Después de ganar tres de las cuatro medallas de oro de la delegación cubana a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y de implantar récord en el doble hectómetro de la categoría T12 (débiles visuales profundos) en la cita estival, la corredora cubana Omara Durand anunció en televisión que competirá no durante todo 2022.
"Me tomaré un descanso para estar con mi familia y recargar las pilas en el próximo año", dijo la deportista santiaguera, cuya decisión implica perderse el Campeonato Mundial de Kobe, Japón, previsto para finales de agosto del próximo año.
La atleta de 30 años recién cumplidos volverá a competir en 2023, cuando participará en el Mundial de Paratletismo, a celebrarse en París, del 8 al 27 de julio, y en los Juegos Parapanamericanos de Chile, que tendrán lugar entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre.
Pero la nueva meta de esta deportista – que desde 2015, cuando comenzó a correr con el guía Yuniol González, ha dominado las pruebas de 100, 200 y 400 metros en la categoría de débiles visuales y se mantiene invicta en más de diez años – no es solo imponerse en el Mundial de Paratletismo, los Parapanamericanos y los Juegos Paralímpicos de París 2024, sino bajar de los 23 segundos en los 200 metros.
Puede parecer un objetivo más que difícil teniendo en cuenta que de ese tiempo solo han conseguido bajar atletas convencionales. En Cuba, lo han conseguido Roxana Díaz, quien ostenta el récord nacional de 22.69, además de Aymée Martínez (22.99), Nelkys Casabona (22.97), Nancy McLeón (22.97), Virgen Benavides (22.93), Silvia Chivás (22.85), y Liliana Allen (22.72).
Sin embargo, Durand estuvo a solo tres centésimas de lograrlo en Tokio 2020, cuando cronometró 23.02 segundos, lo que constituye récord mundial para su categoría. El hecho de que implantara esa marca sobre una pista mojada hace suponer que está en capacidad de mejorarla.
Para la corredora, 2021 ha sido un año más que exitoso. Además de haber elevado a ocho sus títulos olímpicos en Tokio 2020, tras obtener dos medallas de oro en Londres 2012 y tres en Río de Janeiro 2016, fue seleccionada para integrar el Consejo de Atletas del Comité Paralímpico Internacional, cuyo mandato se extenderá hasta París 2024. También fue elegida la mejor atleta con discapacidad del año en Cuba.
DIARIO DE CUBA la seleccionó entre los mejores deportistas del año, en la Categoría Oro, sin establecer distinción entre atletas convencionales o con discapacidad, ni entre los que representan a Cuba o los que compiten por otros países.
