El prisionero político cubano Armando Sosa Fortuny, encarcelado por el régimen desde hace 26 años tras recibir una condena por "infiltración, entrada ilegal a Cuba y otros actos contra la Seguridad del Estado", ha tenido que regresar a prisión pese a su delicado estado de salud.
El fin de semana pasado, Sosa Fortuny fue hospitalizado en estado grave debido a una supuesta "bronconeumonía", pero tras recibir el alta fue enviado de vuelta a La Empresita, una prisión de tránsito ubicada en Camagüey donde el régimen lo mantiene recluido.
El prisionero, de 76 años, cumple una condena de 30 años y sufrió una repentina enfermedad por la que fue internado en el Hospital Provincial Amalia Simoni, de Camagüey.
El opositor Jiordan Marrero Huerta, miembro del partido Demócrata Cristiano, dijo a Radio Martí que los médicos no lograban estabilizar los niveles de azúcar en sangre del paciente y que este se había estado negando a comer en prisión por temor a que los alimentos que las autoridades le suministraban estuvieran afectando su salud.
La semana anterior, el reo había sido hospitalizado debido a otra descompensación. "El miércoles, 21 de agosto, tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital para reclusos Kilo 8", pero tras recibir asistencia médica por "fuertes mareos y vómitos" fue retornado a prisión, señaló Marrero Huerta.
De acuerdo con Graciela Suárez, la mujer que lo atendió durante su segundo ingreso, el padecimiento del recluso pudo estar vinculado a un alimento ingerido en La Empresita.
"El viernes en horas de la tarde le dieron una carne un poco extraña que a él no le gustó mucho. En la mañana del sábado presentó muchos vómitos, él es diabético. Entonces se lo llevaron y lo ingresaron en el hospital Amalia Simoni", relató Suárez a Radio Martí.
Aunque una de las enfermeras del cuerpo de guardia del hospital señaló que Sosa Fortuny tenía una bronconeumonía, el médico que lo atendió explicó que no fue tratado por esa dolencia, sino debido a una descompensación del azúcar producto de los vómitos, cuadro agudizado por su condición de diabético.
A pesar de su delicada situación de salud, Sosa Fortuny no resultó beneficiado en el indulto que decretó el régimen cubano el pasado mes de julio.
En esa ocasión, el Consejo de Estado indultó a 2.604 sancionados con penas efectivas de privación de libertad, asegurando que tuvo en cuenta "solicitudes de familiares", "el buen comportamiento de los condenados durante el cumplimiento de la pena, el tiempo extinguido de la sanción" y "la edad y las enfermedades crónicas que algunos padecen", además de que tuvieran cumplida "como mínimo un tercio de la sanción impuesta por los tribunales".