El Estado cubano se ufana de garantizar los derechos de niños y jóvenes. Para demostrarlo puede alegar que en 1990 firmó la Convención sobre los Derechos de los Niños de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la ratificó 1991. Pero 13 años antes, ya había aprobado un Código de la Niñez y la Juventud que garantiza a niños y jóvenes de la Isla nada más y nada menos que… un adoctrinamiento comunista.
El Artículo 1 establece que "el Código de la Niñez y la Juventud regula la participación de los niños y jóvenes menores de 30 años en la construcción de la nueva sociedad y establece las obligaciones de las personas, organismos e instituciones que intervienen en su educación conforme al objetivo de promover la formación de la personalidad comunista en la joven generación".
El Artículo 3 deja claro que "la formación comunista de la joven generación es una preciada aspiración del Estado". El Estado asume que su aspiración debe serlo también de "las familias", además de "los educadores, las organizaciones políticas, sociales y de masas que actúan constantemente para que en el propio quehacer de la construcción socialista, surjan y se desarrollen en los niños y jóvenes, los valores ideológicos del comunismo y los atributos y cualidades que les permitan cumplir su papel como herederos activos participantes y continuadores de la obra revolucionaria…".
De acuerdo al Artículo 5, "la sociedad y el Estado velan porque las personas que se vinculan a los niños y jóvenes en el proceso educativo constituyan un ejemplo para la formación de su personalidad". Pero no se trata del temperamento, los rasgos distintivos e individuales de la persona que se van desarrollando libremente, de acuerdo a su interacción con la realidad y su percepción de esta, sino de "su personalidad comunista".
Las mencionadas instituciones "estimulan a los ciudadanos que adquieren méritos" en la mencionada labor de ser ejemplo para la formación en niños y jóvenes de la personalidad que desea el Estado.
La preocupación del Estado cubano por las jóvenes generaciones es tal que, según el Artículo 8, él y la sociedad "trabajan por la eficaz protección de los jóvenes". ¿Ante quién o qué? Pues "ante toda influencia contraria a su formación comunista".
El Artículo 15 dispone que "los organismos estatales de la educación, a través del Sistema Nacional de Educación prestan especial atención a la formación en los estudiantes de una concepción científica del mundo y los rasgos que caracterizan la personalidad comunista…".
El precio de escoger una personalidad distinta a la comunista
El desarrollo de una personalidad distinta a la "comunista" escogida para los ciudadanos por el régimen clasificaría, como mínimo, como un problema de conducta, como parece demostrar el envío del adolescente de 15 Reniel Rodríguez a una escuela de conducta, por haber llamado a protestar en Cárdenas y haber salido a manifestarse el 15 de noviembre, fecha para la cual la plataforma Archipiélago había convocado una Marcha Cívica por el Cambio.
Muchos cubanos jóvenes o menores de edad, pero con responsabilidad penal, al tener 16 años o más, enfrentan actualmente altas peticiones fiscales por haber gritado "Abajo el Comunismo" o "Patria y Vida", durante las manifestaciones que tuvieron lugar en varias ciudades cubanas entre el 11 y el 13 de julio.
De acuerdo al Artículo 66 del Código, "la Constitución de la República expresa que la defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano. Conforme a este principio, la sociedad ofrece a la joven generación la posibilidad de prepararse militarmente".
Pareciera que los jóvenes cubanos pueden elegir no "prepararse militarmente", en un país donde ya otros decidieron cuál debe ser su personalidad y qué deben considerar un honor, cuando en realidad el servicio militar es obligatorio, aunque hasta ahora solo para los hombres. Durante el VIII Congreso del Partido, Raúl Castro propuso la extensión del carácter obligatorio de este a todos los jóvenes, incluyendo las mujeres, que quieran cursar estudios universitarios.
En este Código, supuestamente dedicado a la niñez y la juventud, ninguna de estas dos palabras es la más mencionada. El primer lugar lo ocupa, como ya habrán percibido los lectores, el término "comunista" con nada menos que 23 menciones.
Ni "niñez" ni "juventud" clasifican en el segundo lugar, sino "socialista" (18). A duras penas, "niñez" (8) y "joven" o "joven generación" (13) tienen más menciones que "Revolución" (6) y "patria" (11).
