La profesora, activista y curadora de arte Anamely Ramos denunció este miércoles en sus redes sociales que el propietario del apartamento en el cual vivía junto a un amigo decidió expulsarla de un día para otro. "Evidentemente, había sido presionado por la Seguridad del Estado", señaló.
Según Ramos, el domingo por la noche el dueño de la vivienda "pidió que le entregáramos la llave (el lunes) por la mañana".
Relató que, además, en proceso de traslado de sus pertenencias una patrulla de la Policía la interceptó para pedir documentos "en plan amenazantes", mientras otras dos patrullas vigilaban a menos de una cuadra de distancia.
Añadió que, al marcharse de la vivienda, había otra patrulla vigilando la puerta de la casa.
"Sé que no soy la primera a la que le ocurre, ni remotamente. Es un proceder clásico. La que se autoproclama la quinta policía del mundo dedica tiempo a ver quién visita a quién y luego hace sus 'visitas' también, para intimidar y amenazar", escribió Ramos.
El incidente represivo ocurre en medio de la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19, y las medidas del Gobierno para evitar la propagación del virus, que incluyen un toque de queda en La Habana. La presión de la Seguridad del Estado ha obligando a estas personas a romper el aislamiento e incluso moverse de municipio.
En los últimos meses, Anamely Ramos ha recibido numerosas represalias para que abandone su activismo y el apoyo a otros artistas independientes. Fue expulsada del Instituto Superior de Arte (ISA), donde impartió clases durante 12 años. Recientemente también fue golpeada cuando acudió a preguntar en la estación de Policía de Cuba y Chacón por la situación de los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maikel Castillo, detenidos arbitrariamente.
"Sé que no soy la primera a la que le ocurre, ni remotamente. Es un proceder clásico", expresó Ramos sobre su desalojo.
En efecto, la Seguridad del Estado ha utilizado ese procedimiento contra otros activistas y periodistas independientes como Camila Acosta, de Cubanet, y Adriana Zamora y Ernesto Carralero, de DIARIO DE CUBA.
"No se metan con mis amigos, ni con mi familia...", reclamó Ramos al régimen en Facebook. "Vengan directamente a mí, pero cuando lo hagan, vengan con todo, quizás con esas armas largas que portan los boinas negras que ahora andan en jeeps por algunas partes de La Habana. Gestionando una pandemia, dicen, porque hace mucho rato que decidieron gestionar absolutamente todo en este país como si se tratara de una guerra", criticó.
No pierdan su tiempo pensando cómo intimidarme o dañarme con acciones de baja calaña ética. Ni foticos, ni chismes, ni patrullas con policías que bajan la cabeza avergonzados porque ni entienden las órdenes que les dan", agregó.
"Ya me botaron del ISA, ya mi hijo se fue del país, ya angustian a mis seres queridos y nos separan. Lo que les queda por hacer no alcanza ya para que deje de actuar por lo que creo justo y necesario", aseguró.
"Cada acción inmunda que realicen la voy a denunciar, para que todos sepan la mafia que son", advirtió.
"De hecho, todo lo que hicieron en estos días le abrió los ojos a unas cuantas personas, que sin tener nada que ver se vieron afectadas: el amigo que llamaron, la mamá del amigo que llamaron, la esposa del amigo que llamaron... Sí, porque como mismo ustedes usan a las personas para ponerlas unas contra otras, ese mismo canal puede servir para que las personas se unan, por solidaridad y empatía, al ver semejantes bajezas", dijo Ramos.
"¡A las mafias se les teme pero no se les respeta! Si quieren respeto dejen de actuar cobardemente", concluyó.