Un empresario uruguayo abre la primera empresa local en Las Tunas con inversión extranjera

InTalSur será la primera empresa con inversión extranjera en la Industria Alimentaria de Las Tunas después que un empresario uruguayo invirtiera en un negocio para la fabricación de conservas de frutas y vegetales, así como dulces y panes, y cuyas producciones serán vendidas solo a través del comercio electrónico pagando desde el extranjero.   

De acuerdo con la estatal Agencia Cubana de Noticias, el negocio fue cerrado por el empresario uruguayo Gerardo Adrián Fasini, uno de los directores, junto al cubano Osmany Cortés Hernández.

InTalSur tendrá a su cargo varias unidades, como la fábrica de conservas de frutas y vegetales Liberación, que "triplicó su capacidad para procesar jugos y salsa mayonesa", asegura la nota, así como la dulcería La Crema, "una galletera panificadora y escuela de panaderos".

Según la emisora local Radio Victoria, esta empresa "convertirá a Las Tunas en la primera provincia del país en tener una entidad de subordinación local con capital extranjero a través de una Asociación Económica internacional".

Alberto Fonseca, director de la empresa de la Industria Alimentaria local, dijo para ese reporte que "InTalSur nace como una filial de la empresa provincial de la Industria Alimentaria que se dedicará al comercio electrónico internacional y será la encargada, en un próximo paso, de asociarse a una entidad extranjera como asociación económica internacional". Posteriormente, se convertiría en mayorista.

"Lo que estamos logrando hoy es un verdadero desafío, porque no hay experiencias de este tipo en el país. Hemos tenido que accionar por nosotros mismos, es el resultado de un trabajo en equipo", aseguró.

En enero pasado, la propia radioemisora local informó que el empresario uruguayo había firmado un convenio para asegurar la tecnología y la materia prima para la empresa, mientras que la Industria Alimentaria tunera aportaría la fuerza de trabajo calificada y las instalaciones.

El mismo reporte aseguró que la Empresa Pesquera de Las Tunas, conocida comercialmente como PESCATUN, había firmado un contrato de asociación económica internacional con el empresario canadiense Paul Rodríguez. Sobre ese acuerdo no se ha vuelto a informar. 

En agosto de 2022 el Gobierno cubano anunció una modificación de la legislación que permitía inversiones extranjeras en el mercado mayorista y minorista cubano e inversiones en pequeñas y medianas empresas locales, pero hasta el momento esa medida ha tenido poco éxito.

No fue hasta diciembre de 2022 que se aprobó la primera empresa mixta de ese tipo con la participación de un grupo ferretero español, cuyo objetivo era comercializar sus artículos en los mercados mayorista y minorista. De acuerdo con los reportes de la prensa oficial, ese comercio, ubicado en La Habana, debía entrar en funcionamiento durante el primer trimestre de 2023. Pero por el momento no se ha informado su apertura.

En abril último, el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) de Cuba informó que había recibido 52 propuestas de negocios de 18 países, pero solo había dado luz verde a uno.

El proyecto aprobado fue el contrato de Asociación Económica Internacional (AEI) Faibus S.A., "destinado a la comercialización, en línea, de productos alimenticios, higiene personal y del hogar", otro impulso a la modalidad que sustentan los cubanos residentes en el exterior, al realizar las compras a sus familiares en Cuba.

En diciembre de 2022 el director técnico del Grupo Comercializador de Productos Industriales y de Servicios del MINCIN, Raúl Delgado Rodríguez, dijo al diario oficial Granma que la nueva plataforma para la venta electrónica estaría lista a inicios de 2023, pero la nota de abril pospuso su arrancada para el segundo trimestre de este año. Estamos en julio y no hay noticias de ella.

A partir de 2020 el Gobierno cubano comenzó a dolarizar la red de mercados minoristas operada por el conglomerado de los militares cubanos GAESA. Entonces informó que ello permitiría mejorar la oferta en pesos cubanos para los ciudadanos que no tienen dólares ni parientes emigrados. No obstante, desde entonces la escasez no ha hecho más que empeorar y es visible incluso en esas tiendas, que tampoco escapan a las fluctuaciones de abastecimiento.

Sin embargo, la precariedad del sistema productivo cubano, basado en una economía centralizada, la excesiva burocracia, la verticalidad en la toma de decisiones, los frenos al sector privado y la obligatoriedad impuesta a las empresas extranjeras de contratar fuerza de trabajo local a través de una agencia empleadora perteneciente al Gobierno y no de forma directa, han sido lastres a las oportunidades de inversión en Cuba.