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protestas

Creció en albergues estatales y presenció abusos contra su madre: un adolescente cubano preso por el 11J

Rowland Jesús Castillo Castro, de 17 años, está acusado de desorden público y atentado.

La Habana
Rowland Jesús Castillo Castro, de 17 años, detenido tras el 11J.
Rowland Jesús Castillo Castro, de 17 años, detenido tras el 11J. Cortesía de la familia

En la tarde del domingo 11 de julio, el cubano Rowland Jesús Castillo Castro, de 17 años de edad, salió de su casa en el barrio habanero de Párraga, acompañado de un amigo, para unirse a la manifestación que nació en Mantilla y terminó en un enfrentamiento a piedras de los manifestantes y balas de las fuerzas represivas en la esquina de Toyo, en la Calzada de Diez de Octubre.

"Al llegar al primer cordón policial que impedía el paso en el Café Colón, mi hijo le dijo a un policía que lo dejara pasar. Este se negó de manera rotunda e intercambiaron palabras fuertes. El policía le roció gas en la cara y mi hijo cayó al piso, tuvieron que echarle agua para reanimarlo. Una vez se recuperó, su ira creció y los gritos contra Díaz-Canel y el sistema no pararon hasta el enfrentamiento que hubo en Toyo", cuenta Yudinela Castro, la madre de Rowland Castillo a DIARIO DE CUBA.

El joven fue arrestado apenas cuatro días después de las manifestaciones en la casa de su padre en Santos Suárez y, después de estar detenido primeramente en la estación policial de Aguilera y luego pasar más de 20 días en 100 y Aldabó, fue trasladado el 19 de agosto a la ahora prisión de menores Jóvenes de Occidente, antigua cárcel de mujeres de Manto Negro.

"Cuando supe de su detención, enseguida fui a la estación policial de Aguilera a verlo y llevarle aseo. No me permitieron verlo, pero él escuchó mi voz y empezó a exigir poder verme y a gritar '¡Abajo Díaz-Canel!'. Por ese motivo los policías, para callarlo, le cayeron a golpes", narra la madre de Rowland Castillo.

A este joven de 17 años la instrucción penal inicialmente lo acusaba de cuatro delitos: daños, desorden público, atentado y asesinato. Luego fueron eliminados los delitos de daños y asesinato, y le dejaron desorden público y atentado.

Como ha sucedido en cientos de casos de cubanos detenidos por las protestas del 11 de julio, tanto la petición de Hábeas Corpus presentada por su madre como el cambio de medida cautelar solicitado por el abogado defensor han sido rechazados sin apenas argumentación legal por parte de los tribunales.

"La instructora me dijo que él es confeso, porque mi hijo no se arrepiente de haberle tirado piedras a la Policía e intentado volcar un carro patrullero, además de que siempre ha dicho que no le gusta el sistema y las cosas que pasan en Cuba", afirma Yudinela Castro

Quien hurgue en la historia familiar de Rowland Castillo podrá entender por qué este adolescente se sumó a las protestas y hoy se enfrenta a la saña del régimen.

"Desde que él tiene seis meses siempre hemos vivido en albergues en pésimas condiciones. Hace cuatro años decidí colarme en un consultorio médico porque, sino era así, nunca iba a resolver una vivienda propia. Yo misma llamé a la Policía para que supieran me había colado, y lo que hicieron fue tenerme en un calabozo por tres días. Él ha presenciado todos esos abusos", relata la madre.

"El jefe de la Policía de Párraga dijo que, como no había podido sacarme a mí de esta casa, tomaría represalias contra mi hijo", añade.

El Centro de Asesoría Legal Cubalex hasta la fecha ha podido verificar de manera independiente que al menos 48 personas de entre 14 y 18 años de edad fueron detenidas en todo el país durante y después de las protestas del 11 de julio. Según el conteo que lleva esta organización, aún permanecen 15 menores detenidos, siete de ellos tienen 17 años.

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