La disidente cubana Rosa María Payá, líder del movimiento Cuba Decide y presidenta de la Red de Jóvenes Latinoamericanos por la Democracia, se expresó a favor del respeto a los derechos humanos en Cuba y denunció la represión del régimen de la Isla contra sus ciudadanos en la Sesión Especial del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA). También alertó que la democracia y el respeto a los derechos humanos "continúan en retroceso" en el continente.
A cuatro días del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Payá reconoció a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el "veredicto histórico" que responsabiliza a la dictadura castrista de la muerte de su padre, el opositor Oswaldo Payá, y el joven Harold Cepero el 22 de junio de 2012.
Asimismo Payá subrayó que la falta de posicionamiento del Consejo Permanente de la OEA, que "ha decidido ignorar el crimen y aún no se pronuncia, ni para condenar el hecho", es una señal "terrible", que lanza un mensaje de impunidad a los represores cubanos y latinoamericanos.
Denunció además, "la persecución política de los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba contra sus ciudadanos" y alertó que "los jóvenes han sido las principales víctimas de la represión en estos tres países" y que los usan como "moneda de cambio" para obtener concesiones de la comunidad internacional.
La opositora destacó que los activistas y disidentes cubanos han sido los que han liderado la lucha por la democracia en Cuba, "bajo la más cruel represión posible de un régimen de partido único comunista". "Los que en Cuba nos levantamos en favor de los derechos humanos nos enfrentamos con tres opciones: el exilio forzado, la cárcel o la muerte", aseguró.
Payá puso como ejemplo la muerte del cubano Diubis Laurencio Tejeda durante las protestas de julio de 2021 y la más reciente del preso político Luis Barrios, cuya muerte por negligencia de las autoridades carcelarias, que impidieron su atención médica adecuada, es responsabilidad del régimen.
En junio de este año, un informe de la CIDH concluyó que el régimen cubano tuvo responsabilidad en la muerte de los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero en 2012, y condenó las torturas y la violación de las garantías judiciales en perjuicio del político español Ángel Carromero.
El "informe de fondo" sobre el caso Payá, fue publicado diez años después de la demanda presentada por las familias de los dos opositores y por el propio Carromero.
En su discurso, Payá denunció también que en Cuba hay más de 1.000 personas en prisión "por pensar distinto". Destacó que en la Isla "hay más presos políticos que en el resto del continente", y "600 de ellos son jóvenes".
"Denunciamos que el régimen ha forzado al pueblo cubano a una profunda crisis económica, social y de violencia política, que los cubanos sabemos que la única salida a la crisis es la salida de la dictadura, y que estamos exigiendo el cambio democrático como lo demuestran las miles de protestas de los últimos años", aseguró Payá antes de concluir su intervención.
Esas dictaduras se pasan por las narices las denuncias. Tienen la sartén por el mango y se sienten invencibles.
Muy bien por Rosa María Payá. Toda denuncia del régimen en organismos internacionales es más que válida.