El régimen cubano realizó este miércoles el juicio del preso político Asdrúbal Kindelán Garbey en la ciudad de Santiago de Cuba. "Todo fue muy tenso porque quise despedir a mi abogado ahí mismo en el juicio", explica vía telefónica a DIARIO DE CUBA este padre de familia.
Kindelán participó en las protestas populares que ocurrieron en la carretera del Morro de Santiago de Cuba el 17 de marzo de 2024. Allí estuvo acompañado por sus hijos, uno de 18 años y una bebé que llevaba de brazos, para exigir que cesaran los frecuentes cortes de electricidad y le dieran los productos atrasados de la canasta básica.
"Me piden cuatro años", detalla Kindelán sobre el juicio. "Tengo que recoger la sentencia el día 31 (de octubre), vamos a ver qué pasa. Me citaron para las 8:30AM y el juicio fue a las 4 y pico de la tarde. Así es este país, todo es burocracia, te citan para una hora y es por gusto. En el juicio no pasó nada. A las personas de a pie nadie les cree, a quienes le creen es a los jueces y a los fiscales. Como me dijo al principio de todo esto un fiscal: 'Nosotros somos una organización que presta servicio al Gobierno'".
Randy Kindelán, hermano de Asdrúbal, explicó a principios de agosto al medio independiente YucaByte cómo transcurrió la protesta en que participaron: "Al igual que muchos santiagueros, fuimos para la manifestación de la carretera del Morro. Sin formar nada, pacíficamente, gritamos 'Patria y Vida' y pedimos libertad y que no hubiera más hambre y apagones. Lo hicimos sin agredir, sin tirar una piedra, sin ofender ni decir palabras obscenas contra ningún dirigente".
Como parte de la ola represiva desatada tras las mencionadas protestas, el Ministerio de Interior (MININT) desplegó un amplio dispositivo el sábado 23 de abril en casa de Kindelán para arrestar a su hijo Cristian Osmauri. El preso político protestó ese mismo día en la estación donde detenían al joven de 18 años, y el 3 de abril el régimen lo arrestó a él tras excarcelar a su hijo. Estuvo preso en una cárcel santiaguera hasta el 12 de agosto de 2024, cuando fue liberado con una fianza de 10.000 pesos.
"El fiscal me dijo en el juicio que mis causas eran amenaza y atentado", explica Kindelán. "Ellos (las autoridades) llevaron a cinco o seis 'guardias' (presuntos agentes del MININT) como testigos. Esa gente habló de la directa que yo había hecho desde la estación diciendo 'Patria y Vida'. Una oficial instructora dijo que oyó cuando yo había amenazado a un guardia, todo mentira".
El juicio de Kindelán duró poco más de dos horas porque a su favor solo declararon su madre y su hermano Randy. "El fiscal y la jueza me dijeron que no hacía falta más testigos para decir lo mismo. Solo me dieron un papelito para recoger la sentencia. En dependencia del resultado, apelaré o calentaré las redes nuevamente", insiste Kindelán.
Durante todo el juicio nunca se mencionaron detalles sobre la sanción que la Fiscalía santiaguera pidió para Kindelán. Solo después de terminar se supo que le pedían cuatro años, porque su madre le preguntó a la secretaria de la sala.
Como declaró en el citado texto un abogado del centro de información legal Cubalex, Alain Espinosa, los marcados intereses represivos del régimen no se circunscriben a los episodios de protestas populares: "En el caso particular de Asdrúbal, ni siquiera fue detenido inicialmente por algún hecho relacionado con la protesta pacífica ocurrida en Santiago de Cuba. Su detención responde al hecho de silenciarlo para evitar que denunciara las violaciones de las que había sido víctima su hijo".
"Un aspecto que llama la atención es que la excarcelación de Cristian Osmauri se produjo casi al unísono que el encarcelamiento de su padre", concluyó Espinosa. "El intercambiar o mantener a un miembro de la familia encarcelado es un método tradicionalmente utilizado por la Seguridad del Estado como mecanismo de control, que le permite lograr cierto efecto inhibitorio sobre todo en cuanto a libertad de expresión, para impedir las denuncias de sus violaciones".