Superada la mitad del campeonato de béisbol cubano y a solo ocho desafíos de completar el segundo tercio de competencias, no hay claridad aún respecto a los equipos que pasarán a la muerte súbita de la post-temporada.
Además de la paridad habitual entre la mayoría de los conjuntos participantes, las continuas lesiones y el comienzo de las contrataciones de peloteros para algunas ligas del Caribe han dejado mudos a profetas y adivinos.
Según los partes médicos, en esta temporada han aumentado escandalosamente las lesiones de los peloteros y, aunque no están claras las causas, el confinamiento casi obligatorio durante los primeros meses de la pandemia y los juegos diurnos que conspiran con los horarios de entrenamiento tienen mucho que ver en esto.
Por otra parte, con el inicio de algunas ligas profesionales en el área, varios peloteros claves en los equipos que están en la pelea por la clasificación comenzarán a abandonar la campaña, cambiando de la noche a la mañana las columnas vertebrales de las escuadras y haciendo añicos los vaticinios precompetencias de muchos especialistas.
Tal es el caso, entre otros, del estelar lanzador de los Alazanes de Granma Lázaro Blanco (Liga de Nicaragua), su coequipero y jardinero Raico Santos (Liga Venezolana), y el también serpentinero Nolevis Entenza, de Matanzas, autor días atrás de un "no hitter".
De momento, la serie se mantiene muy interesante, con una diferencia de solo seis partidos entre el primer lugar y el puesto número 11. La ofensiva ha ido disminuyendo con los días, los nocauts se han perdido de los estadios y se están dando partidos reñidos, más a tono con los fundamentos de este deporte.
Este sábado, la mitad de los desafíos terminaron con una lechada (nueve ceros) y el domingo también se anotaron pocas carreras para descender el bateo colectivo hasta 297 Ave (el más bajo desde que comenzó la temporada). La producción de cuadrangulares anda por uno cada 42.3 veces al bate, nada comparable con las estadísticas desproporcionadas de buena parte de la serie.
El picheo aún muestra numeritos rojos, pero un promedio de carreras limpias de 5.28 cada nueve entradas, un whip de 1.66 y 1.06 ponches por cada base por bolas concedida ya están más a tono con la calidad que presenta el béisbol cubano de la actualidad.
En cuanto a los líderes individuales, el impresionante cienfueguero César Prieto, de solo 21 años de edad, comanda los bateadores con 407 de average y ahora mismo anda inmerso en una cadena de 36 partidos consecutivos bateando de hit (el récord era 35), aunque no se ha homologado por tener un partido suspendido casi al comienzo de la seguidilla.
El capitalino Lisbán Correa es el rey de los jonrones, con 16, y el que más carreras impulsa, con 47; mientras que el tunero Yuniesky Larduet es el máximo estafador, con 14.
Desde el montículo, el espirituano Yankiel Mauri se convirtió esta semana en el líder en efectividad con 1.19, el santiaguero Carlos Font tiene siete éxitos, el matancero David Mena ha salvado nueve partidos, y el camagüeyano Frank Madan acumula ya 58 ponchados.
La tabla de posiciones presenta ahora a Matanzas en la cima (27-15) seguido por Cienfuegos (25-16) a un juego y medio, Granma y Santiago de Cuba (25-17) están a dos juegos, Sancti Spíritus (24-17) a 2.5, Camagüey (23-17) a tres juegos completos, Pinar del Río (22-19) a 4.5 y Villa Clara (21-19), cerrando la zona de clasificación, a cinco rayitas de la primera posición.
En la batalla por un puesto en la post-temporada está Industriales (22-20) a cinco juegos, Las Tunas (21-20) a 5.5, Holguín (21-21) a seis, y Mayabeque (20-22) a siete partidos de diferencia.
Sin muchas opciones, cierran los puestos del 13 al 16, Ciego de Ávila (15-23), Guantánamo (14-28), La Isla (9-24), y Artemisa (11-30).