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béisbol de Grandes Ligas: La tanda cubana

Segregación en Cuba: el genocidio cultural de Higinio Vélez y los camaradas

La segregación política en Cuba sigue el mismo principio que la segregación racial que dio pie a las Ligas Negras de Béisbol en EEUU, cuyo centenario se celebra hoy.

Pinar del Río
El norteamericano Oscar Charleston, con el uniforme de los Leopardos de Santa Clara, en 1923.
El norteamericano Oscar Charleston, con el uniforme de los Leopardos de Santa Clara, en 1923. Getty Images

Hoy se celebrará el centenario de las Ligas Negras en EEUU. En la primera mitad del siglo XX, la segregación en los diamantes norteamericanos influyó en el desarrollo de la pelota en Cuba, donde negros y blancos cubanos jugaban mezclados con blancos y negros norteamericanos que, en invierno, atravesaban el estrecho de Florida para ganarse la vida.

Así, los aficionados nacionales pudieron ver a Cristobal Torriente firmar más vuelacercas que el mismísimo Babe Ruth en 1920, al incomparable Oscar Charleston barrer el center field de los Leopardos de Santa Clara en el 23, a "Cuchara" Lloyd recoger todo lo que pasara por el campo corto del Habana en el 24, o a Max Lanier, "el Moustro", darle la victoria al Almendares en la temporada del 47.

La pelota, en Cuba, se hizo grande y dinámica gracias a la integración racial y a su vocación internacional, de la que salieron visiones como la del pionero Alex Pompez, cubano nacido en Cayo Hueso, criado en Tampa y devenido harlemita, dueño y arquitecto de aquellos New York Cubans que todavía nos hacen suspirar.

Hoy, sin embargo, la Isla es la antítesis de todo eso, el país donde la segregación ideológica promovida por un tipo rencoroso y defendida por una banda de energúmenos, en su esencia contra natura y reaccionaria, ha provocado el vaciamiento de los estadios y uno de los capítulos de emigración más gigantescos asociados al deporte en la historia contemporánea, según demuestra el periodista Francys Romero en su libro El sueño y la realidad: historias de la emigración del béisbol cubano (1960-2018), del que pronto hablaremos.

Es decir, que de un país en el que independientemente de su procedencia, color de piel o ideas políticas, cualquiera que tuviera el talento suficiente podía jugar pelota, hemos pasado a uno en el que no pueden hacerlo ni siquiera los cubanos que no comulguen con las ideas o imposiciones de los ñángaras del pececé.

Y así nos va.

Hoy en Estados Unidos se celebra la integración, mientras en la Isla siguen socotrocos como don Higinio Vélez, presidente de la estatal Federación Cubana de Béisbol, diciendo que los del Partido estudian un proyecto que incluiría la posibilidad de que cubanos emigrados puedan volver a integrar el equipo nacional. Menuda obscenidad. ¡Deberían ser juzgados por genocidio cultural esos funcionarios! Y allá quien les crea. De momento, mientras analizan, deberían dar indicaciones para que la dizque prensa que controlan hable de lo que tiene prohibido hablar, que es de lo que a todos los cubanos les gustaría leer; es decir, de los centenares de jugadores que han escapado del país y que hoy juegan por medio mundo, segregados y estigmatizados.

De todos, anoche, los mejores fueron el mayor de los hermanos Gurriel, Yulieski (de 3-2, HR, 2B, RBI, R, .282), y "Candelita" Iglesias (de 5-3, 2B, RBI, R, .400). El primero desapareció una bola por segunda jornada al hilo, marcando la diferencia en el triunfo de sus Astros, con Yordan Álvarez (de 4-1, R, .250) de cuarto bate, sobre los Marineros de Seattle, 2 por 1; el segundo volvió a castigar a los serpentineros rivales y subió a cuatrocientos su promedio de la temporada, en la victoria de los Orioles sobre los Nacionales, 7 a 3.

De ninguno de ellos informaron Higinio y sus muchachos, así que mucho menos lo hicieron de Yoan Moncada (de 3-0, RBI, K, y de 2-0, BB, K, .260), Yasmani Grandal (de 2-0, BB, K, y de 2-0, R, BB, .228), "Pito" Abreu (de 2-0, BB, K, y de 3-0, K, .247) y Luis Robert (de 2-1, 2B, BB, K, y de 3-1, HR, K, .282), picoteados por partida doble junto a sus Medias Blancas por los Cardenales de San Luis, 1 a 5 y 3 a 6.

¿Por qué no hablan de ellos los comecandelas del Granma y la televisión nacional, de dónde sacaron el derecho a negarles la existencia?

