'El sector privado en Cuba no debe estar condenado a actividades de baja intensidad tecnológica y profesional'

El economista cubano Julio Carranza afirmó en sus redes sociales, tras la divulgación de los 124 grupos de actividades prohibidas para el sector privado en Cuba, que "no quedan claros ni explícitos los criterios empleados para la inclusión o exclusión de las diferentes actividades" en la lista del Gobierno.

Además, el especialista consideró que la prohibición de un grupo de actividades "no se justifica ni económica, ni social ni políticamente", además de que "entorpece el potencial productivo del país y el despliegue de su principal recurso que es la fuerza de trabajo calificada".

"Impedir que un arquitecto o un ingeniero o un informático o un ingeniero de sonido, por citar solo algunos ejemplos, pueda ejercer por cuenta propia su profesión es condenar ese conocimiento a la descalificación y privar a la sociedad de sus servicios. El sector no estatal no debe estar condenado a actividades de baja intensidad tecnológica y profesional", agregó.

El profesor de la Facultad de Contabilidad y Finanzas de la Universidad de La Habana, Fidel de la Oliva, mostró preocupación principalmente por la "sección M" de las prohibiciones, dedicada a las "actividades profesionales, científicas y técnicas".

Según el especialista, dichas labores deben "tener un efecto multiplicador que potencie la eficiencia de la producción y distribución de riqueza en la sociedad y cuyo mal manejo, en consecuencia, puede erigirse en freno al desarrollo que se pretende alcanzar".

Por ese motivo, afirmó que "el ejercicio de labores tales como la consultoría o la asesoría, tanto a los propios cuentapropistas, como al sector empresarial o estatal en general, propicia el despliegue de las fuerzas calificadas y la imbricación entre estas, en beneficio de todos los implicados y del Estado, que al final es el conjunto de todos ellos".

De la Oliva consideró que "todas las actividades entrañan riesgos", pero "prohibir en base a esos riesgos significa, en buen cubano, 'botar el sofá' e incluir dentro de estas prohibiciones el ejercicio pleno de la contabilidad, por ejemplo, significa ignorar el hecho de que el control es parte de sus funciones profesionales".

"¿Cómo pueden pensar que nos van a sacar de esta crisis tremenda con trabajos de poco peso intelectual y tecnológico en pleno 2021?"

No solo los estudiosos de la economía expresaron su descontento con las medidas, sino también emprendedores como Raúl Rodríguez Blanco, quien se mostró decepcionado por la exclusión del sector turístico de las labores permitidas a los privados, por lo que afirmó que tendrán que "seguir ilegales sin aportar al fisco como debería ser y sin poder desarrollar aún más su trabajo".

Rodríguez Blanco, extrabajador del Banco de Inversiones, agregó que "la prohibición de ejercer la arquitectura de manera autónoma es otro desastre", y prefirió "ni hablar de los excelentes cibernéticos e ingenieros de programación cubanos que vemos ganando pequeñas fortunas en USA, Canadá, España y un largo etc.".

"¿Es que no pueden trabajar y desarrollar sus capacidades aquí? ¿Será que alguien piensa que es más negocio que manden remesas? (…) ¿Cómo pueden pensar que nos van a sacar de esta crisis tremenda con trabajos de poco peso intelectual y tecnológico en pleno 2021?", preguntó.

La jurista Darsi Fernández, por su parte, afirmó que la lista fue publicada "antes que las normas jurídicas para medir su impacto", por lo que dijo que "podrá ser modificada en la medida en que los decisores reciban argumentos serios y contundentes de los diferentes gremios", aunque no abundó sobre las vías para hacer llegar dichos reclamos.

"Tan importante como las listas en sí, serán los trámites procesales y la transparencia y confiabilidad de las personas que deban decidir cuáles van a ser aceptadas y cuáles no. De la calidad y transparencia de estos procesos dependerá que nos enfrentemos a nuevos espacios de corrupción o a una verdadera dinamización de la vida económica del país", agregó Fernández.

En lo que ha coincidido la mayor parte de los especialistas y trabajadores privados es en la necesidad de aprobar la Ley de Pequeñas y Medianas Empresas. En ese sentido el emprendedor Camilo Condis afirmó a El Nuevo Herald que "no deja de ser una medida incompleta si no viene acompañada de la legalización de la pequeña y mediana empresa en Cuba".

"Las pequeñas y medias empresas no solo resolverían la mayoría de las dificultades legales y tributarias que enfrenta el sector privado en Cuba actualmente, sino que son imprescindibles para el saneamiento y evolución de la economía cubana", agregó Condis.

El economista Pedro Monreal, en ese sentido, escribió que las nuevas medidas en torno al llamado trabajo por cuenta propia parecen ser "un esquema de emprendimiento por subsistencia dirigido a generar ingresos diarios para vivir, sin visión de crecimiento y que tiende a no generar mucho valor agregado, ni excedentes", por lo que opinó que "desde una perspectiva de desarrollo, es una 'traba'".

Las medidas podrían ser un guiño a la Administración de Biden

La artista cubana Tania Brugera se refirió no solo en las libertades económicas, sino a las de expresión también, por lo que afirmó al diario español ABC que el anuncio de la lista de actividades prohibidas "deja al descubierto la verdadera cara del Gobierno".

"Estamos en shock porque nosotros estábamos pidiendo un diálogo al Ministerio de Cultura, y entre los puntos que estaban sobre la mesa era el reconocimiento del posicionamiento independiente, y de pronto hemos visto que por su parte todo fue completamente cínico, pues en el momento de las reuniones ellos ya tenían que estar trabajando en esta lista. Con esto se han quitado la máscara completamente", agregó.

La supuesta "liberación" de sector privado en la Isla, anunciada recientemente por el ministro de Economía y la ministra de Trabajo y Seguridad Social es para muchos un guiño a la nueva Administración de EEUU encabezada por Joe Biden.

En Twitter, Ben Rhodes, quien fue consejero de Obama, saludó la noticia como "una señal bienvenida" y agregó que "la administración Biden puede hacer que esto sea más beneficioso para el pueblo cubano reanudando la apertura a Cuba lo antes posible".

"Ya era hora", reaccionó el senador estadounidense Patrick Leahy. "Estados Unidos debería afirmar que el embargo nunca tuvo la intención y no se utilizará para penalizar a la empresa privada en Cuba", indicó.

No obstante, para numerosos estudiosos se trata de una estratagema de las autoridades, que solo han sustituido la lista de actividades permitidas por la de prohibidas, pero la realidad se mantendrá igual, y en algunos casos peor. El economista Mauricio de Miranda lo calificó como "cambios cosméticos y en algunos casos, franco retroceso".

Elías Amor, economista y presidente de la Unión Liberal Cubana, afirmó que "la principal preocupación de las autoridades debería ser salvar el tejido productivo empresarial, que en el caso cubano, junto a las ineficientes empresas estatales, se encuentra formado en gran parte por pequeños emprendedores privados que tienen un escaso margen de maniobra frente a la situación actual".

"El régimen, en esta crisis, ha tomado menos medidas de apoyo a los sectores empresariales de las necesarias, y por supuesto, claramente inferiores a las de otros países de América Latina y Caribe. Y lo más grave es que más medidas, y sobre todo, eficaces, ni están ni se las espera", finalizó.