La Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo desestimó los recursos de casación presentados por los abogados de 15 cubanos condenados por las protestas que tuvieron lugar en el barrio habanero La Güinera los días 11 y 12 de julio de 2021, informa Radio Televisión Martí.
Sin embargo, sí determinó rebajar hasta en diez años las condenas de 13 manifestantes y cambiar a régimen de trabajo correccional a otros dos (en un caso sin internamiento), según publica EFE.
Algunos manifestantes habían recibido penas de hasta 30 años de privación de libertad en primera instancia. Después de la apelación, las condenas más altas serían de 22 años de prisión.
Varios condenados habían argumentado que se les debió procesar por delitos como "desórdenes públicos", mientras que otros alegaron que hubo "quebrantamiento de formalidades procesales" y de "garantías individuales" durante sus juicios.
De acuerdo con las valoraciones del Supremo, el tribunal provincial "no fue atinado" al no contemplar en la imposición de las penas que nueve de los acusados reconocieron los hechos y colaboraron en su esclarecimiento.
Igualmente, los magistrados indicaron que "vistos los hechos en su integridad" califican las penas en primera instancia de "en extremo rigurosas" y se acogen al "motivo del recurso solicitando generosidad" en el caso de 11 de los sancionados.
No obstante, las penas que dicta la nueva sentencia siguen siendo extremadamente altas. Las de 13 condenados suman más de 180 años de cárcel.
Dayron Martín Rodríguez y Miguel Páez Estiven fueron sentenciados a 22 años de prisión; Alexander Guillermo Martínez Amoroso y Lázaro Zamora González (18); José Luis Sánchez Tito y Frank Aldama Rodríguez (16); Alexis Sosa Ruiz y Orlando Carvajal Cabrera (12); Brusnelvis Adrián Cabrera Gutiérrez, Elier Padrón Romero y Dianyi Liriano Fuentes (diez), Jesús Enrique Vázquez Cabrera (ocho) y Karen Vázquez Pérez (siete).
Los beneficiados con el cambio de régimen fueron Marlon Brando Díaz Oliva, quien cumplirá cinco años de trabajo correccional con internamiento, y Leoalys De La Caridad Valera Vázquez, quien realizará trabajo correccional sin internamiento, durante cinco años.
Tras recibir los resultados del juicio de apelación por parte de la mencionada Sala del Tribunal Supremo, este miércoles, las madres de dos cubanos condenados ofrecieron declaraciones a Radio Martí Noticias.
"Soy madre de Brusnelvis Adrián Cabrera Gutiérrez, sentenciado a diez años de privación de libertad. Por el delito de sedición. En estos momentos, mi hijo tiene 21 años, pero tenía 20 años en el momento que lo sancionaron", dijo Migdalia Deleidid Gutiérrez Padrón.
"A pesar de tener claras las intenciones de este Gobierno y saber que no teníamos ninguna probabilidad de ganar, la confirmación de nuestros temores nos devastó a todas las madres, hermanas y esposas de los condenados. No puedo concebir que el fiscal, un cubano como yo y mi hijo, llegue a ese grado de servilismo al que ha llegado este señor", añadió.
"El fiscal dijo que mi hijo se encontraba en el lugar incitando a las personas. Creo que los juicios de los manifestantes fueron una farsa. Mi hijo ni fue, ni participó en la manifestación. A él lo recogieron el día del primer juicio en diciembre, porque estaba en libertad bajo fianza. ¡Libertad y justicia para mi hijo que lo sentenciaron a diez años injustos!", exigió la madre del preso.
Noraidys Romero Alarcón confesó que no había podido salir de la cama, por el dolor que le produce la sentencia de diez años de cárcel impuesta a su hijo Elier Padrón, de 26 años.
"Queríamos tener fe, que todo se arreglaría. ¿Porque, qué hizo en realidad mi hijo? Lo que es un crimen es haber tronchado las vidas de tantas personas, sin que existiera un verdadero delito".
Padrón Romero denunció falta de atención médica y discriminación hacia los manifestantes presos, por parte de los guardias de la prisión, en una carta a la que tuvo acceso Radio Televisión Martí.
"La comida es mucho menor cantidad que la que nos pertenece, frecuentemente nos castigan en la celda de aislamiento cuando defendemos nuestros derechos. Nos proporcionan muy poca atención médica y los mandos nos califican como los reclusos más malos y peligrosos de la prisión. No permiten a los otros reos hablar con nosotros", escribió el joven desde la cárcel.