En toda la prensa nacional no apareció tampoco el nombre de Jorge Soler (de 3-0, 3K, y de 3-0, 3K, .244), maltratado anoche en el intercambio de honores entre sus Reales y los Mellizos de Álex Ávila (de 3-0, 2K, .208), 2 a 4 y 4 a 2; el de J. D. Martínez (de 4-2, 2RBI, K, .234), descosido junto a sus Medias Rojas por los Mulos, 5 a 11; el de Albert Almora (R, .143), que con sus Cachorros no pudo morder a los Cerveceros, 5 a 6 en 10; el de Nolan Arenado (de 3-0, RBI, .247), cazado junto a sus Rockies por los Rangers, 4 a 6; el de Erick Hosmer (de 5-2, HR, 2RBI, R, K, .286), envenenado junto a los Padres por las Serpientes, 6 a 7; y ni siquiera el del guantanamero Adeiny Hechavarría (de 4-1, 2B, K, .217), quien con sus Bravos ensartó a Eddy Álvarez (de 3-0, 2K, .200) y los Peces, en Miami, 2 por 1.

El silencio de los camaradas fue tan profundo como la ausencia de cubanos en los duelos Mets/Filis (2 a 6), Indios/Tigres (3 a 1), Atléticos/Gigantes (7 a 6), Dodgers/Angelinos (6 a 5 en 10) y Piratas/Rojos (pospuesto).

Y es que la segregación política en Cuba hoy sigue el mismo principio de la segregación racial que, en EEUU, dio lugar a las Negro Leagues. Unos seres humanos avasallando a otros en nombre de una idea aberrante.

El centenario que hoy se celebra en el norte es equivalente al atraso en el que Higinio y los camaradas han sumido al caimán, siguiendo los preceptos de un Fidel Castro que, siendo dictador, se decía pelotero.

Recogiendo el bate y las pelotas

En resumen: las palmas de la jornada para el mayor de los Gurriel y para "Candelita", aunque los niños cubanos no sepan quiénes son.

En total: con su promedio ofensivo de .400, "Candelita" Iglesias es cuarto en el show. Y con sus nueve dobletes, tercero. Tomen nota, camaradas.

Nos vimos ayer, nos veremos mañana.


Liga Nacional

ESTE: Miami (9-5), Atlanta (12-10), Filadelfia (7-9), NY Mets (9-13), Washington (7-11) CENTRO: Chicago Cubs (13-5), San Luis (4-3), Milwaukee (9-10), Cincinnati (9-11), Pittsburgh (4-14) OESTE: LA Dodgers (15-7), Colorado (12-8), San Diego (11-11), Arizona (10-11), San Francisco (8-14).

Liga Americana

ESTE: NY Yankees (14-6), Baltimore (12-8), Tampa (12-9), Toronto (7-9), Boston (6-15) CENTRO: Minnesota (13-8), Cleveland (12-9), Detroit (9-9), Chicago White Sox (10-11), Kansas (9-12) OESTE: Oakland (15-6), Texas (10-9), Houston (10-10), LA Angels (7-14), Seattle (7-15).

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2 comentarios

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Profile picture for user Don Carlitos

No ha habido en la historia de Cuba un gobierno más segregador (si cabe la palabra) y exclusivo que el diabólico engendro dado en llamarse "Revolución Cubana".

"... La calle, las universidades, etc, son para los revolucionarios" ¿Y los que no son revolucionarios acaso no tienen los mismos derechos? Hay una definición de democracia que a mí me gusta mucho aunque realmente no sé quién la escribió por primera vez "Democracia no es el poder de la mayoría, sino el respeto a los derechos de la minoría".

Si tuvieran una gota de honradez y un mínimo de vergüenza, harían un plebiscito para determinar cuántos cubanos (de adentro y de afuera, porque todos lo somos y tenemos los mismos derechos aunque ellos mediante el miedo y el terror impongan lo contrario) queremos vivir bajo tanta hambre y miseria material, espiritual y moral.

Nunca olviden la sentencia martiana (A quien también se han querido robar) "La patria es de todos".

Profile picture for user Ana J. Faya

Excelente, Neno Díaz, excelente. Me pregunto qué diferencia hay entre esta segregación en la pelota de que usted habla con razón, y el rechazo a recibir en la isla la ayuda humanitaria que un sector del exilio organizó. Ninguna, pienso yo. Dividieron la nación cubana en nombre de una idea en los 60 y en nombre de su sobrevivencia en el poder la siguen dividiendo.