El director técnico Julio César Álvarez, el más ganador dentro del fútbol cubano, dijo que las autoridades deportivas del país lo han marginado en varias ocasiones, en una entrevista concedida al medio deportivo independiente Play Off Magazine.
"Trabajé para el fútbol, no para que me reconozcan, pero la gente sí lo hace cuando uno ha hecho algo positivo. Lo que quiero es que no me olviden", afirmó.
"Yo trabajaba para el fútbol: siempre que he tenido las fuerzas lo he hecho y lo hago sin interés de ningún tipo", añadió el director retirado, que aseguró no pedir ayuda al Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER), aunque la necesitara, según cita Play Off Magazine.
Como director de la selección de Villa Clara, bautizada como el "Expreso del Centro", Álvarez obtuvo 13 medallas en 15 campeonatos cubanos de fútbol. De esas preseas, cinco fueron de oro.
"Del año 80 al 83 ganamos cuatro campeonatos consecutivos. Es, hasta el momento, el único equipo que lo ha logrado en estas lides. También ganamos en el 86. En el 78, 79, 85 ,87 y 89 fuimos segundos lugares. En el 94 y 2008 terceros", contó a Play Off Magazine.
Sobre las condiciones para jugar fútbol en la época en que fue entrenador, explicó que los terrenos tenían muy poca calidad. Sin embargo, los equipos disponían de más implementos deportivos que en el presente.
"Los terrenos eran de muy baja calidad en la mayoría de los municipios. Los tradicionales eran los de Zulueta y Santo Domingo. Los demás tenían sus dificultades, pero se jugaba y se desarrollaban los campeonatos. Había balones donados por países del llamado campo socialista con cierta calidad para jugar los torneos provinciales y nacionales", describió Álvarez.
"Pero, sí se tenían más implementos que en la actualidad", sostuvo. "La industria deportiva nos surtía con balones de gomas para los escolares y los demás, por ejemplo 20 o 30, para un entrenamiento de primera categoría, cosa que hoy es difícil. Existía la posibilidad de un buen desarrollo. Escaseaban los implementos para trabajar las habilidades físicas".
"Los trajes eran confeccionados por la industria deportiva con buena calidad. No existían tantos problemas con el calzado ni con los uniformes ni las medias. Fue un mejor momento de los materiales y necesidades para los entrenamientos y competencias. Todos los equipos de provinciales y nacionales estaban uniformados con sus respectivos colores", añadió.
También aseguró que la alimentación era "muy buena", tanto en la base como en los campeonatos nacionales. No obstante, las condiciones de alojamiento dejaban que desear, de acuerdo a sus declaraciones.
"Los albergues sí eran otra cosa. Nos alojaban, por ejemplo, en el estadio Sandino de Santa Clara, con condiciones que no eran buenas, con mucho calor, los albergues no eran los mejores y eso nos golpeaba. No había ventiladores ni posibilidades para que el atleta descansara lo suficiente. Muchas veces dormíamos en las gradas para coger fresco y descansar", explicó.
Sobre la capacidad de los directores técnicos que estaban al frente de las selecciones nacionales, contó que él fue convocado cuando logró ser campeón o subcampeón nacional. "Sin embargo, había entrenadores que dirigían la selección que no dirigían ni tenían resultados en el campeonato doméstico", contrastó.
La primera exclusión que sufrió este director técnico llegó en 1991, cuando ya había conducido al "Expreso del Centro" a cinco coronas nacionales.
"Yo fui excluido de la selección nacional en enero de 1991, cuando se perfilaba todo con vistas a los Juegos Panamericanos celebrados en La Habana. Había dirigido los Centroamericanos y ocupamos el cuarto lugar y en la eliminatoria olímpica perdimos con Haití. Cuando hacen el análisis, alegan que no debíamos haber perdido con Haití, un país pobre, y una serie de cosas que no las entendí", relató Álvarez.
"Muchos de los que alegaban aquello habían perdido contra Haití siendo jugadores. Querían decir que cuando ellos estaban eran ricos y conmigo eran pobres. A veces no doy entrevistas porque me conozco y digo la verdad cueste lo que cueste. Soy responsable hasta el día de hoy de los resultados, pero hay cosas que se deben saber. Ellos tenían sus planes, desde un principio los tenían. Pero bueno ya tenían otras proyecciones", dijo.
Tras esa exclusión, Álvarez fue enviado a trabajar a Haití un tiempo. Cuando regresó a su provincia, no hubo interés en que volviera a dirigir el equipo. Luego, el actual comisionado del fútbol en su provincia le pidió que apoyara al equipo y a los técnicos jóvenes.
"Ese trabajo lo fui realizando siempre sin enfocar nada que no fueran sus criterios. Así continué y lo sigo haciendo de esa manera", señaló.
Sobre el fútbol cubano actual, que pese a tener futbolistas contratados en el extranjero, no obtiene buenos resultados a nivel internacional, Álvarez consideró que para los jugadores se ha abierto un campo que no existía en su época, pero criticó la conformación de los campeonatos nacionales y opinó que se juega muy poco en el país.
"Cada generación ha tenido sus situaciones, a favor o en contra. La actual es diferente porque se ha abierto un campo que no existió en otras épocas. En mi tiempo, había atletas que pudieron haber jugado en determinados clubes por su calidad. Los muchachos de ahora han visto que en los clubes hay beneficio económico y mayor desarrollo. Han buscado nuevas aventuras", dijo.
"Es una generación con otras posibilidades. No es menos cierto que nuestros campeonatos nacionales tienen muchas deficiencias. En cuanto al alojamiento, este ha mejorado. Se da en hoteles, el transporte es en guaguas Yutong con mejoras con respecto a mi época, en que eran en Girón y Skoda. La alimentación es bastante buena", expresó, aunque manifestó su desacuerdo con el sistema de competencia.
"Siempre he estado en contra de la conformación de los campeonatos de Cuba: el fútbol no es de play off, es para otros deportes y aquí queremos que un equipo que ha ganado un torneo sacando tres o cuatro puntos al más cercano perseguidor, después juegue en un cruce el uno contra el cuatro y puede que quede eliminado. Eso es una injusticia", lamentó.
"Se juega muy poco. Ahora, con apertura y clausura, ese no es el fútbol que necesitamos. Tenemos que acercarnos a las ideas de los grandes equipos como el Madrid, el Barcelona. Juegan cuarenta partidos. Ahí hay desarrollo", dijo.
"La base del fútbol cubano está perdida. Las áreas no tienen balones para trabajar ni recursos para formar a los niños, jóvenes y adultos. Por supuesto que cuando llegan a un nivel superior tienen miles de deficiencias. En nuestro tiempo, por lo menos, teníamos balones y recursos. La gente podía trabajar", recordó.
"Como estamos, no le vamos a ganar a nadie. A veces, me llama la atención que los técnicos de la selección nacional cuestionen la base. ¿De dónde salieron ellos? Bueno, muchos no salieron, se lo han dado. Hay quienes no se han esforzado ni han formado atletas. ¿Cómo van a mejorar la técnica individual y colectiva con uno o dos balones, a veces? Eso hay que superarlo. Todo está basado en los que están afuera y eso no puede ser así", afirmó el director técnico, que ganó cinco campeonatos nacionales y cuyos conocimientos y experiencia podrían ser mejor aprovechados por las autoridades deportivas del país, en aras de mejorar los resultados del fútbol cubano.
