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Opinión

Algo huele muy mal en Cuba

Después de 65 años subsidiando un desastre, el nuevo plan es ¡subsidiar más!, eso sí, ahora llamándolo 'esquema de financiación especial'. El caso de Suchel Camacho.

La Habana
Trabajadores de Suchel Camacho.
Trabajadores de Suchel Camacho. Trabajadores

Tras seis décadas y media de revolución triunfante, el principal periódico de la capital cubana aún tiene que anunciar que "el jabón de lavar está asegurado para los pacientes del programa de postrados e incontinentes, además, se distribuirán dos pastillas de jabón a los niños menores de dos años, una a las personas en situación de vulnerabilidad, y por composición de núcleos a toda la población…"

Y en medio de tan pestilente situación, la presidenta de Suchel Camacho, Yaney Cisneros, asegura que el Gobierno ha ideado "nuevas fórmulas" para volver a higienizar al país con producto nacional: venderle dólares a su empresa a menos de la mitad del valor de mercado de esa divisa, es decir, subsidiar a Suchel Camacho.

Después de 65 años subsidiando un desastre, el nuevo plan es ¡subsidiar más!, eso sí, ahora llamándolo "esquema de financiación especial" y haciéndolo mediante el mercado cambiario, para que no se diga que Cuba no se transforma.

En la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Díaz-Canel informó que mediante este esquema de financiación se han canalizado al sistema empresarial más de 110 millones de dólares, cifra patéticamente insignificante para la mayoría de los países del mundo, pero extraordinaria en una economía que en seis meses solo pudo generar 1.282 millones de dólares, de los cuales 1.000 han de ir directamente a importar alimentos.

Pero sin importar el nombrecito que usen para sentirse sofisticados y modernos, introducir tipos de cambio preferentes para algunas empresas, en nada se diferencia a hacer transferencias directas desde el presupuesto del Estado al estilo estalinista de Fidel, con el agravante de que no se está mal utilizando el inservible dinero nacional, sino la poca divisa disponible, y no para satisfacer necesidades del pueblo, sino para sostener un sistema económicamente inviable.

Y es que, como método para asignar recursos, los subsidios rara vez son una opción optima y, por supuesto, jamás son la única opción. Recurrir a ellos constante y generalizadamente como lo hace el castrismo denota la falta de armonía de la economía cubana, centralmente planificada, limitada, constreñida e intervenida, siempre al servicio del Gobierno y jamás al de las fuerzas de oferta y demanda, es decir, desconectada tanto de las capacidades como de las necesidades del pueblo.

En un sistema diseñado para que no haya competencia empresarial, los subsidios son una manera de descapitalizar a la sociedad dejándola sin opciones al impedirle ahorrar y decidir sobre los recursos que el país genera. El capital disponible en vez de quedar en manos de quienes lo producen —como preconizaba el marxismo—, pasa automáticamente al Gobierno que, para el "bien" de todos, lo reparte haciendo justicia social, eufemismo muy extendido para, como bien explicó John Stuart Mill, disfrazar de justicia y utilidad una redistribución económica forzada contraria a los intereses generales.

Pero la "nueva fórmula" de financiamiento ya no es tan nueva. Dos años llevan subsidiando a Suchel Camacho con este esquema, dos años en los que esa heroica empresa estatal socialista ha logrado producir 296 000 unidades de champú, 275 000 acondicionadores, 2.000 desodorantes, dos millones de jabones, 241.000 cremas dentales y 159.000 colonias.

Tal producción se distribuye del siguiente modo: un champú al mes por cada 891 cubanos, un acondicionador al mes por cada 956 cubanos, un desodorante al mes por cada 132.530 cubanos, una crema dental al mes por cada 1.100 cubanos, un jabón al mes por cada 132 cubanos y una colonia al mes cada 1.660 cubanos. ¿Ya se entiende por qué huelen como huelen las guaguas en Cuba? ¡Un desodorante al mes por cada 132.000 personas es lo que puede producir la Revolución!

Tan maloliente miseria es fruto de que las subvenciones en Cuba no son un mecanismo para promover el crecimiento, como fracasadamente se intentó en Argentina o India, o exitosamente se logró en Corea del Sur o Singapur; las subvenciones en Cuba son un mecanismo para perpetuar la miseria de un sistema extractivista siempre alerta para reprimir cualquier institución, formal o informal, que pueda servir para fortalecer a la sociedad civil. De ahí lo ingenuo de creer que las MIPYMES podrían empoderar un sector que pudiese, eventualmente, plantarle cara política al régimen.

Que el castrismo, aun después de 65 años fracasando con esa política, elija subvencionar antes que abrir el mercado a la competencia privada en un tema de tan poco interés para la seguridad nacional —hablamos de jabones y desodorantes no de petróleo o níquel— deja claro que, aunque en la superficie el sistema aparente estar cambiando, la esencia sigue siendo la misma y, lamentablemente, no hay ninguna propuesta real desde el Gobierno para modificar las causas de la creciente miseria y mal olor de la sociedad cubana.

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8 comentarios

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Ahara si van a construir el socialismo!

En Cuba es difícil que algo huela bien; cuando había, leche de magnesia y el “desodorante” en pasta, y en barra que era más alcohol que otra cosa, bicarbonato y hasta dejarse el jabón debajo de los brazos para contener el grajo. Cuba es un inodoro pestilente.

Bueno, y le pagaron la plata debida a Camacho en su totalidad o le deben aun?...

Profile picture for user JCAleman

No hay ni ha habido desde principios de los 60s una estructura economica en la isla que sustente un proceso productivo mas o menos eficiente, pues se trata de un campo de concentracion donde el exterminio lento e inexorable de la poblacion y sus valores son el unico proposito del control totalitario.

El cartel de Punto Cero solo ha podido repartir las migajas con alguna regularidad cuando ha tenido un host para parasitar. La URSS y Venezuela les facilitaban el enriqueciemiento de la familia Castro y el sostenimiento basico de la poblacion sometida, todo en una aparente y ficticia prosperidad agroindustrial y de servicios.

La realidad es que aquel espejismo de bonanza no era otra cosa que la unica via que tiene el parasito para nutrirse, pues su naturaleza le impide hacerlo de otra forma, y como ahora es casi imposible encontrar un hospedero que subsidie la sobrevivencia de los esclavos, entonces la prioridad es preservar el flujo de dolares a sus cuentas billonarias.

Profile picture for user Pedro Benitez

El subsidio del jabón, una prioridad estratégica contra la sarna. Sin embargo, el subsidio a Suchel tiene más de una ramificación. Desplaza a la competencia, solidifica la posición de los militares que responden por la empresa, y abre mas puertas al mercado informal y a la corrupción; porque la solución cáustica se vende rápido en el mercado negro.

Me parece que el plan maestro detras de todo el desastre de cuba, es esperar a que EU se joda. Despues ya todos seremos iguales y nadie tendra nada. Asi dice esa famosa agenda del 2030.
De todas maneras, los yankees eligieron a cuba como el conejillo de indias de un experimento social. Y pusieron a los castro de capataces.

Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

"venderle dólares a su empresa a menos de la mitad del valor de mercado" Y eso que una de las razones para eliminar el CUC era "poner orden en la contabilidad de las empresas"

Maquillaje simplemente, mientras llega la caída.