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Entrevista

Félix G. Arellano: 'De la OEA se está retirando Nicolás Maduro, no Venezuela'

Un diálogo con el ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

Caracas

A Cuba la expulsaron de la Organización de Estados Americanos en 1962. Venezuela pidió su salida hace dos años durante el mandato de Nicolás Maduro. La expulsión de la OEA de Cuba fue polémica, con la abstención de seis países, entre ellos México, que en la práctica lideraba un rechazo y que mantuvo siempre relaciones con la Isla. La decisión del Gobierno de Nicolás Maduro fue soberana, aunque también precedida de su pérdida de control del voto en la organización, en buena medida influido por el cambio de dirección política en varios países de la región.  

En el caso de la expulsión de Cuba, se realizaba como una segunda interpretación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR); interpretación, hay que decirlo, con la que el Gobierno mexicano de entonces no estaba de acuerdo. Aunque sí lo estuvo en la primera, cuando se rompieron "relaciones con República Dominicana, pues se comprobó su responsabilidad en el atentado contra Rómulo Betancourt".

Aunque la marcha de Venezuela de la OEA fue solicitada por los representantes del país, también es cierto que la llegada de Luis Almagro a la Secretaria General de la OEA constituyó un hito en la exigencia de democratización de Venezuela. La salida solicitada también está precedida por el desconocimiento por parte de la OEA de la Asamblea Nacional Constituyente venezolana, el desconocimiento mayoritario por parte de la organización de la elección ocurrida el 20 de mayo de 2018 en el país, y el reconocimiento del representante enviado a la OEA por la Asamblea Nacional, Gustavo Tarre.

Hoy conversamos con Félix Gerardo Arellano, internacionalista y ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

¿Qué implicaciones tiene para Venezuela salirse de la OEA?

Tiene varias lecturas, obviamente para el poder autoritario lo mejor es no pertenecer a ninguna organización que tenga connotaciones democráticas, porque eso va a implicar algún tipo de supervisión, observación o control. En el caso de la OEA, la situación de los países autoritarios es más delicada, ya que la OEA se ha ido especializando en derechos humanos y en la institucionalidad democrática: tiene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tiene el Tribunal de Derechos Humanos y tiene la Carta Democrática. La OEA tiene muchas otras actividades, en el plano social, cultural o económico, pero lo más representativo de la OEA hoy en día son los derechos humanos, donde tiene una importante normativa y experiencia en el tema de la defensa de la institucionalidad democrática. Eso, por supuesto, no le puede gustar a una dictadura como la cubana, a unos gobiernos autoritarios como los de Venezuela o Nicaragua o a los gobiernos dictatoriales que hubo en América Latina durante muchos años en los sesenta. Esos gobiernos despreciaban la organización, los temas jurídicos de derechos humanos y la defensa de la democracia que fue evolucionando con el tiempo. Desde la perspectiva del poder autoritario, lo mejor es estar fuera, ya que no se te puede controlar. 

Hay que aclarar que en el caso venezolano, el proceso bolivariano controló por muchos años la OEA. Por eso le resultaba poco relevante. Controlaba los votos. Porque las decisiones deben adoptarse vía votos. Para el país, para la población, en principio pareciera que la población no siente mucha importancia directamente, pero si tú eres una persona a la que se le han violado los derechos humanos, seguramente sí te preocuparías. Yo, por ejemplo, le preguntaría a la señora Piedad Córdoba, en Colombia, qué opinaría ella si Colombia se retira cuando su caso se estaba evaluando y finalmente tuvo una sentencia favorable para ella. Ella debería decir que la OEA es un instrumento que complementa, que le da un espacio y una voz a quien no lo logra en los canales nacionales.  Porque la instancia de la OEA es complementaria; a la medida que se agotan los canales nacionales se recurre a la normativa OEA. Los que sufren de derechos humanos pueden ver la importancia de permanecer dentro de la institución.

¿El representante de Juan Guaidó es reconocido por todos los países de la OEA? ¿Está en calidad de qué, exactamente? ¿Cuál es la situación? 

Es un tema complejo y novedoso. Eso no se puede negar. Hay que entender unos temas fundacionales básicos. Las organizaciones internacionales las crean los gobiernos, las cambian y modifican los gobiernos que van creando las normativas internacionales y, finalmente, las eliminan si las quieren eliminar, los gobiernos, lo cual no es muy frecuente.

Sin embargo, como América Latina está muy creativa en los últimos años, estamos viviendo el proceso de eliminar una organización como UNASUR. Digo esto porque no hay una normativa universalmente establecida sobre quién representa a quién en el país. Eso lo deciden los países miembros contando con los procedimientos regulares.

El Gobierno de Nicolás Maduro introdujo una carta para retirarse de la OEA y eso debía cumplir un proceso de dos años que terminó el día 27 de abril de 2019. Pero resulta que la OEA aprobó, con las normas vigentes, una normativa en la que desconoce la toma de posesión del segundo mandato de Nicolás Maduro. Desconoce la toma de posesión del 10 de enero, porque también desconoció la Asamblea Nacional Constituyente como un órgano inconstitucional e ilegitimo. En consecuencia, si ese órgano constitucional convoca una elección, ya es inconstitucional de antemano y su resultado es inaceptable. El de Nicolás Maduro no es el Gobierno que reconoce la OEA por el número de votos establecidos en la organización.

¿Quién es el Gobierno de Venezuela? Es la Asamblea Nacional, según la constitución vigente en Venezuela, que establece que ese vacío lo cubre la Asamblea. ¿Quién es el principal representante de la Asamblea Nacional? Es su presidente, que en este momento se llama Juan Guaidó. En consecuencia, ahora han aprobado la designación de un representante de la Asamblea Nacional dentro de la OEA.  Eso fue aprobado con 18 votos, que es el número necesario para aprobar. Si un país se opone, tendría que someterse a una nueva votación. Si el rechazo logra los 18 votos sería eliminada la posición del designado, pero se aprobó con 18 y con solo cinco votos en contra. Si no quiero como país aceptar la decisión, o me retiro o promuevo el cambio en el sistema de votación. 

¿El retirarse de la OEA significa que las violaciones de derechos humanos que ocurran a partir del 27 de abril, la OEA no las puede tratar? 

No las puede tratar, así es. Aunque eso será un debate interesante dentro de la OEA, porque Venezuela para la OEA no se ha retirado, está presente a través de un Gobierno interino que preside la Asamblea Nacional. En cambio con Cuba eso no pasó, porque Cuba no tenía ningún órgano democrático que pudiera ejercer el gobierno interinamente. Se está retirando Nicolás Maduro, no Venezuela. 

El contexto internacional, para Venezuela es favorable o desfavorable ¿Cómo lo proyecta? 

Es novedoso. Pero 54 países desconociendo un Gobierno no creo que sea muy favorable. Las presiones financieras crecen cada día y cada vez más hay la sensación de que todas las democracias deberían sumarse a estas sanciones. Lo está planteando el Grupo de Lima y la Unión Europea. Tener que buscar cada vez más gobiernos dictatoriales para poder realizar juegos nada transparentes, vinculaciones comerciales nada transparentes, mover el oro de manera poco transparente, tan irregular, no aclarar la situación del narcotráfico en el país… Yo creo que eso no genera prosperidad ni paz social, es todo lo contrario de vivir en un ambiente de paz y seguridad.


Esta entrevista apareció originalmente en Venecubaun sitio venezolano con fines informativos para compartir noticias y análisis sobre la presencia e influencia de Cuba en Venezuela.

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