Rusia impuso un nuevo récord histórico de turistas a Cuba en 2024, al cerrar diciembre con 185.800 veraneantes, por debajo de los 200.000 pronosticados por las autoridades de la Isla y apenas 1% por encima del total de 2023, cuando se produjeron 184.800 arribos.
Lo anterior mantiene a Rusia en tercer lugar entre los principales mercados emisores a Cuba, por detrás de Canadá y los emigrados cubanos, y el que más crece entre todos, luego de un año en el que el Ministerio de Turismo no logró cumplir su plan de visitantes.
De acuerdo con la Asociación de Turoperadores de Rusia, Cristina León Iznaga, asesora de turismo de la Embajada de Cuba en ese país, informó que el crecimiento de 2024 supone un 5% más en comparación con 2019, cuando el total se acercó a los 178.000.
Mas, según esa entidad, "el potencial de este destino caribeño es muchas veces mayor, pero carece de aviones y vuelos desde las regiones". Incluso el ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García Granda, aseguró que el objetivo para los próximos años es aumentar el flujo turístico ruso a 500.000 clientes al año.
No obstante, esa aspiración está muy lejos de concretarse, pues los vuelos directos a Cuba se limitan a La Habana, Varadero y Cayo Coco, operan exclusivamente desde Moscú y son operados por Rossiya Airlines y Nordwind Airlines. Aparte de ello, dos veces al mes la aerolínea venezolana Conviasa vuela de Moscú a Caracas con escala en La Habana, pero los boletos para estos vuelos son difíciles de conseguir.
Este fin de semana, Julio Antonio Garmendia Peña, embajador de La Habana en Rusia, reconoció que es poco probable que se lancen los programas prometidos desde San Petersburgo y otras regiones, debido a la escasez de aviones y las sanciones occidentales.
"La falta de aviones de largo radio en este momento no permite a las aerolíneas lanzar nuevos vuelos a Cuba desde otras regiones rusas", dijo el diplomático.
El 80% de la flota aérea de Rusia es de fabricación extranjera, con Airbus y Boeing representando dos tercios de los 865 aviones del país. Tras la imposición de las sanciones occidentales a Moscú por la invasión de Ucrania, en 2022, la adquisición de repuestos se interrumpió, lo que paralizó un número cada vez mayor de aparatos.
El 2024, las autoridades cubanas negociaron con funcionarios aeronáuticos y aerolíneas rusas para aumentar el número de vuelos y ampliar la geografía de las salidas. En particular, se discutió la apertura de vuelos desde San Petersburgo. La Habana también expresó interés en lanzar itinerarios desde Rusia a Trinidad, Holguín y Cienfuegos.
Pese a todo lo anterior, León Iznaga aseguró en noviembre que La Habana espera recibir en 2025 los 200.000 visitantes rusos que había pronosticado para 2024.