El ex marino Juan Alexander Morales González lleva alrededor de ocho años exigiéndole a la naviera Northsouth Maritime (antes Nordstrand Maritime), del conglomerado empresarial GAESA, propiedad de los militares cubanos, una indemnización laboral por enfermedad que la empresa se niega a pagar.
En su reclamo, este cubano ha acudido a todas las instancias judiciales y políticas del régimen, pero en todas han desestimado su solicitud de compensación monetaria.
"A pesar de que he reclamado a todos los niveles, pues comencé por el Órgano de Justicia Laboral de la agencia empleadora (estatal) Selecmar y llegué hasta el Tribunal Supremo, todas las respuestas han sido evasivas", comenta a DIARIO DE CUBA Morales González, quien en estos ocho años ha visto cómo su salud se deteriora de manera paulatina.
"Junto a mi abogado he presentado todas las pruebas médicas de que mi enfermedad fue provocada por el exceso de fuerza que realicé en mi trabajo en el buque, que mi padecimiento no surgió antes, no es 'preexistente' como ellos exponen para no otorgarme la indemnización, pero hasta una fiscal llamada Annia Molinet me dijo en el 2018 en muy mala forma que a mí no se me otorgaría nada", cuenta el ex marino de 52 años.
Morales González relata que, "con motivo de una carta que le dirigiera al gobernante Miguel Díaz-Canel", fue citado el 28 agosto de 2018 para entrevistarse con la jefa de Atención a la Población del Consejo de Estado, María del Carmen Cedeño. Esta funcionaria me comunicó que, por orientación del presidente, ellos harían todo lo posible por solucionar mi solicitud de compensación. Le pasaron todos los papeles a una abogada del Consejo de Estado y ahí comenzó un peloteo larguísimo. Los papeles fueron a parar al Ministerio del Transporte, y en esa institución dijeron que todo era falso y que no iban a resolver mi solicitud. Todo han sido mentiras y malos tratos", expresa este ex trabajador de la marina mercante cubana.
La odisea de Juan Alexander Morales González comenzó en 2012, cuando trabajaba en un buque perteneciente a la naviera Nordstrand Maritime. Los exigentes trabajos de reparación a los que se dedicaba conllevaron que comenzara a presentar dolores en el cuello, vómitos y sabor a sangre en la boca, producto de la fuerza física que realizaba de manera constante.
Unos pocos meses después, al llegar a tierra y persistir las molestias, Morales González se sometió a exámenes médicos que arrojaron que presentaba una enfermedad degenerativa de la médula espinal poco común, llamada siringomielia.
Esto llevó a que su contrato fuera cancelado por invalidez total y se le otorgara una pensión de 270 pesos cubanos, que al cambio oficial representaban unos ocho dólares mensuales. Tras la Tarea Ordenamiento, Morales González recibe 1.500 pesos, unos 60 dólares al cambio oficial, pero solo 15 según el precio del mercado negro, él único que funciona hoy para comprar divisas en la Isla.
Por considerar que su enfermedad ha sido provocada por su trabajo, este marino reclama una indemnización de 60.000 dólares estipulada en el convenio de trabajo.
"Mi salud se ha ido deteriorando con el tiempo y todo el stress de las constantes reclamaciones que he hecho. He bajado mucho de peso y toda mi familia ha sufrido con todas las mentiras, maltratos y desplantes por parte de los funcionarios a los que he acudido, quienes han violado mis derechos como trabajador marino, como cubano y como ser humano, de manera reiterada", añade Morales González, residente en La Habana.
"El jefe de los Servicios Médicos Marítimos de Selecmar, el doctor Virgilio Americh, me ha prohibido acudir a las oficinas de la naviera y acceder a mi expediente médico, que prueba que yo entré totalmente sano a trabajar; de otra manera no me hubieran contratado. Han cometido prevaricación con total impunidad y no pasa nada", considera Morales González.
Este marino no es el único que exige una indemnización a la empresa naviera de GAESA. En el año 2016, el canal América TeVé, de Miami, denunció la situación de Douglas Maceda Dapena, un marino cubano que sufrió en 2010 un accidente de trabajo cargando unos sacos, y exigía idéntica compensación. Hasta esa fecha y después de reclamaciones ante los tribunales, no se le había otorgado.
DIARIO DE CUBA intentó contactar con Maceda Dapena para conocer el estado actual de su reclamo, pero solo pudo saber que no se encuentra en Cuba.
Tanto un testimonio anterior dado a esta publicación por parte de Morales González como la versión que contó Maceda a América Tevé coinciden en que durante años a ambos trabajadores la marina mercante el Estado cubano les quitó alrededor de un 70% de su salario. Sin embargo, en las nóminas aparecía que se les pagaba el salario completo, de más de mil dólares. Esos documentos son los que muestran los capitanes de los barcos cubanos cuando son sometidos a inspecciones de organizaciones internacionales.
Morales González, al haber agotado las vías judiciales internas y no obtener una respuesta a su reclamación, ha acudido a organismos internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Federación Internacional del Transporte (ITF). Esta última organización "me ha comunicado que mi reclamación es válida y le ha pedido cuentas a Nordstrand Maritime y a la agencia empleadora estatal Selecmar sobre mi caso, pero lamentablemente ellos solo pueden hacer presión", explica.
DIARIO DE CUBA envió un correo electrónico a Marc Martín, el funcionario español de ITF que atendió el caso de Morales González, para conocer las gestiones que había realizado ante el Gobierno cubano.
"Frente a las autoridades cubanas no hemos presentado ningún tipo de reclamación. La ITF es una confederación sindical internacional que está presente en muchos países, pero Cuba no es uno de ellos y, por lo tanto, se carece del marco legal que nos permita tomar cualquier tipo de acción", respondió Martín. "Además, nuestra labor está centrada en casos actuales que encontramos en buques que llegan a nuestros puertos, donde realizamos inspecciones".
"De todas formas —dijo—, nuestro objetivo principal es ayudar a marinos en dificultad y siempre que podemos echamos una mano ya que nuestra vocación es sindical. El caso de Alexander era y es realmente difícil. A pesar de que las pruebas parecen claras y efectivamente, según mi propio criterio, es un accidente laboral al que tiene derecho de indemnización según su contrato, el accidente es de hace más de una década, el buque ni si quiera existe y la compañía, como Nordstrand, tampoco", advirtió.
"La compañía esta registrada ahora como Northsouth Maritime. Es una compañía griega (igual que Nordstrand Maritime) a pesar de que tiene vinculación – y seguramente control— en Cuba. Es uno de los principales problemas con los que nos encontramos en el sector marítimo, el buscar a la persona responsable. En este caso, después de investigar los encontré. Los intenté llamar y contactar por todas las vías posibles, pero en ningún caso me atendieron", añadió.
"Investigando sobre el caso, encontré que otros marinos habían sufrido lo mismo, además de otros problemas vinculados a una familia (López-Calleja), cercana a Castro, que supuestamente tenía el control de esta compañía, además de otras, que se utilizaban para burlar las sanciones y embargo americano. La fiabilidad y rigor de estas noticias no las pude verificar, pero por lo menos me dio a entender que seguramente Alexander había sido una victima más", señaló.
Nordstrand Maritime (hoy Northsouth Maritime) fue una de las empresas sancionadas en 2020, durante la Administración de Donald Trump. Esta naviera, junto a otro grupo de empresas del holding de los militares está registrada en el principado de Liechestein a nombre de Guillermo Faustino Rodríguez López-Calleja, hermano de Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, el zar de GAESA, miembro del Buró Político del Partido Comunista y asesor principal de Miguel Díaz-Canel.