El médico opositor miembro de la plataforma cubana Archipiélago, Manuel Guerra, solicitó asilo político en EEUU junto a su esposa, luego de ser expulsado de su trabajo por apoyar las protestas en Cuba y estar detenido en razón de un proceso por presunto desacato, informó la agencia EFE.
Promotor de la Marcha Cívica del 15 de noviembre pasado, Guerra salió de Cuba por vía aérea el 19 de febrero y entró a EE.UU. por Arizona un mes después tras un viaje "no de color de rosa" por Centroamérica y México.
En declaraciones a Martí Noticias desde Lakeland (Florida), donde reside con su esposa y la familia de esta que ya estaba asentada allí, Guerra se mostró convencido de que es posible un nuevo estallido social como el del 11 de julio pasado, porque "tienen al país al borde del colapso".
"Todo el que se puede ir se va del país," dijo. "Cuando ves a gente con un margen de edad desde recién nacidos, hasta personas que deben estar jubilados en su casa, haciendo esta trayectoria, comprendes que algo se pudre, que hay una cochambre inmensa en nuestra nación de la que salimos escapando sin distinción de edad, ni sexo", expresó.
Guerra contó que fue expulsado de su trabajo en el Hospital Nicodemus Regalado en Buenaventura (Holguín) por sus ideas políticas y detenido por el presunto delito de "desacato" y por haber manifestado sus intenciones de participar en la marcha cívica del 15N.
Fue liberado el 10 de octubre, pero tenía que ir cada lunes a firmar a una estación de Policía de Holguín, donde un alto oficial le dijo que podía "terminar preso y que mejor valorara la posibilidad" de irse del país, relató.
Cuando accedió a irse, las autoridades levantaron su regulación migratoria por ser médico, el pasaporte estuvo listo en cuestión de días y la causa pendiente fue sobreseída.
Eso no le libró de ser interrogado en el aeropuerto de La Habana hasta pocos minutos antes de que saliera su avión con destino a Panamá, según dijo a Martí Noticias.
El médico confesó que, aunque ya no tiene la "fe ilusa" que lo llevó a integrar la Plataforma Archipiélago y pensar que se iba a lograr un cambio en Cuba, se mantiene como miembro de este grupo.
"Las ideas, la base, se mantienen porque abogamos por la libertad de los presos políticos, por la defensa de los derechos humanos, por la lucha no violenta. Sin embargo, hemos retrocedido porque muchos hemos abandonado el barco, y me incluyo, pero aún creo en aunar a la sociedad civil. Un diálogo con la dictadura no cabe", dijo.
Guerra dijo que mantiene la esperanza de que la "dictadura tiene que caer en algún momento", porque, según comentó, "no puede ser eterna".