La Seguridad del Estado presiona a la esposa de Yoe Suárez para que el periodista de DIARIO DE CUBA 'reevalúe' su profesión

Agentes de la Seguridad del Estado presionaron a la esposa del periodista de DIARIO DE CUBA Yoe Suárez para que él "reevalúe" su profesión en la prensa independiente, durante un interrogatorio el lunes que los oficiales insistieron en presentar como "una conversación afable".

"A pesar de las premuras y las incoherencias entre la citación verbal y la escrita, decidí acudir al lugar porque soy una buena ciudadana, aunque no viva bajo un buen Gobierno. La citación derivó en un interrogatorio de unos 30 minutos con dos oficiales de la Seguridad de Estado cuyos nombres no fijé", escribió María Antonieta Colunga Olivera en una amplia publicación en Facebook sobre el encuentro.

"Ambos mantuvieron durante todo el tiempo una afabilidad inmutable, y presentaron el asunto como 'una conversación' que querían tener conmigo con motivo de los trabajos que publicaba mi esposo como periodista independiente en varios medios no estatales de comunicación", añadió.

Colunga dijo que aclaró a los oficiales que estaba allí por obligación, porque había recibido una citación policial por escrito. También que no se trataba de una conversación sino un interrogatorio, pues una de las partes no comparecía por voluntad propia y que lo que necesitaran saber sobre su esposo, su trabajo periodístico y demás, le parecía prudente que se lo preguntaran a él.

"Quisieron saber si no colaboraba yo con los medios independientes y por qué; les expliqué que hace casi cuatro años no publico en ninguno, pero no por temor a represalias o por no considerarlos espacios dignos, sino porque tengo yo un trabajo fijo, de ocho horas, de lunes a viernes, y que además tengo un niño pequeño, que demanda mucho más tiempo que ese trabajo", dijo.

De acuerdo con el testimonio de la joven, los oficiales se interesaron entonces por su empleo actual, como comunicadora en Cáritas, una institución de ayuda humanitaria de la Iglesia Católica.

"Les conté que llegué allí en enero de 2017, por la recomendación de una de persona que trabaja en esa oficina, luego de que en la Editora Abril me cerraran las puertas de entrada al Caimán Barbudo (lugar donde llevaba casi un año colaborando) producto de un texto que publiqué en mi blog a raíz de la muerte de Fidel (Castro). Les expliqué que me siento muy bien en mi centro de trabajo y que disfruto mucho la labor que hago allí", agregó.

"Entonces me preguntaron si no creía que la labor que de mi esposo como periodista independiente podría afectar mi empleo o la institución que me contrata. Esta pregunta-idea emergió un par de veces más en el interrogatorio, como una mosquita impertinente. Me aseguré de calmar las preocupaciones de los oficiales, les esclarecí que mi esposo y yo teníamos vidas profesionales independientes y que él sabe muy bien que ninguna información que yo maneje sobre la institución donde laboro puede ser usada en ninguno de sus textos a no ser que ese sea el interés de la institución", señaló.

"También les aclaré que nunca he engañado a mi organismo contratador: en mi centro laboral conocen a mi esposo, saben de su profesión, y no, nunca me han llamado la atención por ello ni he sufrido presiones de ningún tipo por la labor que Yoe realiza", aclaró.

"Insistieron en más de una ocasión en el objetivo declarado de la cita: que como esposa pudiera 'ayudar' a mi esposo, influirlo, aconsejarlo para reevaluar su ejercicio profesional y no seguir por ese camino. En más de una ocasión les dejé perfectamente claro que admiro mucho a Yoe como profesional y que de ninguna manera interferiría en su trabajo, a no ser para apoyarlo", declaró Colunga.

"Más allá de lo incómodo de una situación así, no me sentí mal, nerviosa o acorralada; y no lo digo como una loa a la amabilidad de yeso de los oficiales de la Seguridad… acaso solo quiera resaltarlo para la calma de los amigos y familiares que leerán esto, y un poco también para no dejar pasar por alto la serenidad y la paz que Dios ha puesto en mí, porque hasta en los momentos más grises hay cosas por las que dar gracias", dijo.

En su labor periodística Yoe Suárez ha tocado varios temas sociales y ha hecho más visibles las violaciones a la libertad de religión o creencias en la Isla.

El pasado mes de febrero Yoe Suárez cumplió un año "regulado", una figura que emplea la Seguridad del Estado para impedir salir del país a reporteros independientes, activistas, opositores y miembros de la sociedad civil independiente.

Suárez fue citado por la Seguridad del Estado para ser interrogado el pasado 26 de enero, cuando un oficial que dijo llamarse Jonathan le aseguró que mientras colaborara con DIARIO DE CUBA seguiría "regulado".

Durante 2020, Suárez recibió en seis ocasiones citaciones de esta naturaleza, y en una de ellas fue detenido en la calle por agentes de civil y conducido con los ojos vendados a un sitio para ser interrogado.

También lo han amenazado con ir a la cárcel e incluso con quitarle la custodia de su hijo pequeño.