La campaña "Está pasando de nuevo" fue presentada este jueves en una conferencia de prensa en la que participaron activistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como organizaciones de derechos humanos que operan en dichos territorios. Se trata de una campaña de concientización y visibilización sobre los crímenes contra las libertades que comenten las autoridades represivas de estos regímenes totalitarios. Uno de los objetivos es difundir las historias de los presos políticos que los gobiernos de Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega mantienen en sus cárceles.
"Las prisiones políticas son justamente lo que describió Luis Manuel Otero Alcántara, son catedrales del mal", empezó diciendo Alain Espinosa, abogado del grupo de asesoría legal Cubalex.
"Cada vez existen más presos políticos, y para nosotros es muy importante que aquellos países cuyas democracias son más sólidas puedan visibilizar aún más la situación en la que nosotros estamos. Necesitamos de los países democráticos para poder nosotros alzar más la voz y exigir que ya no haya más presos políticos en nuestros países", dijo el activista venezolano Víctor Navarro.
La campaña va dirigida a países que vivieron sistemas totalitarios, como Argentina, Chile, Colombia y España, porque "son países que entienden la dimensión no solamente del daño, también entienden la importancia de poder vivir en libertad y vivir en democracia", agregó Navarro.
Durante la conferencia, activistas de los tres países actualizaron las cantidades de presos políticos que permanecen en sus cárceles. Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders dijo que en Cuba hay actualmente 1.092 prisioneros políticos verificados, aunque el número pudiera ser mayor. En Venezuela, informó Navarro, según la ONG Foro Penal hay 269 encarcelados por razones políticas. Mientras que en Nicaragua, según la activista Yaritzha Mairena, hay 121, "pero la lista sigue aumentando", precisó.
"Realmente no hay palabras para describir el sufrimiento humano que viven en este momento los presos políticos y más precisamente las personas que están recibiendo tortura física y psicológica", dijo Mairena.
"El autoritarismo lo venimos viendo desde hace muchas décadas, parece que nunca ha dejado Latinoamérica y ha vuelto con muchísima fuerza en una serie de países en la región. Ahora estamos hablando de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que tienen en torno a 1.450 presos políticos, pero la situación en la región es para preocuparse. Necesitamos, evidentemente, la solidaridad de los países que ya están en democracia y que han pasado por lo mismo, con Videla, con Pinochet, con Franco, con otros dictadores, para que sepan que está pasando de nuevo y que ahora necesitamos de su solidaridad", subrayó Larrondo.
"Y además una solidaridad transversal. Es decir, no puede ser que unos dictadores sean de un signo y otros de otro, y entonces hay un grupo que apoya o no protege los derechos humanos porque son de un signo o de otro. No, hay que luchar contra todas las dictaduras totalitarias porque son la peor lacra que está asolando Latinoamérica en este momento", sentenció.
La juventud es uno de los grupos estratégicos a los que va dirigida la campaña, dijo Navarro. "Hemos tenido reuniones con grupos universitarios donde les brindamos material para poder seguir alzando la voz sobre lo que está pasando en nuestros países. Y muy concretamente, quiero decir que es muy importante que no subestimemos la capacidad de un tuit", añadió.
Larrondo, por su parte agregó que "a medida que hablemos de ello, a medida que hagamos este tipo de campañas, a medida que digamos que esto no puede seguir pasando, este tipo de campañas cobran muchísimo más valor".
"En el caso de Cuba, si logramos que las sanciones vayan, que no se queden solamente en un pronunciamiento, sino que sean sanciones efectivas en cuanto a la parte económica, en cuanto a la financiación que se le ofrece, va a ser extremadamente efectivo", dijo Espinosa.
Buena idea; “Hemos tenido reuniones con grupos universitarios…”. Sin embargo, para cambiar la percepción de estos estudiantes sobre Cuba, parece necesario el alcance de cientos de universidades en este hemisferio a través de un plan comunicacional que no requiere la presencia física de activistas; sino por teléfono y correo electrónico.