El ex campeón mundial cubano de voleibol Abel Sarmientos vive en la actualidad de arreglar zapatos y de hacer guardias en una farmacia, según relató en una entrevista concedida al medio estatal Trabajadores.
Sarmientos, nacido en Camagüey, en 1962 e integrante del equipo nacional cubano desde 1981, cuando tenía 19 años, perteneció a una generación de voleibolistas cubanos que estuvo en la élite mundial, desde finales de los años 80 hasta principios de los 90, bajo la dirección del director técnico Orlando Samuel.
El resultado más relevante de su carrera a nivel internacional fue el título en la Copa del Mundo de Japón en 1989. A este suma varios subtítulos en la desaparecida Liga Mundial de Voleibol, de la que se disfrutaron varios partidos en la Ciudad Deportiva.
La selección, integrada además por jugadores estelares cubanos de la época como Joel Despaigne, Raúl Diago, Rodolfo Sánchez, Ihosvany Hernández, Manuel Torres e Idalberto Valdés, estuvo muy cerca de alcanzar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, la mejor ubicación de los equipos masculinos cubanos en estos certámenes.
Sarmientos se retiró del deporte activo en 1994. Tras varios años como profesor y de haber cumplido varios acuerdos de colaboración ha sido relegado al olvido. En la entrevista con el medio estatal, además de hablar sobre sus insatisfacciones, desmintió rumores de que se había entregado a la bebida.
"No soy un borracho, ni un alcohólico. No sé de dónde salió eso. Cualquiera se toma un trago", aclaró.
"Llevan años mintiendo sobre mí. ¿Cómo es posible? Estuve muchos años en el equipo nacional, con resultados, después como profesor en la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte. ¿Puede un alcohólico hacer eso?", cuestionó y aseguró que "nunca han venido a preguntarme o averiguar si soy un borracho".
El ex atleta cubano dijo no estar contento con su situación y aseguró tener quejas, como que a su casa no ido "nadie de la Comisión Nacional de Atención a Atletas. Me han visto y ni me conocen. A otros vecinos que fueron atletas sí".
Contó además que posee un carro que le fue entregado hace más de 20 años, pero no podía hacer uso de él.
"Tengo la asignación de un auto hace más de 20 años. Se rompió y me quitaron la asignación del combustible. Dijeron que debía llevarlo a la Dirección Provincial de Deporte. ¿Cómo lo hago? Roto y sin gasolina. 'Tírale una foto me dicen', lo hago y señalan que no es suficiente. Sé que hay quienes hicieron negocio con sus autos. Yo no. ¿Quién vino a comprobar cómo tengo el carro?", preguntó y respondió él mismo: "Nadie".
"No tengo vínculo con el INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación). Soy un hombre del deporte, pero no sé si regrese. Reparo zapatos", afirmó. "Ah, y estoy de custodio en una farmacia, ¿puede un borracho tener esa responsabilidad?", preguntó otra vez en referencia a los rumores sobre su condición de borracho.
Sarmientos contó además que, como muchos atletas cubanos de su época, recibió propuestas para quedarse en el extranjero.
"Recibí propuestas para abandonar el país", dijo. "Principalmente en los Estados Unidos. No me quedé porque soy de aquí. La lucha mía es acá. Ayudando a mis hijos".
El caso de Sarmientos no es único. El propio Trabajadores publicó en junio pasado la historia del ex velocista cubano Osvaldo Lara, medallista en Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe, y actualmente olvidado.
El reportaje del medio estatal reflejaba la pobreza en que sobrevivía este ex deportista, sin retiro y con solo 700 pesos mensuales por una de sus medallas.
Menos de una semana atrás, la ex campeona mundial juvenil de atletismo en la modalidad de lanzamiento de jabalina Marisleysis Duharte Morell, actualmente enferma, denunció en Facebook que, tras haber aportado varias medallas a su país, recibe solo una ayuda económica de 808 pesos cubanos que no le alcanzan para alimentarse ni comprar las medicinas que necesita.
La joven de 22 años padece una enfermedad degenerativa llamada esclerodermia que le impide valerse por sí misma. Aunque hace solo cinco años que ganó el Campeonato Mundial Juvenil de Nairobi, Kenia, lamenta que en el INDER ahora nadie se acuerda de ella.
Claro. Al terminar su utilidad para la "revolución" dejó de importarle a la misma. Cuento viejo y cansado.
Carajo, me acuerdo de Sarmiento, muy buen jugarod de voleyball. Lo tiraron pa la basura. Como a tantos otros.
En sus declaraciones lo veo resignado. Debio irse para Italia de entrenador.
Lo siento por él.