'Es un buen momento para dar ejemplo de civismo': la sociedad civil cubana ante la pandemia

"Que el Gobierno cubano haya tardado tanto en comenzar a tomar medidas para enfrentar la pandemia del Covid-19 no es solo una actitud denunciable, sino que ha puesto en riesgo a la ciudadanía", opinó Rosa María Payá, promotora del proyecto Cuba Decide, quien junto a varios líderes de la sociedad civil independiente de la Isla valoró la delicada situación a que se aboca el país ante la expansión del nuevo coronavirus.

Payá recordó en declaraciones a DIARIO DE CUBA que la Isla tiene "condiciones agravantes: aquellas en que viven los ciudadanos. Para la mayoría de los cubanos es prácticamente imposible practicar el aislamiento social."

En ese sentido, Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, advirtió que "el régimen cubano está dando confianza al pueblo de que no va a suceder nada. Esto no es cuestión de si la salud pública es buena o mala. Las personas están innecesariamente en las calles, el Coppelia lleno para comprar helado, las colas en todas partes, porque la gente tiene que salir a comprar la comida."

"El régimen no ha creado una estrategia para la alimentación de los cubanos. Es muy preocupante la situación. No están pensando en el pueblo, sino en ganar dinero enviando médicos a otro país. Esas son violaciones de los derechos humanos del pueblo de Cuba", apuntó Soler.

El artista Luis Manuel Otero Acántara también cuestionó la velocidad de reacción de las autoridades: "Han sido remolones porque no tienen muchas opciones de movimiento. El Gobierno sabe que si impone una cuarentena, colapsa el país en cuestión de horas. El régimen tiene demasiados errores sistémicos, económicos. Muchas de las acciones que ha tomado son más bien políticas. Esos niños y adolescentes que no están en las escuelas, no van a estar en las casas. Aquí hay familias que viven 20 o 30 personas en una vivienda, así que muchos van a estar en las calles. Están haciendo lo que supuestamente deberían hacer, pero se está demostrando que el sistema cubano es fallido a nivel económico, social, médico."

Por su lado, Eduardo Cardet, exprisionero político y líder del Movimiento Cristiano Liberación, así como médico de profesión, puntualizó que la situación en que esta crisis sanitaria sorprende a la Isla podría provocar graves consecuencias para los cubanos.

"El pueblo cubano viene sufriendo desde hace muchos años una crisis económica sistémica bastante difícil. Todo esto viene a agravar nuestra realidad. No esperamos que haya medidas efectivas, no solo en cuanto a los cuidados de salud, sino en lo referente a las necesidades de primer orden que tenemos, llámese jabón, detergente, antiséptico, la alimentación, que está muy comprometida", dijo.

"La miseria es uno de los mecanismos de opresión más crueles que usa el régimen para mantener el pueblo en un estado de precariedad y supervivencia diaria, y para que la gente no tenga respuesta para ello. Nadie está completamente preparado para enfrentar una epidemia de gran magnitud. Carecemos de toda clase de medicamentos en las farmacias, dígase analgésicos, antibióticos, todos los grupos de fármacos estás comprometidos."

"Los regímenes totalitarios lo falsifican todo. Desde hace años en Cuba padecemos una epidemia de dengue de gran envergadura y de eso no se habla. Ahora las autoridades presumen de que todo está controlado, pero no hay nasobucos en las farmacias, están pidiendo a las personas que los confeccionen, y los productos de aseo faltan."

Turismo y "misiones médicas" como fuentes de ingreso

Sobre la decisión del Gobierno de cerrar las fronteras luego de varias semanas asegurando que Cuba era un destino seguro para el turismo, Cardet puntualizó que "esperaron todo lo que pudieron, esperaron se puede decir hasta el último momento, porque eso compromete su fuente de ingresos del turismo."

