El promotor de la #00Bienal Alternativa, el artista independiente Luis Manuel Otero Alcántara, entregó este martes una carta de protesta al Ministerio de Cultura y otras instituciones oficialistas como la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) donde exige una retractación pública por parte de estos organismos por "todas las injurias cometidas contra los promotores y organizadores" del evento que se realizó el pasado mes de mayo.
El documento hace un recuento de todas las dificultades y obstáculos que pusieron las autoridades para que la #00 Bienal no pudiera realizarse con normalidad y desmonta los principales argumentos de la declaración de la UNEAC y la AHS hecha pública un día antes de la inauguración del evento.
La misiva demanda además a las autoridades culturales que sea devuelto el carnet del creador a todos aquellos artistas que por haber participado en la #00 Bienal se les retiró como represalia.
El documento pide "un diálogo" entre estas instituciones y los artistas participantes en la #00 Bienal Alternativa para debatir la política cultural cubana de los próximos años. Es una "cuestión que desconocemos y que nos preocupa profundamente", señalan en la carta.
Otero Alcántara dijo a DIARIO DE CUBA que esta entrega "es un gesto cívico y necesario".
"No podrán quedarse callados y si así sucede algo haremos, pero no podemos dejar de expresar nuestro malestar por toda la represión sufrida y decirles que no solo ellos representan y les interesa la cultura cubana", opinó el artista sobre una posible reacción oficial.
La idea de la #00 Bienal Alternativa surgió luego de que las autoridades culturales decidieran posponer para 2019 la XIII Bienal de La Habana con la justificación de los daños causados por el huracán Irma, que asoló la Isla en septiembre del pasado año.
El suceso cultural independiente fue objeto, desde mucho antes de su inicio, de diversas trabas y amenazas por parte de las autoridades hacia sus principales promotores.
Aún bajo presión la #00 Bienal pudo celebrarse y constituyó el primer ensayo de cómo montar un evento cultural en la Isla sin ningún respaldo institucional estatal.