El periodista y escritor cubano Carlos Manuel Álvarez fue trasladado a la fuerza a Cárdenas, después de haber acudido el lunes a un interrogatorio de la Seguridad del Estado en La Habana, donde se encontraba el fin de semana.
"Ya el hecho de realizar cualquier actividad civil en mi país parece ser un acto que lleva una condena por parte del poder. Me levantaron una carta de acusado, me montaron contra mi voluntad en un carro y me trajeron hasta Cárdenas, violando los principios constitucionales y mis derechos individuales", denunció Álvarez.
En una directa en Facebook donde explicó lo ocurrido, dijo estar convencido de que no está preso "formalmente" porque el Gobierno atraviesa una profunda crisis económica, que le obliga a mantener cierta "fachada de tolerancia" para obtener el capital extranjero que necesita, aunque su voluntad dictatorial es manifiesta.
"(…) Como no me pueden meter preso porque soy una persona absolutamente inocente, traen la cárcel hasta mí y me limitan mi libertad en todo orden", condenó.
Relató que en el camino a Cárdenas contra su voluntad, los represores que lo trasladaban pararon en la casa donde se estaba quedando para recoger sus pertenencias y él intentó escapar.
"Me metí en un monte, me cayeron atrás, me maltrataron, trataron con violencia, y aquí tengo todas estas heridas producto de esa fuga (…) Yo no voy a permanecer secuestrado, no voy a soportar esta vejación", añadió.
Asimismo, el periodista prometió volver a La Habana por los medios que pueda, y si no le permiten llegar en un transporte, lo hará caminando.
"Voy a salir y van a tener que meterme preso formalmente. Si no puedo agarrar un transporte voy a irme caminando y si alguien quiere ayudarme en el camino se lo acepto, pero yo voy a llegar a La Habana y voy a hacer valer mis derechos", dijo.
"No voy a permitir que pisoteen mis derechos. No voy a firmar el acta de mi muerte civil que es a lo que me están obligando las autoridades en este momento", indicó.
El pasado 15 de diciembre, Álvarez fue detenido y liberado más tarde en Cárdenas, después de ser sometido a vigilancia y arresto domiciliario por la Seguridad del Estado en casa de sus familiares.
A fines de noviembre y principios de diciembre el escritor también sufrió actos de violencia tras formar parte del plantón del Movimiento San Isidro en La Habana, lo que incluyó su detención con violencia, la limitación de movimiento durante varios días utilizando como subterfugio el protocolo de Covid-19, la difamación en su contra a través de la televisión nacional y un interrogatorio por casi tres horas en la mañana del 1 de diciembre.
Ya su editorial en México (Sexto piso de la izquierda) esta haciendo declaraciones sobre este "escritor" (con 2 libros publicados).
No creo que sea seguroso como leo aqui en los comentarios. Es un aspirante a Padilla de la era digital...el pobre ya no sabe qué hacer para llegar al escandalo y que hablen de él y vender sus libritos.
Yo estoy casi convencido de que no estas preso formalmente, no por la crisis económica profunda que atraviesa el régimen, sino porque eres un topo. Suficiente tripas y caldo loco hay en las cárceles para alimentar a los presos, además, ahí tienes el ejemplo del joven del boulevard de San Rafael, que sin estar hablando tanto como tú lo encerraron simplemente por pasearse con un cartel.
Le estan preparando una fachada al chico que se retrató al lado del monumento de Marx y Engels,este es peor que los esbirros,pues no muestra su verdadera cara.Recuerden al viejo Baguer infiltrado en el grupo de los 75 ,se dejo orinar dar tranca y hasta le pasaron el pene por la cara,pero era por una" causa justa"..... habia que desenmascarar a los traidores y los revolucionarios no escatiman en sacrificios,así que pronto veran clavado por tres fornidos policias a este luchador por la democracia.El fin justifica el medio....
Este tío no me convence..... el tiempo dirá.
Pero sus derechos no sólo los debiera hacer valer en la Habana, también en Matanzas y resto de la isla.
Lead dancer.