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Inversión

Ante la crisis, Malmierca tira una falsa alfombra roja a la emigración cubana

En Cuba no habrá inversión, ya sea de nacionales, emigrados o extranjeros, mientras no se liberen las fuerzas productivas, no exista división de poderes, y no sean restituidos los derechos individuales.

Miami
Ruina de una tienda en La Habana.
Ruina de una tienda en La Habana. Diario de Cuba

Desesperado por la bancarrota del país, el Gobierno cubano prepara el Foro Empresarial Cuba 2021, a celebrarse entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre, en sustitución de la Feria Internacional de La Habana, suspendida por la pandemia. Allí se promoverá, entre otras cosas, la inversión extranjera de mano de los emigrados cubanos.

En el evento habrá un panel especial en el que se hablará con cubanos residentes en el exterior sobre las posibilidades de negocios abiertas en la Isla. Según el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, esta iniciativa está amparada en la Ley No. 118 de Inversión Extranjera, la cual "no establece ningún tipo de restricción sobre el origen del capital".

Sin embargo, esta nueva posición resulta totalmente opuesta a la de hace siete años, cuando el propio ministro, en víspera del anuncio de la nueva Ley de Inversiones, expresó: "los emigrados podrán invertir siempre que se trate de personas que no tengan posiciones adversas al proceso revolucionario ni estén vinculadas con la mafia terrorista miamense y que, por otra parte, ofrezcan un negocio de interés sustantivo para el país según la cartera de inversiones existente. La nueva Ley de Inversiones no prohíbe la inversión de los cubanos residentes en el exterior, pero tampoco la promueve". La nueva Ley, al igual que la anterior de 1995, según las palabras del ministro en aquel entonces, considera inversionista extranjero a la persona natural o jurídica con domicilio y capital en el extranjero, "lo cual incluye a los ciudadanos de la isla residentes en el exterior".

En realidad, todo lo expresado por el ministro en 2014 no fue más que un juego de palabras, pues a día de hoy no hay una sola inversión de emigrados cubanos en la Isla. El régimen nunca lo ha contemplado ni permitido; nunca le ha convenido.

Por tanto, esta movida que se acaba de anunciar no es más que una muestra del desespero de una economía en bancarrota. No solo se ha perdido el acceso a las pocas líneas de créditos internacionales por incumplir los pagos, sino también por la caída abrupta de los pocos rubros exportables con los que cuenta el país. Esta bancarrota también incluye las mediocres medidas tomadas por el Gobierno para salir de la crisis, que lejos de aliviar la situación, la han empeorado aún más, tal y como evidenciaron las protestas masivas, pacíficas y espontáneas ocurridas en más de 50 ciudades del país el pasado 11 de julio.

Entre las medidas de orden económico que más han impactado en esta situación podemos mencionar la Tarea de Ordenamiento Monetario, la cual ha llevado a la bancarrota a miles de empresas estatales y ha hecho crecer la inflación en un 6,900%. A ella hay que sumar la burda dolarización de la economía, a la vez que la prohibición del depósito de dólares en efectivo en cuentas bancarias y la implementación reciente de la castrada Ley de MIPYMES, que limita grandemente la iniciativa privada ciudadana y las inversiones, tanto de cubanos residentes en la Isla como en el exterior.

Por otra parte, como parte del guion de esta apertura forzada de última hora, el Gobierno, que no tiene un centavo para comprar medicamentos y alimentos, acaba de aprobar la Resolución 285/ 2021 de Banco Central, publicada en la Gaceta Oficial, la cual dispone que las instituciones financieras pueden conceder créditos en moneda extranjera a las CNA y MIPYMES del país, previa aprobación del Banco Central de Cuba.

Créditos en moneda convertible a MIPYMES y CNA, una nueva cortina de humo

Basada en esta Resolución, el Gobierno autorizó a la Financiera Iberoamericana S.A a otorgar créditos en moneda extranjera a Cooperativas No Agropecuarias (CNA) y micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES). Para ello, se otorgó una nueva licencia a Financiera Iberoamericana S.A. para desarrollar todas aquellas actividades previstas para las instituciones financieras no bancarias, de acuerdo con lo establecido en el Artículo 14 del Decreto-Ley 362, "De las Instituciones del Sistema Bancario y Financiero".

En este sentido, con la entrada en vigor de esta Resolución el Gobierno cubano aparenta ofrecer oportunidades de crédito a las 324 MIPYMES y CNA que en estos momentos se encuentran en activo, de las cuales 22 forman parte de proyectos de desarrollo local, 15 han realizado previamente operaciones de exportación y cuatro están incubadas en el Parque Científico y Tecnológico de La Habana.

Sin embargo, la mencionada Resolución no indica en qué condiciones serían otorgados esos créditos, ni tampoco cuál sería el monto límite de estos.

La medida en realidad parece ser más una cortina de humo que una verdadera opción para que estas empresas pueden acceder a financiamiento. Hay que recordar que la economía cubana se encuentra en total bancarrota y que el país no ha podido pagar su deuda externa en los últimos tres años por no tener liquidez. Al mismo tiempo, resulta contraproducente este anuncio cuando a las empresas extranjeras presentes en la Isla se les deben cientos de millones de dólares debido al corralito financiero.

Bajo estas circunstancias, es comprensible que el régimen no tenga un centavo y menos aún para realizar préstamos al sector privado que se quiere falsamente ponderar. En realidad, el régimen siempre ha sido reacio a promover el emprendimiento ciudadano, al cual ha marginado en todos los ámbitos. Todos sus movimientos financieros han sido dirigidos a las ineficientes empresas estatales, supeditadas a la economía centralizada.

