El líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) José Daniel Ferrer García depuso la huelga de hambre en la que exigía sus derechos como recluso, informó el propio opositor en una llamada telefónica grabada, publicada en el canal de Youtube de la organización.
Al referirse a la golpiza que recibiera el 9 de diciembre, Ferrer García señaló que sangró "muchísimo por la nariz".
"Quedé en el piso, tendido, en malas condiciones, y el teniente coronel Pineda siguió dándome golpes, todavía tengo secuelas en los riñones debido a esos golpes", dijo.
Por su parte, Nelva Ismarays Ortega, esposa de Ferrer, denunció que la Seguridad del Estado la amenazó con retirar toda atención médica a su madre, quien se encuentra hospitalizada con un cáncer de mama en estado muy avanzado.
"Debido a todas las denuncias que he hecho por la libertad de mi esposo, el seguroso que se hace llamar Julio Fonseca me dijo que después no me quejara 'cuando a mi mamá le faltara el oxígeno, los sueros o los medicamentos'", relató Ortega Tamayo, visiblemente afectada.
"Así son los sicarios de esta dictadura (…) que juegan con la vida de los seres humanos. Por una negligencia médica mi madre demoró mucho en operarse, y cuando lo hizo ya era muy tarde. Un año en que mi madre no ha tenido un segundo de tranquilidad", añadió la esposa de Ferrer García.
"Lo mínimo que le falte a mi madre hago responsable a la dictadura por ello", finalizó Ortega Tamayo.
Por otro lado, José Daniel Ferrer Cantillo, hijo del líder de la UNPACU, llegó este miércoles a EEUU después de intensas presiones de la Seguridad del Estado contra el joven para que convenciera a su padre de tomar el camino del exilio.
Acerca de las presiones, Ferrer Cantillo comentó a RadioTVMartí que las autoridades lo amenazaron con acusarlo de atentado y desacato, y que ha sido acosado en varias ocasiones tras haber sido detenido en las protestas del 11J en Santiago de Cuba.
"Me fui de Cuba esperando ser enjuiciado. Desde que tengo memoria, he sido maltratado", añadió el hijo del opositor.
Ferrer Cantillo, de 17 años, solo pudo ver a su padre durante dos minutos en la prisión de máxima seguridad de Mar Verde. Lo encontró débil, porque en ese momento el líder opositor se encontraba en huelga de hambre.
La hermana de Ferrer García había denunciado, después de esa visita, que el prisionero político solo podía tomar el agua sucia en la prisión.