Lo nunca visto. Abreus, Güira de Melena y Mal Tiempo. Tres vuelacercas seguidos, cubanos, en el show. Y para ponerles la guinda, uno dominicano, de Santo Domingo, por lo que fueron cuatro. ¡Ni que el gran Miñoso hubiera estado mirando! En el centenario de las Ligas Negras, en el día en que se recordó al de Perico como lo que fue, único, Yoan Moncada (de 4-1, HR, 3RBI, R, K, .259), Yasmani Grandal (de 4-1, HR, RBI, R, 2K, .230) y "Pito" Abreu (de 3-1, HR, RBI, R, BB, K, .250) firmaron tres líneas de anjá, tres trallazos que irrespetaron las cercas y convirtieron a los jardineros de Cleveland en espectadores, dándoles el triunfo a unas Medias Blancas que además incluyeron en el séptimo turno del lineup a Luis Robert (de 2-0, K, .275), nuestro cadete constitucional, 7 a 2.
El primero de mayo de 1951, el gran Miñoso debutó con la banda del sur de Chicago, convirtiéndose así en el primer jugador negro que calzaba spikes en el dugout local del Comiskey Park. Entonces mandó la primera bola que vio a una distancia de 415 pies, inaugurando esa saga cubana reafirmada anoche. Cuatro años antes, en 1947, la integración racial en el béisbol de EEUU comenzó a materializarse a costa de la desaparición de las Ligas Negras. Tras el estreno de Jackie Robinson con los Dodgers de Brooklyn, los propietarios de equipos negros se vieron en la disyuntiva de vender barato o perderlo todo. Fue lo que le sucedió a Alex Pompez, dueño de los New York Cubans, campeones mundiales del circuito negro aquel mismo año. Pompez y los demás dueños ni siquiera podían defender la Liga que con tanto trabajo habían mantenido, so pena de ser tachados de defensores de la segregación.
Entre los jugadores en nómina de los Cubans estaba Miñoso, quien en dos ocasiones había demostrado una gran lealtad a Pompez; cuando los mexicanos hermanos Pasquel fueron a buscarlo a La Habana con un maletín lleno de dólares, y cuando los Dodgers intentaron ficharlo tras verlo desenvolverse en unos entrenamientos primaverales. No, dijo el de Perico en ambas ocasiones. Pero en 1947 las estructuras del béisbol negro comenzaron a desintegrarse, y a la oficina de Pompez en Harlem tocaron los Indios, precisamente el equipo derrotado anoche por la tanda cubana.
Miñoso podía haberse ido por su cuenta, pues nada lo obligaba a respetar las reglas de un mundo en extinción, pero otra vez fue fiel, permitiendo que Pompez se embolsara lo que le ofrecían los de Cleveland, pidiéndole a cambio, eso sí, un Cadillac.
Hoy, vemos otra galaxia beisbolística en extinción: la cubana. Mientras los mandamases del pececé analizan cómo no desaparecer, los peloteros cubanos se van, como cuenta el periodista Francys Romero en su libro El sueño y la realidad: historias de la emigración del béisbol cubano (1960-2018), del que pronto hablaremos aquí.
La segregación racial terminó en Estados Unidos por su esencia contra natura, y de esa misma manera terminará la segregación política en Cuba, solo que en la Isla no habrá Cadillacs, y sí mandamases mandando menos.
Aparte, ya en los diamantes y sin nadie de la Sierra de los Órganos, de la Sierra Maestra ni de ninguna otra sierra del caimán en los desafíos Bravos/Marlins (4 a 0), Mets/Filis (2 a 6), Nacionales/Orioles (6 a 5), Cerveceros/Cachorros (ídem), Indios/Tigres (8 a 5), Atléticos/Gigantes (15 a 3), Dodgers/Angelinos (8 a 3) y Piratas/Rojos (pospuesto), anoche las Serpientes de jonjay (de 2-0, BB, .120), que no hizo ná, volvieron a envenenar a los Padres de Erick Hosmer (de 4-1, HR, 2RBI, R, BB, .282), que por segunda jornada al hilo botó una bola, 5 a 4; los Rockies de Nolan Arenado (de 5-1, K, .244) se vengaron de los Rangers, 10 a 6; los Astros del Yuli Gurriel (de 4-1, K, .280) hundieron a los Marineros, 3 a 2; las Medias Rojas de J. D. Martínez (de 3-1, B, K, .238) siguieron pisoteadas por los Mulos, 2 a 4; y los Mellizos de Álex Ávila (de 1-1, 2B, 2R, 2BB, .240) volvieron a decapitar a los Reales de Jorge Soler (de 4-1, 3K, .244), que ha abanicado la brisa en doce de sus últimas quince comparecencias al plato, 4 a 2.
Por último, mención al doble castigo de los Rayos a los Azulejos del junior de los Gurriel (de 4-0, .226), 3 a 2 y 7 a 5 en 8. En ambos duelos, Yandy Díaz (de 4-2, R, BB, y de 1-1, BB, .301) se benefició de pifias que permitieron nivelar las acciones. En el matutino debió avanzar de la inicial a la antesala tras un indiscutible al right, pero el cortador no atrapó el tiro de vuelta y el de la Villa del Undoso siguió hasta el plato. Luego, en el vespertino, perdiendo por una en las postrimerías de un duelo pactado a siete entradas, hizo lo que tan bien sabe, que es dirigir la bola hacia la banda contraria, dándole con la punta del bejuco, cosa que fue suficiente. El jardinero se enredó antes de devolverla al cuadro y permitió que marcara el que andaba por las almohadillas.
Doble victoria para la banda de Tampa, pues, que sigue con la proa rumbo a octubre.
Recogiendo el bate y las pelotas
En resumen: las palmas de la jornada para los que jugaron como si Miñoso estuviera mirando, y para el de Tampa.
En total: pasado el primer tercio de la temporada, el de Tampa (17) y Grandal (12) son los cubanos más pacientes, los que más boletos negocian, seguidos por J. D. Martínez (10).
Nos vimos ayer, nos veremos mañana.
Liga Nacional
ESTE: Miami (9-6), Atlanta (13-10), Filadelfia (8-9), Washington (8-11), NY Mets (9-14) CENTRO: Chicago Cubs (13-6), Milwaukee (10-10), San Luis (4-4), Cincinnati (9-11), Pittsburgh (4-14) OESTE: LA Dodgers (16-7), Colorado (13-8), Arizona (11-11), San Diego (11-12), San Francisco (8-15).
Liga Americana
ESTE: NY Yankees (15-6), Tampa (14-9), Baltimore (12-9), Toronto (7-11), Boston (6-16) CENTRO: Minnesota (14-8), Cleveland (13-9), Chicago White Sox (11-11), Detroit (9-10), Kansas (9-13) OESTE: Oakland (16-6), Houston (11-10), Texas (10-10), LA Angels (7-15), Seattle (7-16).
