Al menos cuatro jóvenes cubanas han sido sentenciadas a prisión en los últimos días, mientras continúan las denuncias de abusos policiales por parte de los manifestantes que han salido en libertad y los familiares de otros, que aún permanecen en prisión por presuntos vínculos con las protestas del pasado 11 de julio.
Una de las jóvenes que ha sido sentenciadas recientemente es Yeneisy Hernández, quien salió de su casa en el barrio de San Miguel del Padrón a buscar pan y fue arrestada por transitar cerca de las personas que protestaban en su municipio de residencia.
Poco después de salir, "unos conocidos me avisaron que la habían detenido en el parque Indio Naborí, y salí a buscarla a la delegación del municipio", contó su hermana, Yeneisy Hernández, al medio de prensa Cubanet, aunque no pudo dar con ella por esos días.
Al verla, contó su hermana que "aún tenía hematomas en los brazos de la llave de inmovilización que le aplicaron y me repetía una y otra vez que era una injusticia, que los policías la metieron a la fuerza en la patrulla cuando iba por la calle. Al parecer ellos imaginaron que se dirigía a las protestas de la Virgen del Camino. Ella intentó explicar que solo buscaba por pan, pero no la escucharon".
En el juicio, según la hermana, declararon dos oficiales y una instructora penal que no pudieron asegurar que la joven formaba parte de la manifestación, no obstante, fue sentenciada a un año de prisión por el delito de "desorden público".
"Allí no se dijo nada que probara que mi hermana era culpable, ni siquiera fue detenida en la manifestación. Ella tampoco tiene antecedentes, y aun así va a perder un año de su vida", lamentó.
Otra de las mujeres sentenciadas a prisión por los sucesos del pasado 11 de julio fue Magdelys Curbelo, una cubana de 22 años que se unió a las protestas en la capital.
Según contó su hermano a Cubanet, la Seguridad del Estado presionó a la familia para que no siguieran denunciando el encarcelamiento de Curbelo porque "le podría ir peor", no obstante, pese a que los familiares obedecieron, recibió una condena de diez meses de privación de libertad.
Tras conocer la condena, su hermano contó todos los detalles de lo sucedido en una publicación de Twitter que se compartió en más de 4.000 ocasiones. Horas después, las autoridades liberaron a la joven, quien aún espera por el resultado de su apelación.
También una madre cubana llamada Berthica Baruh denunció en Facebook que tanto su hija Yanay Solaya Baruh y su sobrina Annia Romero Fonseca "fueron a un juicio sumario sin defensa y las trasladaron a la prisión de mujeres del Guatao, sancionadas a un año de privación de libertad".
De acuerdo con el testimonio de Baruh, las jóvenes, residentes en La Lisa, fueron arrestadas en Centro Habana el pasado 11 de julio.
"Es una injusticia. Ya pusimos un abogado para la apelación. Gracias a todas las personas que han estado al tanto y han estado apoyando en estos momentos tan duros. Queremos, pedimos y exigimos libertad para nuestros jóvenes", agregó.
También en Facebook se pronunció Rosario Morfa, quien denunció que su hijo Ariam Morfa Blanco está preso hace dos semanas "por hacer uso del derecho universal de los seres humanos a expresarse libremente".
"Todos saben que es un hombre trabajador padre de dos niñas, lo único que hizo fue decir muy alto lo que pensaba. Le pido ayuda a todos para lograr su liberación porque es injusta y fuera de toda legalidad", agregó Morfa.
El cineasta cubano Manuel Alejandro Rodríguez Yong denunció el encarcelamiento del joven Karel Aguilar Rueda, residente en la localidad de Gibara, por sumarse a las protestas del 11 de julio.
"Karel siempre ha estado cercano brindando su talento y su tiempo en Stereo G, las Romerías de Mayo y otros tantos eventos culturales de la provincia. Karel no ha cometido delito alguno, solo expresó sus criterios sobre la Cuba que quiere en un parque de su ciudad", escribió el cineasta.
"No agredió a nadie. No dañó propiedad alguna. Solo hizo uso de la libertad de expresión. Karel lleva muchos días detenido. Karel no merece estar preso por ejercer un derecho constitucional", agregó.
Eliezet Sesma, padre de un niño de diez años, es otro de los apresados en la Isla tras las protestas del 11 de julio.
Según denunció la curadora de arte Anamely Ramos, "al otro día de ser detenido a Eliezet le robaron en la casa y curiosamente solo se llevaron bienes que tienen que ver con el almacenamiento y difusión de la información: laptop, memoria, tablet y teléfono, en una jugada demasiado similar a las que hace la Seguridad del Estado".
Por el momento el joven exestudiante del Instituto Superior de Arte (ISA) se mantiene encarcelado a espera de juicio.
Ya nos tocará sentar a esa dictadura a responder por sus crímenes. No falta mucho y que se preparen, porque no los vamos a dejar escaparse...