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Economía

La zafra azucarera de 2021 no llegará al objetivo de 1,2 millones de toneladas, dice el Gobierno

La actual molienda en Cuba, que debió concluir a finales de abril, se alargará hasta que las lluvias de mayo lo permitan.

Madrid
Central azucarero en Cuba.
Central azucarero en Cuba. VANGUARDIA

La presente campaña azucarera en Cuba no conseguirá alcanzar las 1,2 millones de toneladas que el Gobierno se había planteado como objetivo, admitió el vicepresidente primero del grupo estatal AZCUBA, José Carlos Santos.

En declaraciones a EFE, el funcionario indicó que la actual molienda, iniciada en diciembre de 2020 y que debió concluir a finales de abril, se alargará hasta que las lluvias de mayo lo permitan.

De los 156 centrales operativos antes de 1959 quedan apenas 56 en funciones, y solo 38 de ellos están moliendo en la cosecha 2020-2021, indicó Santos.

Los 5,6 millones de toneladas de azúcar conseguidos en el primer año con Fidel Castro en el poder y los siete y hasta ocho millones en las mejores temporadas entre 1970 y 1989, se han reducido a poco más de un millón proyectado para la actual zafra.

La emblemática industria azucarera cubana se ha visto afectada en los últimos 60 años por el embargo financiero y comercial de Estados Unidos, con pérdidas de unos 125.000 millones de dólares, según estimaciones de La Habana, y la imposibilidad de acceder al mercado del país norteamericano.

Asimismo, el desmontaje de buena parte de la industria emprendido por Castro en la década de 1990 fue el golpe mortal del que hasta la fecha no se ha recuperado el otrora sector orgullo de la agroindustria de la Isla.

A ello se suma la obsolescencia tecnológica, la falta de fertilizantes y combustibles, la baja disponibilidad financiera y otros factores que frenan el desarrollo de este sector estratégico por su aporte de divisas con las exportaciones de azúcar, alcohol (sobre todo ron), energía y otros derivados, reconoció el funcionario.

Esto provoca la paralización frecuente de la producción en los centrales y la baja calidad de la materia prima, fundamental en un cultivo de ciclo largo.

De las fábricas que aún funcionan, muchas lo hacen con el empuje, la "inventiva" y el sentido de pertenencia de sus propios trabajadores, como el central Boris Luis Santa Coloma, antes San Antonio, 53 kilómetros al este de La Habana, dijo Santos.

A ello se suma el impacto de huracanes como el Irma, que cortaron el ligero crecimiento experimentado en 2011, tras realizar en 2010 la peor cosecha en 105 años, con apenas un millón de toneladas.

Irma arrasó en 2017 más de 430.000 hectáreas de caña y dejó una veintena de fábricas con techos afectados y estructuras deterioradas. Como consecuencia, se dejaron de producir 700.000 toneladas de azúcar desde 2017, aseguró Santos.

A finales de la década de 1950 existían en Cuba 161 centrales azucareros, de los cuales 131 eran propiedad de cubanos acaudalados que acumulaban el 60% de la producción, en comparación con el 37% de empresarios estadounidenses.

Al triunfo de la Revolución en 1959 se nacionalizaron las plantaciones azucareras, aunque en un principio los ingenios siguieron en manos de sus propietarios. El objetivo era diversificar una economía enfocada en el monocultivo y acabar con la dependencia del comprador estadounidense.

En 1960 Cuba realizó la última exportación azucarera a EEUU, de 1,9 millones de toneladas. Washington suspendió el beneficio de la cuota preferencial, una de sus primeras sanciones económicas contra La Habana.

Fidel Castro nacionalizó ese mismo año las fábricas de azúcar, así como los ingenios de propiedad estadounidense, y la Unión Soviética se comprometió a comprar un porcentaje mayor de la cosecha cubana anual hasta 1970.

La desintegración de la URSS en 1991 dejó a Cuba sin su mercado principal, lo que desencadenó la grave crisis del "Periodo especial".

Cinco años después la zafra cayó a 4,3 millones de toneladas. La solución fue reducir costos y capacidad de producción y destinar las tierras a otros cultivos, en plena caída del precio del azúcar a nivel mundial.

En 2002 Fidel Castro anunció una "reestructuración" de la industria azucarera con el cierre del 70% de los ingenios, lo que redujo a la mitad la capacidad de producción, y un 60% de las tierras de la caña se destinó a otros cultivos por su baja rentabilidad.

Esa metamorfosis incluyó la creación del grupo empresarial de la agroindustria azucarera AZCUBA, que relevó al Ministerio del Azúcar al frente del sector para elevar la eficiencia de la industria.

Sin embargo, tras la subida de los precios en el mercado mundial en 2006 las máximas autoridades de la Isla adoptaron la estrategia de "fabricar más azúcar". Pero la crisis se sostiene en el sector.

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2 comentarios

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Eso es la zafra azucarera...y la de boniatos?

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