Código de la Niñez y la Juventud cubano vs. Convención sobre los Derechos del Niño
Ser comunista en Cuba es más importante que ser niño o joven. La patria socialista está por encima de los derechos de la niñez y la juventud. De hecho, el Código de la Niñez y la Juventud cubano viola artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño que el Estado cubano se enorgullece de haber firmado y ratificado.
El Artículo 2 de la Convención declara que "los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de (…) la opinión política".
Por su parte, el Artículo 14 expresa con claridad que "los Estados Partes respetarán el derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión".
Al Estado cubano le ha tomado 46 años cerrar todas las puertas al matrimonio infantil, violatorio de la Convención sobre los Derechos del Niño, mediante el proyecto del nuevo Código de las Familias, que sustituirá al vigente desde 1975.
¿En algún momento eliminará el Código de la Niñez y la Juventud que claramente viola la Convención que el Estado cubano firmó y ratificó, por lo que es vinculante? ¿En algún momento podrán aspirar las familias cubanas a que sus niños puedan desarrollar libremente su personalidad? ¿Podrán los educadores cubanos dejar de ser meros adoctrinadores en función de los intereses del régimen?
LO triste para el régimen, es que por mucho que se esfuercen en adoctrinar ya no convence a nadie. Mientras los cubanos sigan emigrando, y no garanticen los boniatos, los cubanos seguirán comparando lo que ven en el extranjero y la realidad que les toca vivir en la Isla y en esa comparación siempre salen perdiendo. Los que se van, los que protestan, ya no son la generación de los 60's, sino las que han nacido dentro de la revolución y eso es un problema y grave.
INSTITUCIONALIZACIÓN LEGAL DE LA IDEOLOGÍA COMUNISTA EN LOS NIÑOS CUBANOS. LOS NIÑOS CUBANOS, ENTRE ELLOS YO MISMO, SOMOS FORZADOS A SERVIR EN LA JUVENTUD COMUNISTA CUBANA HASTA LOS 30 AÑOS. FUE UN TRAUMA HORRENDO CON EL CUAL TODAVÍA TENGO PESADILLAS.
Poesitos ... ni cuando niño me engañaron ...
Lo curioso de todo esto es que las leyes pueden establecer cualquier condición jurídica en términos ideológicos para el individuo, pero la realidad es otra cosa. El adoctrinamiento en Cuba, a pesar de todos los esfuerzos que por décadas ha hecho el Estado por encasillar a los cubanos en una misma ideología, ha demostrado sobradamente que tal pretensión ha sido, es y seguirá siendo un fracaso. La juventud actual tiene menos apego hacia el sistema, que la juventud de mis tiempos y así sucesivamente se ha dado este proceso de divorcio, que desentiende cada vez más a la persona de la ideología. Y esto tiene su origen en la propia decadencia que el sistema sufre. Una decadencia que va desde los más altos funcionarios hasta el más común de los cubanos. En otros tiempos, cuando las cosas eran muy diferentes, nunca faltaron los aguerridos militantes del PCC que escuchaban Radio Martí, día tras día y muchas veces se le escuchaban comentarios muchos más críticos que los que se decían "gusanos".
No basta con ser contrarrevolucionario de conciencia. Hay que ser contrarrevolucionario de obra y, como dije en otro comentario, salir a la calle y destruir propiedades del gobierno. Cuando se vea que hay decisión, los mismos esbirros, policías y soldados se unirán al pueblo. Así sucedió en los países de Europa Oriental.
PATRIA Y VIDA.
Sí, entiendo perfectamente lo que dices "nosotros". En mi modesta opinión y conocimiento sobre los cambios en Europa del Este hace ya 32 años, te puedo comentar un par de cosas.
1.- La cultura de los países ex socialistas en la década de los 80´s, ya había sufrido un proceso de maduración política tal, que permitió que, en algunos de esos países el sistema cambiase incluso, sin disparar un solo tiro. Algo que fue bastante bueno y la Historia lo agradeció. Tienes el caso de la Revolución de Terciopelo en la extinta Checoslovaquia, que tuvo precedentes en la Carta 77 y todos los eventos que llevaron a que, en el año de 1989, el propio sistema de gobierno, marcado por una creciente apatía hacia la represión (en otras palabras, el gobierno de aquel entonces no hizo nada por detener las manifestaciones), unido a la postura de la URSS que también decidió no inmiscuirse, permitió el colapso del régimen. Esas condiciones no existen en Cuba. En la Isla, todo lo que se percibe es, que si se...
