 millones de viajeros anuales. El doble que hoy, el cuádruple que hace algo más de una década.
A los cubanos estas estadísticas nos recuerdan una torpe respuesta dada en 2008 por Ricardo Alarcón, entonces presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, al estudiante de informática Eliécer Ávila en un intercambio en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
"Si todo el mundo, los 6.000 millones de habitantes, pudieran viajar a donde quisieran, la trabazón que habría en los aires del planeta sería enorme. Los que viajan realmente son una minoría", dijo el funcionario.
Los actuales datos de la aviación comercial siguen poniendo en duda lo dicho por Alarcón, al menos porque son cada más los que viajan a destinos internacionales
"Este continuo crecimiento de la demanda se debe ante todo a factores socioeconómicos y de innovación en los modelos de negocio", explicó Pere Suau-Sánchez, profesor de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya.
El crecimiento de la clase media global, especialmente en Asia (que supone un 36,3% del mercado) ha propiciado un crecimiento imparable de la demanda en el sector frente al relativo estancamiento en Europa y EEUU. También, la extensión del modelo 'low cost' a países en vías de desarrollo, que ha favorecido que "quien no volaba pueda hacerlo con más frecuencia".
¿Hay algún límite para el crecimiento de la demanda? "Nadie lo sabe", señaló Arturo Benito, profesor de Transporte Aéreo en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad Politécnica de Madrid.
"Hay tres factores posibles: la economía, los aeropuertos (ahora hay mucho más vuelos en ciudades secundarias porque los grandes están llenos) y los problemas de control aéreo", añadió.
¿Hay espacio en el cielo para tanto avión?
"Si siguiéramos utilizando la tecnología actual habría un límite, pero eso va a cambiar", explicó Benito. En el horizonte a medio plazo se encuentra la sustitución de las aerovías o rutas aéreas por el vuelo libre, que permite una mayor utilización del espacio aéreo.
La clave del problema en los cielos se encuentra unos cuantos kilómetros más abajo, en los aeropuertos. Según Suau-Sánchez, lo "obvio es que hay un cierto nivel de saturación de los grandes aeropuertos europeos, lo que provoca mayores retrasos".
Una situación difícil de solucionar, porque es prácticamente imposible (y quizá poco recomendable) construir aeródromos al mismo ritmo que se multiplican los vuelos.
"Si el tráfico se duplica, la provisión de infraestructura debería ser del doble", añadió el profesor.
Los efectos ya se están dejando ver. Aunque para muchos viajeros quizá haya pasado inadvertido, el profesor de la UOC recordó que las aerolíneas han aumentado la duración estimada del tiempo de vuelo en muchas de sus rutas, como una forma de "reconocer que son un poco más lentos". Entre Madrid y Barcelona se tarda ahora entre cinco y diez minutos más que hace diez años", recordó Suau-Sánchez.
"En Londres son muy típicos los 'holding patterns', las vueltas que da el avión esperando su turno para aterrizar", añadió.
En una de sus investigaciones, el profesor llegó a la conclusión de que un crecimiento de la congestión en un 10% podría traducirse debido a la ley de oferta y la demanda en un aumento de los precios entre un 1,4% y un 2,2%, una cantidad en apariencia pequeña pero que podría llegar a significar 6.300 millones de euros.
Además, la saturación dificulta la recolocación de los viajeros en caso de algún problema o de huelga. "No siempre es fácil, pero la congestión hace mucho más difícil ofrecer alternativa al viajero de un día para otro", dijo.
Xavier Labandeira, catedrático de Economía en la Universidad de Vigo y director de Economics for Energy, añadió que "muchas veces se reacciona aumentando aeropuertos", pero así no se va a resolver el problema. Entre otras razones, por el brutal efecto en el medio ambiente.
En 2020 las emisiones causadas por la aviación serán un 70% más que en 2005, precisó, "pero es que para el 2050 se proyecta un incremento de entre un 500 y un 600% más". Para Labandeira, este sector “descontrolado” basta para impedir que se cumpla el acuerdo de París. Y recuerda que un vuelo entre Nueva York y Londres contamina tanto por viajero como un año entero de calefacción.