A casi cuatro años de la performance Drapeau, en la que Luis Manuel Otero Alcántara utilizó la bandera cubana "como segunda piel" durante 24 horas por un mes, y tras más de dos años de su injusto encarcelamiento, el régimen insiste en el uso del delito de "ultraje a los símbolos patrios” contra los ciudadanos cubanos.
Ahora, la activista cubana Aniette González García, de Camagüey, enfrenta una petición fiscal de cuatro años de cárcel por posar en una foto en la que aparece envuelta en la bandera de Cuba, mientras que figuras del mundo del arte que son afines al régimen actúan impunemente con la bandera en escenarios nacionales.
Para analizar el tema, DIARIO DE CUBA conversó con el abogado cubano Edel González y los artistas visuales Julio Llópiz-Casal y Julio Lorente.
"La ley cubana de símbolos patrios, que se modificó hace dos años, es muy abierta. Es extremadamente subjetiva en tanto establece el grupo de infracciones que la ciudadanía puede cometer con cualquier símbolo patrio, pero no ha generado una comisión de análisis que sea independiente a cualquier tipo de posicionamiento ideológico cuando se denuncia a una persona por cometer una infracción relacionada con los símbolos patrios", destacó González.
El abogado explicó que al faltar esa comisión y no existir una estructura independiente que pueda valorar "desde el punto de vista racional y concreto" las actitudes que las personas tienen con respecto a los símbolos patrios, todo "cae en manos de las autoridades policiales que son las que deciden".
"Entonces los conceptos de actos deshonrosos, de ultraje, de desprecio, e incluso el nuevo Código Penal introduce un nuevo verbo, 'el que mancille', ya quedan en manos de estas autoridades que son los que establecen la denuncia. Luego pasan a la Fiscalía, la Fiscalía considera que hay ese tipo de ejecución deshonrosa, ese tipo de acto de desprecio y automáticamente ya considera que el delito está", explicó González, que fue juez en Cuba durante 17 años.
Apuntó además que desde el caso de Luis Manuel Otero Alcántara, "que no estaba para nada mancillando ni ultrajando la bandera", arreciaron las penas por este tipo de delitos. "El máximo de condena cuando el caso de Luis Manuel era de un año de privación de libertad y ahora con Aniette, el máximo de sanción a imponer es de cinco años de privación de libertad, es decir, que se incrementó en más de cuatro veces la sanción", alertó.
A su juicio "esto implica que el régimen ha querido monopolizar" y "sustraer un símbolo" para evitar la libertad de expresión, la creación intelectual y artística "con el propósito de que se establezca un terror en las personas, un miedo, y en ese sentido se priven de usan un símbolo que es de todos".
"¿Dónde está definido ultrajar, mancillar o mostrar desprecio? No está definido. Por tanto queda en la subjetividad de los denunciantes y queda después en la convicción que crean los jueces si se da o no el acto deshonroso. Como no tenemos independencia judicial y generalmente cuando los asuntos son de intentes político, al tratarse de un juicio contra un disidente, se controla la toma de decisiones desde los órganos superiores del sistema judicial y prácticamente ya allí la justicia está coartada y hay pocas posibilidades de que las personas puedan vencer y adquirir una sentencia absolutoria", añadió el jurista.
Aniette González García, de 44 años, fue detenida en marzo por las autoridades de Camagüey tras sumarse a la campaña artística "La bandera es de todos", que aboga por la libertad de uso de los símbolos patrios y en apoyo al artista preso Luis Manuel Otero Alcántara. Cuando se cumplía un año y ocho meses del inicio de la campaña "La bandera es de todos", esta cobró fuerza nuevamente y se reactivó en las redes sociales por el activista y periodista Héctor Luis Valdés Cocho, que invitó a retomar esta iniciativa, para cuestionar uno de los delitos por el que fuera encarcelado el líder del Movimiento San Isidro.
El arresto de González García ha provocado indignación entre organizaciones de derechos humanos como el Observatorio Cubano de DDHH, que denuncia la discriminación y doble rasero. Este mismo mes, la cantante Yailin la Más Viral apareció en un evento oficialista bailando envuelta en la bandera, sin consecuencias. También lo hizo el rapero Daniel Hernandez, conocido por su nombre artístico 6ix9ine.
