No hubo sorpresas en los duelos de semifinales del VII Campeonato Nacional de Béisbol para menores de 23 años. Santiago de Cuba y Villa Clara, los dos equipos que mejor han lucido a lo largo del corto torneo, lograron este fin de semana su pase a la final.
El domingo, en el pareo de más difícil pronostico, las Avispas orientales remontaron una desventaja de dos carreras y vencieron a los Leñadores tuneros en el partido que definía la escuadra finalista, después de estar igualados a dos triunfos por bando.
Los dirigidos por el otrora pelotero Eddy Cajigal se anotaron el éxito en los dos últimos desafíos, cuando sus rivales apenas necesitaban una victoria para alcanzar el pase a la final por primera vez en la historia de estos campeonatos.
Con una ofensiva muy por encima del resto de los equipos participantes, los bicampeones nacionales —únicos que ostentan esa distinción— fueron el segundo conjunto con más victorias en la fase regular, y en medio de la baja calidad imperante en este evento, sobresalieron desde las primeras fechas.
El sábado, los Leopardos de Villa Clara habían derrotado a los Vegueros de Pinar del Rio por tercera ocasión en cuatro partidos, para alcanzar por su parte el boleto finalista sin muchos inconvenientes.
Únicos con 11 triunfos en la etapa clasificatoria, los también llamados Azucareros llegaron a estos playoffs con el mejor promedio de bateo en toda la serie, pero fue su cuerpo de lanzadores el que sacó la cara en esta oportunidad.
Sus rivales apenas pudieron anotarle siete veces en 33 entradas, incluyendo un partido que se extendió a 12 capítulos, donde no lograron anotarles carrera.
Villa Clara y Santiago de Cuba se vuelven a encontrar en una final de esta categoría después de cinco años, disputa ganada en aquella ocasión por los orientales, lo que significó su segunda corona nacional.
El primer duelo está pactado para este martes y será campeón el primero que alcance tres victorias, al igual que ocurrió en las semifinales.
El torneo, marcado por la poca presencia de público en los estadios, ha dejado al desnudo una vez más la decadencia del béisbol en la Isla, al mostrar un bajo nivel de calidad en casi todos los aspectos de juego, incluyendo un pobre pensamiento táctico, que ha decepcionado a los más fieles aficionados a este deporte.
Lo que tienen que hacer estos ñangaras es dejar que la gente apuesten libremente en dólares y rifar 20 al final del juego y verán como se les llena el coliseo de esclavos y sirvan pan con lechón y cerveza que es lo que les gusta a los cimarrones