La nueva versión del régimen es pura continuidad de lo que implementó Fidel Castro desde el triunfo de la revolución. Solo basta recordar la arenga delirante del dictador el 13 de marzo de 1968, en un discurso pronunciado en la escalinata de la Universidad de La Habana, cuando justificaba la llamada "ofensiva revolucionaria", que barrió de la faz de la tierra los últimos rastros que sobrevivían del sector privado en Cuba.

Entre las frases más notorias podemos citar: "¡Señores, no se hizo una revolución aquí para establecer el derecho al comercio! ¿Cuándo acabarán de entender que esta es la Revolución de los socialistas, que esta es la Revolución de los comunistas? ¿Cuándo acabarán de entender que nadie derramó aquí su sangre luchando contra la tiranía, contra mercenarios, contra bandidos, para establecer el derecho a que nadie ganara, vendiendo ron, 200 pesos, o 50 pesos vendiendo huevos fritos o tortillas?" "De manera clara y terminante debemos decir que nos proponemos eliminar toda manifestación de comercio privado, de manera clara y terminante hay que decir que no tendrán porvenir en este país ni el comercio ni el trabajo por cuenta propia ni la industria privada ni nada".

Conclusiones

En su pataleo por sobrevivir a la crisis que ha llevado al sistema a la puerta de la autodestrucción, el régimen cubano acaba de tender una extraña alfombra roja a la migración nacional para que se convierta en el mecenas que lo salve de su hundimiento definitivo. Para ello, vuelve una vez más con el cuento de que los emigrados pueden invertir en la Isla.

Mientras la economía languidece dada la crisis de liquidez, la baja del turismo y de las exportaciones, la disminución considerable de los envíos de petróleo desde Venezuela y el decrecimiento de los ingresos por exportación de servicios médicos, la crisis política y social del país se hace más profunda en la medida que la protesta ciudadana crece.

En Cuba no habrá una verdadera inversión, ya sea de nacionales, emigrados o extranjeros, mientras no haya una verdadera liberación de las fuerzas productivas, no existan leyes que amparen un mercado de libre comercio, de libre empresa y de libertad de precios. No habrá inversión hasta que no exista división de poderes, un marco jurídico que proteja a los empresarios y a los ciudadanos, y no sean restituidos los derechos individuales abolidos en 1959.

Todo lo que ocurra fuera de este contexto de cambios urgentes y necesarios, será pura continuidad del castrismo: fracaso, miseria, y un futuro sin porvenir para todos los cubanos.

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11 comentarios

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Yo voy a invertir una bolsa de meao y otra de mierda.

Un amigo mio construyó una casa con entrada aparte en el techo de su padrastro en el Vedado,el pensaba que con el deshielo iba a tener una casa en Cuba. Se filtro la información de esto y le decomisaron la casa al pobre viejo testaferro bajo el pretexto de que la que alquilaba a una prostituta o jinetera.Ahora vive la querida de un coronel del MININT, que por cierto le hace la vida miserable a su padrastro 37.000 dolares tirados a la m.... o mejor dicho a la concubina del alto oficial...

Este debería de llamarse malmierda,lleva años buscando tontos útiles que pongan dinero en cubaletrina y no pone una recuerdo que el asesino mayor le dijo una vez a la comunista bachelet en una visita a cuba se lo presento y le dijo este es el ministro de comercio que tenemos el viaja mucho pero comercia poco y el muy guatacon decía que si con la cabeza son todos inectos

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¡ QUE SE J0DAN !

Hace algunos años, participé junto a varios inversionistas en una reunión privada en Florida con funcionarios de la embajada cubana para la promoción de negocios en la isla con un techo de hasta un millón de dólares, así que esta idea no es nueva.

Allí expresé mis dudas sobre el éxito de semejantes empeños, no por las oportunidades o el bien que pudieran derivar en favor de los cubanos, sino porque en Cuba no habían leyes claras que protegieran a las empresas privadas y menos las inversiones de capital activo.

Aquella impertinencia no gustó y debo confesar que me sentí intimidado dada mi posición anticlimática en medio del entusiasmo y optimismo de estos eventos prometedores de un nuevo trato del gobierno cubano para la sociedad civil y su comunidad exterior.

Excelente artículo del señor Emilio Morales, definitivamente fuera de un contexto de cambios, estas propuestas del gobierno cubano carecen de valor e interés.

Son unos desvengonzados. Hacen cualquier cosa para salvar el " Socilaismo", lease, su nivel de vida, sus privilegios, que es lo unico que buscan.

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MalMIerDA jejeje por favor , por lo que entinedo ni los carteles quiren hacre negoio con ustedes , vamos a ver como salen de esta

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Le agradecemos al compañero Másmierda por la alfombra roja, mientras tanto que Másmierda le pase la aspiradora a diario, vamos muy pronto, a "aquello" le queda muy poco.........

Lo bueno que tiene Cuba , es lo malo que se esta poniendo aquello. Si bien no es facil tumbarlos, a ellos le es imposible levantarlo.

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Que esperen sentados. Mientras en esa isla no haya economía de mercado y garantías legales para proteger la propiedad privada, estarán otros 60 años, si es que llegan, con libreta de abastecimiento y recibiendo donaciones de Malawi.

Son unos caretudos barrigones. El cuento chino ese ya se lo saben los “mafiosos cubanos americanos de Miami”. No ponen una. Son unos cuatreros peores que los sinvergüenzas que tenemos en las naciones latinoamericanas.