Ningún equipo es tan bueno como luce cuando gana, ni tan malo como parece cuando pierde. Ese viejo adagio deportivo encaja a la perfección con la selección masculina cubana de voleibol, que ha tenido dos semanas muy diferentes en la Liga de Naciones (VNL). ¿Realmente estábamos en un nivel de súper élite por derrotar a Brasil o por resistir cinco sets ante Japón? La respuesta es un rotundo no. ¿Realmente estamos tan mal que no podemos vencer a Canadá por enésima ocasión y nos derrumbamos en varios partidos por la ausencia de nuestra estrella? Pues tampoco. ¿Somos invencibles por ganarles a los vigentes campeones olímpicos? Mucho menos.
Sin embargo, la afición y los especialistas de la Isla, a veces demasiado pasionales, suelen irse a los extremos con la escuadra nacional, sin tomar en cuenta el daño que hacen. Ni son positivos los discursos triunfalistas cuando ganan ni las miradas inquisidoras cuando pierden, pero es una fórmula que se repite una y otra vez para desgracia de un equipo que, ciertamente, todavía busca la estabilidad de su juego. Lo peor es que los señalamientos siempre caen sobre los jugadores y pocos se atreven a cuestionar todo lo que rodea al plantel.
Por ejemplo, antes de iniciar la segunda semana de la VNL, los cubanos realizaron un martirizante viaje desde Varadero hasta Ottawa, con más de diez horas de escala en un aeropuerto canadiense. Allí fueron golpeados por el frío y, como consecuencia, varios hombres jugaron los partidos en suelo canadiense con fiebre y estado gripal, mientras Robertlandy Simón acusó molestias en la espalda que le impidieron saltar a la cancha en tres duelos de mucha importancia.
La conjunción de todos factores desembocó en derrotas indiscutibles contra Canadá, Países Bajos e Italia, rivales que sin un rendimiento superlativo lograron sacarle los colores al conjunto que dirige Jesús Cruz. Como ya decíamos, la ausencia de Simón fue mortal, por su impacto en el juego, su liderazgo y su aporte a nivel estadístico. Para tener una idea, Roamy Alonso y José Massó, sus sustitutos, solo marcaron cuatro puntos con el bloqueo en tres desafíos, un aporte demasiado bajo, aunque en el caso de Massó jugó un partido entero luego de una torcedura de tobillo que no lo dejó ni dormir.
De cualquiera manera, la ausencia de Simón disminuyó mucho la efectividad de la defensa en la net, ya no solo por los puntos en el bloqueo, sino por la contención de los remates para dar paso a los contrataques. No obstante, más allá del golpe emocional por perder a Simón, el equipo cubano se derrumbó en apartados que no dependían de la presencia del experimentado central.
El pasador Christian Thondike no estuvo al mismo nivel de la primera semana, abusó de los pases altos y no distribuyó con la misma claridad; el líbero Yonder García fue bombardeado en los momentos cruciales y su respuesta en la recepción no fue la mejor; la defensa de campo no estuvo bien ubicada, y faltó concentración y determinación para afrontar los cierres de la mayoría de los sets.
La buena noticia es que, pese a todos estos contratiempos, el equipo logró reconectarse en el último duelo de la semana contra Francia, vigente campeona olímpica. Aunque los galos oxigenaron su plantel y sacaron a varios suplentes, los de Cuba lograron remontar un partido que perdían 1-2, apoyados en gran medida en los cinco bloqueos de Simón, quien jugó a media máquina, y en el aporte coral de Marlon Yant, Miguel Ángel López y Osniel Mergarejo. Este tridente terminó formando una línea de recepción de cuatro hombres con el líbero Yonder, sin un opuesto fijo, aunque al final López cayó a esa posición como ya había hecho en otros torneos internacionales hace algunos años.
La victoria ante Francia reflotó a la escuadra antillana, que encontró agua en el desierto con 9.55 puntos para el ranking. De esta manera, y tras los resultados de Serbia (ganaron dos de cuatro en Ottawa), quedaron separados por muy estrecho margen: 251.55 unidades los balcánicos por 250.64 los caribeños. Cuba perdió 10.53 rayas en el escalafón tras estos cuatro partidos, mientras los serbios ganaron 13.04 puntos, suficientes para borrar la diferencia de 22.66 unidades que los de la Isla sacaron en la primera semana.
Está servida entonces la mesa para la definición de la última ronda en Ljubljana, Eslovenia, donde precisamente las acciones comenzarán con un trepidante duelo entre Cuba y Serbia. Este choque tendrá un valor doble para las dos escuadras, con opciones para el que triunfe de sacar un mínimo de diez puntos en el ranking. ¿Quién sale favorito? Esta es una pregunta difícil de responder, pero los serbios tendrán más tiempo para prepararse por la desastrosa planificación de viaje de la Federación Cubana, que de nuevo colocará al equipo en un periplo largo y sin margen de recuperación.
¿Quién detiene a Melisa Vargas?
Los voleibolistas de la selección nacional no son los únicos cubanos que disputan la VNL. Por ejemplo, Yoandy Leal ha marcado al menos 16 puntos en cuatro de los cinco partidos que ha disputado bajo la bandera de Brasil, con un tope de 22 el pasado sábado frente a los poderosos polacos. El auxiliar también marcó 17 cartones a los campeones mundiales italianos y 19 a Cuba en el inicio del torneo. No obstante, la gran figura cubana de esta competencia es, otra vez, Melisa Vargas.
La fenomenal opuesta de 24 años promedia 23.8 puntos por encuentro en sus primeros ocho duelos de la lid con la camiseta de Turquía, selección a la que representa desde el pasado curso. Había dudas sobre la condición de Melisa después de sufrir una lesión en el hombro a finales de 2023, pero se ha recuperado a la perfección y sigue soportando un alto volumen de balones por juego sin bajar la efectividad o el poder de sus acciones.
En la presente edición de la VNL ha castigado sin piedad a las rivales con las siguientes puntuaciones: Japón (12), Países Bajos (27), Italia (33), Francia (18), Alemania (23), Serbia (31), Corea del Sur (16) y Estados Unidos (27). Este rendimiento la ubica como la máxima anotadora del certamen con 187 unidades, más de 20 por delante de la japonesa Sarina Koga (161) y la canadiense Kiera Van Ryk (153). Melisa Vargas, además, es líder en ataque (162 cartones por ese concepto) y segunda en servicio (12 aces), solo superada por la alemana Camilla Weitzel.
Turquía marcha en la quinta posición de la VNL 2024 y apunta a la final de Bangkok, que se jugará del 20 al 23 junio próximo. No obstante, el gran objetivo del equipo son los Juegos Olímpicos de París, donde podría continuar su racha triunfal de 2023, cuando ganó el título de la VNL y del Campeonato Europeo. Como el pasado año, el aporte de Melisa Vargas será fundamental para escalar a la cima del olimpo.