El 2019 amaneció para el béisbol nacional con el impensado convenio entre las Grandes Ligas (MLB) y la Federación Cubana de Béisbol (FCB), que prometía una reducción importante en cuanto al éxodo de los peloteros de la Isla.
Digo una reducción porque, contrariamente a lo que todos publicaban sobre el tema, el pacto Cuba-MLB no era el final de la emigración. Muchos jóvenes de entre 13 y 15 años iban a continuar saliendo del país, acogiéndose a una posible penalización de dos años, pero agilizando el proceso de convertirse al béisbol profesional.
Sin embargo, a principios de abril y por diversas razones, el Gobierno de Estados Unidos canceló el convenio. A partir de ese momento las puertas del éxodo volvieron a reabrirse y más de un centenar de beisbolistas cubanos partieron, entre ese 9 de abril y el 31 de diciembre de 2019.
Todo fue un espejismo. Y lo que parecía una fiesta terminó como una pesadilla recurrente.
El promedio de edad de los 106 peloteros emigrados —según confirmaciones personales que obtuve— quedó fijado en los 17.8 años.
Los nombres de Yoelkis Céspedes y Norge Vera Jr. (hijo del lanzador Norge Luis Vera) fueron los más publicitados. Vera tiene ya a las Medias Blancas de Chicago como equipo favorito, dispuestos a pagar una suma de entre 1.5 y 2 millones de dólares por sus servicios. Yoelkis, por su parte, representado por Magnus Sports, espera presentarse próximamente ante distintas organizaciones de Grandes Ligas, luego de ser clasificado por MLB Pipeline como el mejor prospecto internacional.
Ambos abandonaron la concentración del equipo Cuba en tierras estadounidenses durante el verano.
Otros peloteros con experiencia en Series Nacionales como Leandro Turiño, Norel González, Sergio Barthelemy, Daniel Condes, Geidys Soler, Orlando Acebey, Víctor Labrada y Daniel López (destruyó el Nacional Sub-23 con .387 y seis cuadrangulares) también dejaron la Isla buscando mejores oportunidades.
Un total de 28 (26.4%), de los 106 que optaron por desligarse del sistema cubano, vieron acción en al menos una campaña de Serie Nacional.
La tendencia de salida entre peloteros de 15 a 17 es una realidad manifiesta. Los cazatalentos desechan cada vez más frecuentemente edades superiores a los 22 años. El mercado ha variado los métodos de búsqueda y es por esto que los patrones del éxodo han mantenido el descenso de las edades.
Prospectos como Dyan Yamel Jorge (firmará por 2.8 millones con los Rockies de Colorado), Edgar Quero, Brander Guevara, Osiel Veranes o el receptor habanero José Dariel Puig, todos en los 16 años, no vieron más futuro en el béisbol que propone Cuba, por lo que nuevamente abrieron el hueco estructural de la pérdida de talento en categorías tempranas.
Antes de la cancelación del acuerdo Cuba-MLB reinaba el esceptismo, y según datos que logré compilar, no más de 15 peloteros salieron entre enero y el 8 de abril. Sin embargo, cuando todo se derrumbó, más de 90 cambió el escepticismo por el éxodo.
Nueve de los que supuestamente integraron el listado de 34 jugadores enviado por la Federación Cubana de Béisbol a Major League Baseball, se marcharon del país. Ahí tenemos nombres como Daniel Condes, Raymond Figueredo, Yoelkis Céspedes, Norge Vera, Norel González, Sergio Barthelemy, Carlos Pelegrín, Narbe Cruz y Ricardo Ramos.
Mark Bryan Puente, bateador zurdo y lanzador de La Habana, abandonó el país hacia la República Dominicana con 13 años, en compañía de un adulto y por medios legales.
Mientras, los jugadores más envejecidos entre los 106 fueron Orlando Acebey y Geidys Soler.
Acebey determinó bajarse en el tren del equipo Cuba durante su gira por Estados Unidos en el verano de 2019, intentando la entrada en los sistemas de Ligas Independientes. Soler, por su lado, se desplazó a la lejana Rusia, donde junto a otros cubanos integra el equipo nacional de ese país, luego de desilusiones prolongadas y problemas que nunca resolvió la envoltura cada vez más obsoleta del béisbol cubano.