No fue casualidad que fuera en 2019 cuando Otero Alcántara realizara esa acción artística con la bandera. El objetivo era reivindicarla como símbolo de toda una nación, y no como propiedad única del Estado totalitario. La obra respondía a la Ley 128 de los Símbolos Nacionales de la República de Cuba, publicada en la Gaceta Oficial No. 71, del 19 de septiembre de 2019, y cuya puesta en vigor se hizo efectiva en el 2020.
En marzo de 2020, cuando el régimen intentó por primera vez llevar a Luis Manuel Otero Alcántara a los tribunales por "ultraje a los símbolos patrios", salieron en su apoyo 20 medios de prensa independientes que unieron sus voces para exigirle también al régimen poner fin a la censura y al hostigamiento contra escritores, artistas, periodistas o cualquier ciudadano que ejerza la libertad de expresión, un derecho humano básico, consagrado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Cuando finalmente se concretó el juicio, en mayo de 2022, la Fiscalía General de la República aseguró que el artista tuvo "el ánimo expreso, sostenido en el tiempo, de ofender a la bandera nacional, mediante la publicación de fotos en redes sociales donde se le utiliza en actos denigrantes, acompañados de expresiones notoriamente ofensivas e irrespetuosas, menospreciando los sentimientos de nacionalidad y orgullo que le profesa el pueblo cubano a nuestra enseña patria".
El artista Julio Llópiz-Casal, quien junto a Lázaro Saavedra fue testigo de la defensa de Luis Manuel Otero Alcántara, contó a este diario que las preguntas de aquel 30 de mayo durante el juicio se centraron en enfatizar "en qué se basaba para avalar la trayectoria artística” de su colega.
"En el juicio se negaban a verlo como artista, en la parte demandante no había ningún artista cumpliendo esa función, Luis Manuel estaba siendo acusado por las autoridades, por la Policía. La función que cumplimos yo y Lázaro Saavedra, sin mucho éxito por desgracia, fue conducir la mirada a que se pudiera usar la bandera para expresarse", añadió Llópiz-Casal.
Después la Fiscalía se pronunció diciendo que "amigos del acusado" trataron de "justificar la actuación del justiciado". Apuntaron que no dieron credibilidad a ese aspecto al omitir que un símbolo patrio, en este caso la bandera cubana, "genera en el pueblo un sentimiento de patriotismo, que une el pertenecer a la misma tierra, tener el mismo origen, y la misma historia, que se vuelve tangible cuando respetamos la bandera, pues ella es muestra de lo que distingue, identifica y unifica al pueblo cubano".
A criterio de Llópiz-Casal,Otero Alcántara "encontró un detonante importante" en la nueva ley y "puso el foco sobre el tema del uso de la bandera de una manera muy orgánica".
"Una forma que me parece trascendental a pesar de la simpleza y que está aún más legitimada con el hecho, por desgracia, de que él esté en prisión. No es una buena noticia que esté hoy en la cárcel, pero su encarcelamiento cierra desde el punto de vista del sentido de la obra y de los resortes conceptuales dentro del arte, el sentido de esa pieza porque puso sobre el candelero el peligro que corre un artista por el manejo de la bandera cubana", agregó.
El artista plástico opinó que la ley de símbolos patrios que está vigente en Cuba "crea un clima de terror para cualquier persona que quiera valorar los símbolos patrios para expresarse" al ubicarse "en un terreno indeterminado".
Por su parte, el abogado Edel González consideró que "la manera en que se está calificando el delito es arbitraria y hay una manifestación expresa de abuso de poder".
"Se puede, como mecanismo de defensa, presentar al juez que hay un enfrentamiento entre el derecho del uso de la bandera, en sentido positivo, con el derecho a la libertad de expresión, la libertad de apoyar una idea pero no un uso, que no es para nada desprecio de los símbolos patrios. No hemos visto aquí ni a Luis Manuel ni a Aniette romper un pedazo de bandera y negar de ella como cubano, por tanto, si no se da el elemento intencional, no hay posibilidades allí de que sean juzgados y condenados", sentenció el experto.
Para Julio Lorente "lo curioso es la desfachatez del régimen al ignorar su propia normativa jurídica", que indica que tanto los ciudadanos nacionales, como los extranjeros, que estén en el territorio nacional, le deben el mismo respeto a los símbolos patrios. "De aquí se desprende una falta de igualdad ante la ley, característica de cualquier nación moderna", añadió.
Lorente explicó que el Estado cubano "se siente el principal legitimador de lo que es la nación" y señaló que lo está detrás de este debate "es la dignidad del hombre" y "el derecho a su libertad".