Rafael Ramírez, quien fue durante más de una década jefe de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y ministro del Petróleo del difunto Hugo Chávez, cree que el deterioro de la empresa estatal terminará por tumbar a Nicolás Maduro.
Acusado por Gobierno y oposición de corrupción, Ramírez explica por qué Chávez eligió como sucesor a Maduro por delante de otros pesos pesados del oficialismo y la influencia que tuvo el Gobierno de Cuba en esa decisión, en una entrevista con BBC Mundo.
"La industria petrolera es el eje fundamental del país. Es todo, el 96% de los ingresos viene de la renta petrolera. Las actuales sanciones agarran a PDVSA muy debilitada por la gestión de Maduro desde el año 2014, desde mi salida", dice.
"Tenemos una producción que escasamente llega al millón de barriles por día. Y la empresa está en manos de una persona (el mayor general Manuel Quevedo) que no tiene idea de cómo conducir el negocio petrolero, porque no viene del sector", añade.
Sin embargo, Ramírez considera que "las sanciones en sí mismas no deberían impactar de una manera tan importante a PDVSA".
"Venezuela produce un millón de barriles diarios. Los barriles comprometidos con EEUU son 350.000 solamente. Es muy poco. Se pueden colocar en India o China sin problemas (…) Es una cuestión de gestión. Y a pesar del discurso antimperialista, el 80% de nuestros productos (gasolina, diésel y nafta) son importados de EEUU. Eso va a afectar porque no se hizo adquisición de combustibles en otros mercados", añade.
El que por 12 años fuera considerado "zar del petróleo" lamenta que "Venezuela ya está sin gasolina (…) Evitan el impacto en Caracas y en las grandes ciudades, pero si vas al interior, no consigues gasolina. Es un racionamiento que se va a agravar cuando se acaben las reservas (…)".
"Maduro no entendió nunca que PDVSA tumba gobiernos (…) El sabotaje petrolero y el golpe de Estado (2002 y 2003) pusieron al presidente Chávez en la lona y Maduro cometió el error de arrasar con PDVSA, destruir la industria y es PDVSA la que está tumbando a Maduro, es la que lo va a tumbar", vaticina.
Para el exembajador de Venezuela ante la ONU, "si algo tienen en común Maduro y la extrema derecha es el ataque al chavismo" y defiende que "no hay nada, ni un papel" que diga él está "involucrado en temas de corrupción".
"Yo cuando entregué la industria petrolera, entregué una empresa con 284.000 millones de dólares en activos. Era la quinta empresa más importante del mundo y con una producción de tres millones de barriles diarios. El último año le entregué a Maduro 45.000 millones dólares para que saliera de esta crisis como aporte fiscal y lo dilapidó", sostiene.
Afirma que cuando Maduro llegó a nombrarlo vicepresidente económico en 2013, no hizo caso a sus recomendaciones.
"No entiende. Desde el primer día quería que le entregara PDVSA y le dije que no. Le dijeron que yo quería ser presidente y no podía permitir eso, y por eso me saca del país a Naciones Unidas", puntualiza.
En opinión de Ramírez, "si el comandante Chávez estuviera vivo, le daría un golpe de Estado a Maduro, sin lugar a dudas. Haría una rebelión, movería a todo el pueblo y a la Fuerza Armada".
¿Decisión tomada desde La Habana?
Ramírez atribuye a La Habana la decisión de Chávez de elegir a Maduro al frente del Gobierno cuando estaba enfermo y se trataba en Cuba.
"Buena parte de la decisión que tomó Chávez tiene mucho que ver con la influencia de los cubanos y con el cerco que le hicieron al presidente (durante su convalecencia en La Habana a final de 2012)", dice.
"Los cubanos le dijeron al presidente que Maduro era la cara visible internacionalmente y que él volvería de la operación. Le hicieron una promesa que no se cumplió. No volvió. Cuando nombra a Maduro lo que hacía era nombrar a alguien en el caso de que no pudiera asumir la presidencia el 10 de enero (de 2013, cuando comenzaba su nuevo mandato). Pero estaba bajo el entendido que todos nosotros seguiríamos en el Gobierno", apunta.
El exministro que hoy se postula a unas elecciones presidenciales, dice que no sabe si La Habana engañó a Chávez. "Le dijeron que volvería, pero volvió solo a morir".
Estima que "(Juan) Guaidó solo no puede dirigir al país. Ni solo la mitad del país contra la otra mitad. Una cosa es que Maduro sea un desastre, pero eso no quiere decir que el chavismo desapareció. Ahí está".
Ramírez entiende que "debe haber una salida electoral".
"Son los militares los que deben promover una salida electoral. ¿Nuestro país está listo para ir a elecciones en este momento? No. Tenemos cuatro millones de personas fuera, la gente está pasando hambre. Ninguna de las dos partes o bloques va a sacar al país del foso en el que lo metió Maduro por sí solo".
"Si Maduro me dejara recorrer el país y hablarle a los trabajadores, Maduro no me gana a mí una elección", afirma en otro momento.
Considera que Guaidó, Henrique Capriles o Leopoldo López tal vez sí le ganarían, o "quizás no". "Vamos a una contienda. De eso se trata el juego político".
Por último, Ramírez ve la situación actual en Venezuela "muy mal".
"Estamos en el escenario de lo muy mal. Hay una debilidad del Estado tan grande que nos amenaza con invadirnos cualquiera. Es como darle patadas a un perro. La salida de Maduro es cuestión de tiempo, es insostenible. Es cuestión de qué decida hacer nuestra Fuerza Armada, que ojalá se mantenga apegada a la Constitución. El problema es cómo vamos a salir y qué va a pasar el día después", concluye.