Son más de 200 los activistas cubanos que se han sumado al llamado de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) para realizar un ayuno de 72 horas para exigir al régimen el cese de la represión.
A la jornada, que comenzó el miércoles y se extenderá hasta el viernes, se han sumado activistas radicados en Cuba, Estados Unidos, México y Suiza, pertenecientes a diversos grupos de oposición.
El ayuno tiene como objetivo visibilizar el aumento de la represión contra la sociedad civil independiente, exigir la liberación de todos los presos políticos y rendir homenaje a Pedro Luis Boitel y Orlando Zapata Tamayo, dos mártires de la oposición que murieron en huelga de hambre, reseñó para Cubanet la activista de la UNPACU Katherine Mojena.
"Hasta el momento nos han confirmado más de 200 personas que desde sus hogares estarán acompañándonos en este gesto simbólico a favor de nuestros presos que sufren en cárceles castristas", dijo el líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer, quien comenzó el ayuno desde la medianoche del martes pasado y ha convocado a sumarse a la iniciativa a través de sus redes sociales.
Junto a la organización opositora más grande de la Isla, se han sumado al ayuno miembros del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, la Alianza Democrática Pinareña, la Academia Julio Machado, el Comando Cívico Leoncio Vidal, el Frente Nacional de Resistencia Cívica Orlando Zapata Tamayo, el Comando Olegario Charlot Spileta, entre otros.
El régimen libera al activista de la UNPACU Sandalio Mejías Zulueta, pero hostiga a los miembros de la organización
El régimen cubano liberó esta semana al activista de la UNPACU Sandalio Mejías Zulueta, detenido el 13 de enero pasado en La Habana Vieja y condenado a un año de privación de libertad apenas una semana después.
No obstante, también ha incrementado la represión contra los integrantes del colectivo.
La UNPACU denunció que la semana pasada los prisioneros políticos Eider Frómeta Allien y Alien Muchulín Montoya comenzaron una huelga de hambre para demandar el cumplimiento de sus derechos.
Frómeta Allien, de 30 años, permaneció en estado de inanición entre el 9 y el 11 de mayo, exigiendo a las autoridades que le proporcionaran sus medicamentos.
"A mi hijo lo trasladaron de la prisión de Guantánamo para Kilo 8, en Camagüey, por gusto. Él padece de gastritis e hipertensión arterial y le quitaron todos sus medicamentos sin importarle su estado de salud", denunció a Cubanet Griselia Allin, madre del opositor.
Frómeta Allien está preso desde enero de 2019 por el supuesto delito de "desobediencia", pero tras cumplirse el año de sanción que le impusieron, la Seguridad del Estado utilizó a un preso común para provocar una disputa por la que el activista fue condenado a otro año por el presunto delito de "lesiones".
En el caso de Muchulín Montoya, sentenciado este 8 de mayo a un año de prisión por "desacato" y que fuera trasladado a la prisión Aguadores, de Santiago de Cuba, se declaró en huelga de hambre "porque está preso injustamente y le impidieron ver a sus familiares, al ser trasladado por haber tomado esa decisión. Su encarcelamiento es en represalia a su activismo pacífico", dijo Yordanis Labrada Tellez, coordinador de la UNPACU en el municipio Songo La Maya, quien fue también arrestado y multado el domingo último.
Según la UNPACU, en abril otros dos miembros del grupo opositor que se encontraban detenidos recurrieron a la huelga de hambre como forma de protesta.
Uno de ellos, Maykel Herrera Bone, estaba detenido en la estación policial de 100 y Aldabó y después de deponer una huelga de hambre de 14 días fue trasladado hacia la prisión de Güines, en espera de que le celebren juicio por el presunto delito de "atentado".
Mientras que Yuselín Ferrera Espinosa, liberado luego de 11 días en huelga de hambre y sed y de recibir varias golpizas y sufrir celda de castigo en la prisión Aguadores, espera en su vivienda a que lo citen para celebrarle juicio también por el presunto delito de "atentado".
También por "atentado" está pendiente a juicio el opositor Isaín López Luna, quien ha sido encarcelado en Valle Grande, mientras que Keilylli de la Mora fue condenada a una sanción conjunta de un año y medio de privación de libertad por los presuntos delitos de "desacato", "desobediencia", "resistencia" y "propagación de epidemias", aunque se encuentra bajo prisión domiciliar durante el proceso de apelación.
Varios activistas y organizaciones de derechos humanos de Cuba y el extranjero han denunciado el incremento de la represión en la Isla aprovechando la situación de crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
Moviera a risa si no fuera penoso ¿alguien realmente se cree esta bufonada? Esta bien que tengan que justificar las migajas que les envian desde EUA, pero por Dios mas respeto por la inteligencia humana.
Si quieren que se les crea tomen ejemplo y actuen como los militantes del IRA en los 80, verguenza ajena es lo que dan.