A partir de la eliminación por Fidel Castro del deporte profesional en Cuba en los primeros años de la década del 60 de la pasada centuria, los atletas de la Isla que clasificaban en esa condición debieron abandonar el país con tal de mantenerse en activo. Como complemento de esa situación, la prensa nacional cubriría con un manto de silencio la labor de esos deportistas en los nuevos escenarios de competencia.
Como resultado de tal medida, y en el caso específico del béisbol, los cubanos residentes en la Isla, además de perderse la futura trayectoria de los peloteros ya establecidos en la Liga Invernal Cubana, ignorarían el surgimiento de nuevas figuras que brillarían en las Grandes Ligas de EEUU (MLB), como serían los casos de Tony Oliva, Rafael Palmeiro y José Canseco entre otros.
La televisión oficialista cubana —en particular los espacios dedicados al deporte— buscaría la manera de llenar su programación con el reflejo de otras actividades internacionales, con tal de desviar la atención del público de las actuaciones de los peloteros cubanos en la MLB. De esa manera comenzaba la fiebre del fútbol en la Isla. En los medios de difusión oficialistas se informaba hasta el más mínimo detalle de todas las ligas europeas y americanas de fútbol, y ni media palabra acerca del béisbol internacional.
Más acá en el tiempo, se iba a producir cierta desescalada en las medidas anti MLB. La televisión cubana inauguraba el programa "Béisbol internacional", que trasmitiría algunos juegos de esa Liga —casi siempre en los que no participaban peloteros cubanos—, al tiempo que otros programas, como "Meridiano deportivo", informaban escuetamente acerca de la MLB. Por último, y como consecuencia de la ruptura del acuerdo entre Cuba y EEUU para que los jóvenes prospectos cubanos pudiesen jugar en el país norteño sin tener que abandonar definitivamente la Isla, los gobernantes cubanos decidieron poner fin al programa "Béisbol internacional". El cubano de a pie quedaba sin poder presenciar el mejor béisbol del mundo.
Por otra parte, la agencia oficialista Prensa Latina, también desde inicios de los años 60, seleccionaba anualmente a los deportistas más destacados de América Latina. Y siguiendo la tónica indicada por el castrismo, estuvo durante más de 20 años escogiendo solo a los deportistas que clasificaban como amateurs. Es decir, que para las autoridades cubanas, ningún atleta profesional podía figurar entre los más destacados de la región.
Los tiempos más recientes se han encargado de desdibujar la frontera que existía entre los deportistas profesionales y amateurs. Ya compiten juntos en las competencias internacionales. En ese contexto, Prensa Latina comenzaría a incluir a los profesionales en su lista anual de destacados. Es así que ciclistas, futbolistas —entre ellos Leonel Messi—, y tenistas, entre otros, ya han sido tomados en cuenta por esa agencia de noticias.
Así las cosas, nos aproximamos a la selección de los más destacados de este 2021. El periódico oficialista Juventud Rebelde, en su edición del pasado 9 de noviembre, dio a conocer la relación de los deportistas nominados para tal condición. Un total de 15 deportistas, entre los que figuraban los peloteros Julio Urías, de México, y el puertorriqueño Carlos Correa, ambos de muy buena actuación en la más reciente campaña de la MLB.
Sin embargo, resaltaba la no inclusión en esa lista de los peloteros cubanos Yulieski Gurriel y Jorge Soler. El primero fue Guante de Oro en su posición y quedó como líder de bateo de la Liga Americana; mientras que el segundo fue declarado como el jugador más valioso de la Serie Mundial, en la que su equipo, Bravos de Atlanta, derrotó a los Astros de Houston.
Evidentemente estamos en presencia de una deliberada exclusión por parte del castrismo. Gurriel y Soler tienen que ser castigados de alguna manera por atreverse a abandonar la Isla para incursionar en el mejor béisbol del mundo. Se trata, de alguna manera, de otra agresión contra el béisbol cubano por parte de esos que, paradójicamente, lo han colocado en la categoría de Patrimonio Cultural de la Nación.
Yulieski no debió haber recibido el guante,estuvo bien pero no fue el mejor primera base,y Jorge Soler es un paquete,sus primera cinco temporadas fueron muy malas,las tres últimas han sido mejores,solo queda ver si se mantiene,con Kansas fue un desastre.