Cardet apuntó que el sistema se salud cubano, que el régimen ofrece como una de sus fortalezas, "es uno de los que más comprometidos está a nivel nacional, al menos aquel que afecta a los cubanos de a pie. Que nadie olvide que en Cuba hay una dualidad: el sistema que nos atiende y el que exhiben como vitrina, como muestra de ese gran sistema de salud, pero que no es para el disfrute del pueblo cubano, sino para extranjeros, para ese mercado de servicios que ofrecen. Nuestra realidad es la carencia de todos los insumos, instalaciones en pésimas condiciones, aunque sin olvidar que hay personas de buenos sentimientos que quieren ayudar a la gente en esos hospitales. Nos queda ser solidarios entre nosotros."

Rosa María Payá recordó también que en esta clase de situaciones el régimen hace un uso político de los médicos. "Hay mucha confusión en el resto del mundo, que lo que escucha es 'médicos cubanos llegando'. Es muy importante recordar que las misiones  médicas cubanas constituyen trabajo forzoso, según la Relatoría de Trata de Personas de Naciones Unidas."

"El hecho de que usen el trabajo forzoso de profesionales cubanos para lucrar poniéndolos en riesgo es un crimen, no un ejercicio de solidaridad. Eso puede tener repercusiones en nuestro país, donde el sistema de salud está en un momento deplorable", recordó.

Los presos políticos y los activistas de derechos humanos ante la pandemia 

Payá subrayó el papel que ha jugado la sociedad civil en el enfrentamiento a la pandemia en Cuba. "Las medidas que tomó el régimen fueron exigidas por la población desde mucho antes", recordó.

"La sociedad civil cubana ya ha asumido el rol de denuncia que corresponde. La oposición cubana, que no son bloques políticos partidistas que juegan en un escenario que en Cuba no existe, sino defensores de derechos humanos, al margen de nuestras posiciones políticas tenemos la responsabilidad de usar nuestras voces para defender a la ciudadanía cubana. En este momento, eso significa denunciar la irresponsabilidad, las arbitrariedades, los crímenes que el régimen está cometiendo en el manejo disfuncional de esta pandemia y del riesgo que significa para los cubanos."

Para Payá, el traslado abrupto de prisión de la Dama de Blanco Aimara Nieto envía una señal inequívoca de cómo el régimen podría utilizar la situación para solapar la represión. "Decidieron trasladar a una mujer que está injustamente presa y mandarla a más de 700 kilómetros de donde vive su familia, a otro penal donde sabemos que las condiciones de hacinamiento, humedad, son terribles. Por ese caso podemos juzgar lo que está viviendo la población penal cubana, y lo que puede llegar a significar esta crisis sanitaria dentro de Cuba, siendo usada también como instrumento represivo. No se ha tomado ninguna medida para proteger a los presos políticos, como demuestra el caso de Aimara."

Por su parte, varios de los activistas que realizan frecuentemente acciones de calle dijeron que han decidido poner por encima de todo la protección de las personas, evitando fomentar el contagio. 

Las Damas de Blanco, por ejemplo, han decidido suspender temporalmente sus acciones, confirmó Berta Soler.

Otero Alcántara, entretanto, piensa que es un buen momento para dar un ejemplo de civismo. "En Cuba no hay noción de lo grave que puede ser el coronavirus. Ni los intelectuales, ni los activistas lo tienen. La gente está esperando que el régimen haga un toque de queda. Si salimos a la calle o a una protesta probablemente lo que hagamos sea expandir más la pandemia."

El líder del Movimiento San Isidro consideró que un activista detenido que se enferme o muera puede ser un problema complejo para el régimen. "Yo estuve en Valle Grande, en medio de condiciones infrahumanas. Si ahí entra el virus, estamos hablando de 2.000 personas infectadas."

"El régimen, nos guste o no, es quien tiene el mayor poder, producto de que ha controlado todo en Cuba. Es el que puede comprar un barco de medicinas, por ejemplo. Pero el virus no va a considerar diferencias o credos políticos. Va coger a todos por igual. Creo que hay que cuidarse," advirtió.