El régimen de Nicolás Maduro está en bancarrota y no compra ni alimentos ni medicinas para su pueblo, pero sigue entregando petróleo gratis a Cuba y pide más médicos de la Isla. La atención médica en Cuba atraviesa su peor crisis en 60 años, pero Raúl Castro envía a Venezuela más galenos.
Yo te salvo a ti y tú me salvas a mí. Todo vale con tal de no perder el poder. A no dudarlo es una maniobra de subsistencia de Cubazuela, la hibridación de ambas dictaduras que, inspiradas en el "Che" Guevara realizaron Fidel Castro y Hugo Chávez.
El diario Granma informó el 12 de noviembre que llegaron a Venezuela los dos primeros grupos nuevos de un total de 500 médicos y "colaboradores de otros perfiles". Los restantes irán en diciembre.
Lo que no encaja bien es que van más médicos cubanos precisamente cuando el Gobierno chavista tiene cada vez menos dinero y las misiones de los médicos han caído en su actividad a solo un 20%, según la Federación Médica de Venezuela (FMV), pues el Gobierno no tiene divisas y apenas hay insumos para que los médicos puedan trabajar.
El secreto es que Castro II no envía médicos a Venezuela solo para robarles el 75% de sus salarios.Desde el inicio del plan Barrio Adentro los galenos cubanos en Venezuela no solo usan el estetóscopo. Son obligados a hacer labor de contrainteligencia, lavado de cerebro y proselitismo político a favor de la narcodictadura chavista. Ahora, sin insumos y sin apenas trabajo médico, tienen más tiempos para esos "otros perfiles".
¿Quién garantiza que entre esos médicos cubanos ahora enviados a Venezuela no haya una enorme cantidad de agentes de inteligencia y contrainteligencia vestidos con bata blanca para no ser identificados por los servicios de inteligencia de EEUU y otros países al llegar a suelo venezolano?
Forman parte de la ocupación cubana de Venezuela
El 13 de noviembre la Federación Médica de Venezuela (FMV) denunció que no tiene constancia de que todos esos médicos lo sean de verdad. El presidente de la FMV, doctor Douglas León Natera, rechazó el nuevo envío de 500 médicos cubanos. Dijo al diario El Nacional que es lamentable que se persista en "el montaje de un sistema paralelo en el que solo nos consta que son cubanos y no médicos".
Maduro, pese a la crisis que ya ha causado el éxodo de tres millones de venezolanos, compra petróleo en el mercado y se lo regala graciosamente al general Castro, su jefe y paradigma. Dejar de enviar al menos 55.000 barriles diarios a Cuba sería peligroso, pues el castrismo podría sucumbir y dejar al chavismo descabezado y en caída libre.
Miles de militares cubanos pisotean la soberanía venezolana, incluyendo generales, coroneles y otros oficiales; más tropas especiales de asalto. Según fuentes venezolanas hay nueve batallones cubanos en esa nación sudamericana, uno de ellos en el corazón militar de la dictadura, el Fuerte Tiuna.
Es decir, Venezuela es un país ocupado. Sin esa intervención militar, sin la tutela política y estratégica de Raúl Castro, su Junta Militar, el PCC, las FAR y de la inteligencia y contrainteligencia cubanas, Maduro ya habría sido derribado. La Habana con su labor de vigilancia y delación dentro de las fuerzas armadas venezolanas impide que prospere una conspiración militar. Y la seguridad personal del capo Maduro está a cargo del MININT.
A cambio de sostener al régimen, los subsidios de Caracas a La Habana, si bien han bajado a unos 6.500 millones de dólares siguen siendo uno de los dos soportes que mantienen a flote la economía cubana, junto con el dinero que llega desde "el imperio" vía remesas, paquetes y turismo. Cuba no produce casi nada para exportar. Ni azúcar suficiente tiene y la importa. La zafra 2017-2018 fue igual a la de 1894. Y de los ingresos turísticos, más de 60 centavos de cada dólar salen del país para importar lo necesario para mantener funcionando esa industria.
¿Entonces qué le ofrece la Isla a Maduro? Su know-how para mantenerse él y su pandilla en el poder. Curiosa ironía, Cuba, el país más pobre y pequeño de los dos, es la metrópoli colonialista, y el más fuerte y grande, con el triple de población, es la colonia.
Con la eventual caída del chavismo la dictadura cubana sufriría un terremoto devastador, probablemente final, o tendría que renunciar a la "actualización" del estalinismo y liberar las fuerza productivas al estilo chino o vietnamita: tolerar abajo el mercado y mantener arriba la dictadura.
Exportación de médicos dispara la crisis sanitaria
Por otra parte, el aumento de la exportación de médicos agrava la ya calamitosa situación de la salud pública cubana. Más de un tercio de los 90.161 graduados hasta 2016, según el Anuario Estadístico de Salud, no están en Cuba sino en 62 países, en 35 de los cuales (de cuatro continentes) el Gobierno cobra por sus servicios.
Con ello la atención médica primaria y la especializada se afectan brutalmente. No importa cuántos se gradúen, en la cacareada "potencia médica" son cada vez menos los médicos que cuidan la salud de los cubanos.
Según datos oficiales y del Banco Mundial en 2010 en Cuba había 36.478 médicos de la familia pero en 2017 solo quedaban 13.131. Son 23.347 doctores menos. En los policlínicos se agudiza la escasez de especialistas, lo cual recarga el número de pacientes que van a los hospitales, que ya no dan abasto. Muchas intervenciones quirúrgicas no se realizan por falta de cirujanos. El proceso para operarse es toda una odisea.
El colmo es que los hospitales rurales —baluartes de la propaganda fidelista— y los puestos rurales y urbanos fueron cerrados en 2011. Los campesinos y sus familias son referidos a hospitales regionales, pero, por falta de transporte, en los casos de emergencia sus vidas corren peligro. La mortalidad materna aumenta. Han descendido mucho los diagnósticos y las pruebas costosas.
El dengue, el zika, el cólera, la malaria, el paludismo y hasta la tuberculosis atacan por doquier, así como otras enfermedades bacterianas y virales que se remontan en la Isla a los tiempos de la Colonia. Para lograr una consulta con un especialista el paciente puede esperar hasta tres meses.
Pero nada de eso preocupa a los "revolucionarios" Nicolás y Raúl. Primero están Cubazuela y ellos mismos, después el diluvio. Todo lo que no contribuya a preservar ese proyecto cocinado en La Habana según el plan del Foro de Sao Paulo de cubanizar Latinoamérica, es secundario.
Si el Estado venezolano no tiene los 1.200 millones de dólares que le cuesta enviar 55.000 barriles diarios de petróleo (a 60 dólares cada uno) a Cuba, no importa, para eso sí se puede disponer del dinero del narcotráfico, pues los millones del narcotráfico de nada les servirían si pierden el poder, irían a la cárcel. Y Castro II y su Junta Militar tampoco están dispuestos a emplear en Cuba los miles de médicos que tienen en Venezuela si con ello corren el riesgo de perder el poder.
Maduro, con Venezuela sumergida en la peor crisis de su historia, regala dinero y petróleo al general Castro, y este, con la salud pública en terapia intensiva, le manda médicos y "segurosos" a Maduro para apuntalarlo en el Palacio de Miraflores.
Moraleja: amor al poder, con amor al poder se paga.