…diera un cambio, éste sería bajo las condiciones de otra revolución social y eso -insisto- si llegase a ocurrir. La gente tiene miedo de manifestarse por temor a ser reprimida y encarcelada. Aunque el sentimiento exista, esta es la realidad. Otro ejemplo, fue la Cadena Báltica (Estonia, Letonia y Lituania), que pese a haber ocurrido en condiciones muy pacíficas, también estuvo marcada por algunos eventos de represión, aunque bastante ligeros, incluso, si los comparamos con las protestas del 11J en Cuba. En las Repúblicas Bálticas, recuerde también, que los propios Partidos Comunistas de esos Estados, permitieron que la marcha se realizara. ¿Por qué? Muy simple, porque el sentimiento de cambio también estaba entronizado en las filas del Partido en esas regiones. Esto no ocurrió así en todas las restantes Repúblicas de la Unión Soviética, aclaro el punto. Pero allí se dio.
2.- Las condiciones geopolíticas actuales no son comparables con las de los años 80’s. No existe un Reagan, ni una Thatcher, ni un Gorbachov del lado contrario que permita que esos cambios se den como sucedieron en aquel entonces. Recuerdo perfectamente la expresión del Gorby al enterarse de la Caída del Muro de Berlín y la frase que dijera seguidamente. O sea, en esos países había un consenso manifiesto hacia el cambio, aunque muchas cosas no se dijeran. Cuba desgraciadamente no tiene nada de eso puesto que, en nuestra Isla, todo lo que hacen los dirigentes políticos es precisamente lo contrario, pues viven de eso y muchos se están enriqueciendo del propio sistema. ¿Cómo puede existir incentivo de cambio en un alto funcionario, cuyo propósito es justamente el conservar el establishment del sistema?
Todo este asunto es algo muy complejo de analizar. Pero solo imagine un escenario cubano, en donde las fuerzas de represión no salgan a hacer su trabajo, que el desgobierno permita que la gente se manifieste pacíficamente durante 24 horas y exprese libremente lo que tenga que decir sin que medie un gramo de censura en ello. Bajo esas condiciones, obviamente el cambio se daría. Pero tales contextos no existen en esta realidad. Por tanto, quedan solo dos panoramas posibles: 1.- Que la gente salga como lo hizo el 11J y se afinque en las calles y ocurra el milagro. 2.- Que en el transcurso de otros tantos años el sistema colapse por sí mismo debido a la inoperancia de todas las instituciones que lo sustentan, pero, creo que eso sería un proceso muy paulatino y difuso. Una cosa es que la gente tenga el sentimiento de cambio adentro, otra muy distinta, es que ese sentimiento encuentre un medio óptimo donde pueda aflorar.
Contamos con el primero, pero para poder contar con el segundo, debe haber consenso dentro de las diferentes instancias que componen el Estado. Por algo, es que se han estado asegurando muy bien las posiciones de todos aquellos que toman grandes decisiones dentro del país, pues eso equivale a mantener el orden que la Nomenklatura desea y procura constantemente. Cuba es un caso bastante complejo ya, analizándolo a estas alturas del siglo XXI. Yo no dudo que el cambio se dé y no lo dudo en lo absoluto. Pero la gran pregunta sería ¿Cuánto más va a tardar en llegar?
La Mafia tiene su propia semántica. A la dictadura o mafia o como quieran llamarle ellos le llaman patria. Defender la patria es defender la dictadura. Sacrificarse por la patria es sacrificarse por la dictadura. A veces a la dictadura le llaman pueblo. Sacrificarse por el pueblo es sacrificarse por la dictadura, sacrificarse para que los mafiosos puedan disfrutar de lujos: mansiones, relojes Rolex, autos Mercedes y Lamborghini, vacaciones a Europa, mientras que el verdadero pueblo no tiene ni comida. El adoctrinamiento consiste en meterle a los niños ideas en la cabeza para que sean esclavos dóciles.
Mientras el pueblo no se rebele, seguirá la esclavitud, las humillaciones, la cárcel. Los EEUU no nos van a liberar.
Todo depende del pueblo. El pueblo tiene que salir, no a marchar, sino a destruir patrullas, incendiar edificios del gobierno, tumbar estatuas del Che, Allende y todos los HP que han querido deificar.
A LA LUCHA A LA LUCHA
LAS VÍCTIMAS SON MUCHAS
PATRIA Y VIDA
VENCEREMOS