La Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) coincidió con la propuesta de reformas para el sector agropecuario cubano que presentaron la pasada semana los economistas Pedro Monreal, Julio Carranza, Humberto Pérez, Fidel Vascos y Joaquín Benavides.
En una carta abierta, ambas organizaciones expresaron su alegría porque las ideas de los expertos "se asemejan mucho a las que hiciéramos los campesinos independientes desde inicios del mes de abril", a través de la iniciativa "Sin campo no hay país", que hasta la fecha no ha recibido respuesta de las autoridades.
Esteban Ajete Abascal, de la Liga de Campesinos Independientes, y Lisandra Orraca, de FLAMUR Cuba, recordaron que su iniciativa demanda de las autoridades varios puntos: entrega de títulos de propiedad en lugar de usufructos limitados; libertad para producir, vender e incluso exportar e importar sin mediación estatal; y una moratoria de impuestos por diez años para trascender la crisis actual.
"Por nuestra parte hemos alertado de que o se abandona de inmediato el sistema de monopolio estatal centralizado en la agricultura o enfrentaremos una horrible hambruna a corto plazo. Esa tragedia no será el resultado de un desastre natural, como pueden ser una plaga o sequía. Será consecuencia directa de una mezcla de sordera ideológica e inmovilismo de parte del Gobierno", advirtieron en su misiva, a cuyo texto DIARIO DE CUBA tuvo acceso.
"Esta perspectiva es lo suficientemente dramática como para que cubanos de cualquier latitud ideológica exijamos juntos revertir la senda que nos conduce a este crimen insensato. Basta un sentido elemental de responsabilidad cívica y decencia para estrecharnos la mano en este asunto", indicaron.
"Sin embargo, estimamos que nuestra responsabilidad, la de ustedes y la de nosotros, no cesa al avisar del peligro. Tenemos que adoptar iniciativas urgentes para detener y revertir —aquí y ahora— esta demencial carrera al abismo. El Gobierno tiene que acabar de entender que este es un problema sistémico y que ninguna medida de mercurocromo adoptada 'sin pausa pero sin prisa' podrá conjurar la tormenta. Con talento, pero también con patriotismo, civismo y decencia, podemos prevenir esta tragedia", terminaron.
La "Propuesta de reforma y programa agropecuario en el corto y mediano plazo en Cuba" firmada por Monreal, Carranza, Pérez, Vascos y Benvides, es parte de otro documento más amplio que "presenta un programa integral de transformación del modelo económico del país, abarcando diversas dimensiones y definiendo una secuencia precisa, que fue entregada al Gobierno a comienzos de junio", señaló Monreal al hacerlo público.
Entre las principales propuestas se encuentra liberar a los campesinos y productores locales de los compromisos obligatorios con las empresas del Estado, así como permitirles transportar y vender sus productos sin necesidad de contar con una licencia específica para ello.
También los especialistas sugieren orientar el papel de la empresa de Acopio al "abastecimiento mayorista de grandes volúmenes a distancia", principalmente a grandes centros urbanos, como es el caso de La Habana, limitar al 50% las obligaciones de los productores con la entidad y eliminar "los precios máximos" estipulados en el pago a los agricultores.
Además proponen permitir a los campesinos vender el resto de sus cosechas libremente, a "otros distribuidores legalizados en un entorno de competencia" regulada, en la cual Acopio participaría en igualdad de condiciones con los demás.
A pesar de que los economistas afirman que "el contexto internacional de la reforma económica en Cuba no podría ser peor", consideran que realizarla "es un imperativo que no debe dilatarse más", pues "la economía es un sistema complejo y como tal debe ser tratada" porque "cada una de sus partes afectan el todo".