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Derechos humanos

Activistas ofrecen evidencias del 'doble rasero del diálogo de la Unión Europea con Cuba'

Bruselas pone obstáculos al establecimiento de una discusión con la sociedad civil independiente.

Madrid

Las activistas Ariadna Mena Rubio y Rosa Maria Payá y el director de programas para América Latina de Civil Rights Defenders, Erik Jennische, denunciaron en un artículo conjunto que la Unión Europea (UE) "está permitiendo que el Estado cubano continúe su programa de represión de la democracia y los derechos humanos al ignorar a los grupos de la sociedad civil".

Desde que Bruselas y La Habana entraron en las negociaciones sobre un Acuerdo de Cooperación y Diálogo Político (PDCA, sus siglas en inglés) a principios de 2014, "nunca ha habido un diálogo formalizado con organizaciones cubanas que no formen parte de la estructura del Gobierno".

Recordaron que, en una resolución sobre la situación de los derechos humanos en Cuba aprobada este mes, el Parlamento Europeo pidió a la jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini, "que reconozca la existencia de una oposición política al Gobierno cubano y que apoye su inclusión en el diálogo político".

"Esta ha sido una demanda de organizaciones cubanas y europeas de derechos humanos durante años, y un factor clave para cualquier efecto positivo de la PDCA", sostuvieron Mena, Payá y Jennische.

Exponen hechos que demuestran "la negligencia de representantes europeos en La Habana ante la sociedad civil independiente cubana".

En tal sentido, relataron el viacrucis sufrido por Mena Rubio, una de las firmantes del artículo y promotora de Cuba Decide, para ponerse en contacto con la delegación de la UE y varias embajadas de los estados miembros de la UE en La Habana.

Cuba Decide es una campaña no partidista que promueve un plebiscito sobre la democratización de Cuba. Es apoyado en la Isla por ciudadanos independientes y organizaciones de oposición como la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).

Las reacciones de la delegación de la UE y de las embajadas no fueron entusiastas, señalaron.

Intentos de contacto

"Al llamar a la delegación de la UE para solicitar una reunión con la persona responsable de los asuntos de derechos humanos, a Mena Rubio se le informó que podía llamar a la semana siguiente. Continuó llamando las siguientes semanas, pero no obtuvo respuesta. En agosto le dijeron que la persona responsable de los derechos humanos estaba de vacaciones, pero que podía volver a llamar en septiembre", explicaron los redactores del artículo.

En la embajada de Austria, un empleado cubano respondió que Mena Rubio tenía que escribir un correo electrónico. El correo electrónico nunca recibió una respuesta y cuando ella volvió a llamar, el empleado dijo que no podía hacer nada más.

Por su parte, la embajada belga respondió que Mena Rubio tenía que volver a llamar a cierta hora, pero cuando lo hizo, la persona ya había dejado la oficina. La activista volvió a llamar las siguientes semanas y luego le pidieron que dejara su correo electrónico para que le escribieran. Nunca recibió nada. Cuando volvió a llamar y se presentó después de eso, se le dijo continuamente que llamara más tarde.

La empleada cubana en la embajada griega le dijo que escribiera un correo electrónico a otra dirección electrónica. Tampoco recibió una respuesta. Los mismo sucedió al ponerse en contacto con la embajada francesa.

En el caso de la sede diplomática alemana, a Mena Rubio se le pidió que proporcionara sus datos de contacto y le dijeron que la contactarían la semana siguiente, sin embargo, la persona responsable no estaría allí las próximas dos semanas. Después de eso, se le ha dicho continuamente que vuelva a llamar la semana siguiente.

Por su parte, la embajada sueca respondió de la misma manera; el empleado le pidió que dejara sus datos de contacto y que volviera a llamar la semana siguiente. La embajada de Eslovaquia transfirió la llamada a un diplomático que le dijo que volviera a llamar los martes, el día en que supuestamente atenderían estos problemas. Lo hizo varias veces, pero no pudo programar una reunión.

"Después de meses de llamadas telefónicas y correos electrónicos, no logró organizar una sola reunión. Este desinterés por comunicarse con la sociedad civil cubana ha sido recurrente durante años. Por lo que sabemos, la UE no celebró ninguna reunión formal con organizaciones independientes de la sociedad civil ni con la oposición política durante el proceso de negociación, y tampoco lo ha hecho desde la firma del acuerdo en diciembre de 2016", señalaron Mena Rubio, Payá y Jennische.

Lamentaron que cuando las delegaciones de la UE visitan La Habana, los periodistas que trabajan para medios independientes como es el caso de DIARIO DE CUBA "nunca son bienvenidos a las reuniones informativas para la prensa".

"La docena de organizaciones cubanas que participaron en la reunión de la sociedad civil que precedió al Diálogo de Derechos Humanos entre la UE y Cuba el 9 de octubre fueron propuestas por las autoridades cubanas. No se invitó a un solo representante de la sociedad civil cubana independiente", aclararon.

"Los casi cinco años de negociaciones y diálogos sobre derechos humanos no han dado lugar a un solo resultado positivo para los derechos humanos de los ciudadanos cubanos".

'El Gobierno cubano puede darse por satisfecho'

El Gobierno cubano puede estar satisfecho. Convenció a la UE para que rechazara su posición común sobre Cuba que data de 1996, que exigía una democracia multipartidista. Y en su informe "Derechos humanos y democracia en el mundo" de 2016, la UE afirma que "Cuba es una democracia de partido único, en la que se llevan a cabo elecciones a nivel municipal, provincial y nacional".

"Esa es una declaración sorprendente, pero completamente en línea con la negativa a denunciar las violaciones de derechos humanos cometidas por el Gobierno cubano", condenaron.

"El problema aquí no es convencer al gobierno cubano de democratizar y respetar los derechos humanos, sino que no quiere dejar el poder. Y su principal herramienta para permanecer en el poder es reprimir los derechos humanos básicos de los ciudadanos cubanos", añadieron.

"Si la UE y sus estados miembros no se abren a un diálogo formal y constructivo con la oposición cubana, como exige el Parlamento Europeo, Europa está participando en esta represión y ayudando a un régimen dictatorial a prolongar su tiempo en el poder", concluyeron.

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