Aunque la final de un Mundial de Fútbol siempre levanta pasiones entre el público cubano, este año el espíritu festivo no ha sido tan marcado en La Habana como en copas anteriores. A merma del interés por la eliminación de los equipos favoritos de los aficionados de la Isla se ha sumado que las ofertas especiales para aprovechar el entusiasmo deportivo no abundaron en los negocios privados.
Muchos optaron por, simplemente, poner la transmisión de los partidos en el televisor del local, y los estatales tampoco tuvieron propuestas atractivas.
El Café Suiza, en la calle Obispo, fue uno de los establecimientos que trató de aprovechar la pasión futbolística. La oferta, válida durante todos los partidos, consistía en una hamburguesa acompañada de una bebida por cinco CUC. A la entrada del local un poster actualizaba los resultados de los partidos. Pero el ahorro respecto a los precios habituales no superaba unos pocos centavos.
"No se puede decir que mucha gente mirara la oferta y viniera corriendo", admitió una trabajadora del local. "Tampoco es que mucha gente esté saliendo a gastarse el dinero para ver la final en un bar".
Jorge Antonio, trabajador del sector hotelero, recordó que durante el mundial pasado "el bar del hotel donde trabajaba estaba repleto, no de de extranjeros, sino de cubanos que se gastaban los dólares para ver el partido con aire acondicionado y tomando cerveza".
"Este año la cosa está flojísima. Muy poca gente ha venido por aquí. La jugada está demasiado apretada como para tirar el dinero saliendo a mirar un partido. No solo para la gente, también los locales están encontrando difícil resolver mercancías. Imagínate que en mi hotel ni siquiera hay cerveza, y eso que es del Gobierno".
Propietarios de establecimientos privados también señalaron la escasez como principal impedimento para brindar ofertas por el Mundial.
"Ten en cuenta que la cerveza se compra en las tiendas del Estado y uno le pone un poco más de precio para ganar. Si le rebajas algo para que la gente venga a ver el Mundial, se te esfuma la ganancia", explicó el propietario de una cafetería en Centro Habana.
"Yo tiré las cuentas pensando que a lo mejor se ganaba si compraban cosas de picar, pero al final me resultó arriesgado. Decidí hacer lo que todos: poner el partido en la televisión y que la gente que esté consumiendo lo pueda ver".
Para los propietarios consultados, esa opción fue "la única oferta razonable". Simplemente mantuvieron sus menús especiales durante el Mundial, aunque estos por lo general solo contemplan comidas y bebidas no alcohólicas.
Ver los partidos en los cines fue durante eventos pasados una opción bastante popular. Sin embargo, durante este mundial no se les ha dado la misma promoción.
"No puedo decirte que nos hiciéramos ricos. Pero era un día bueno, la gente compraba frituras o panes cuando venía entrando a la sala, así que no era raro que la mercancía se te agotara rápido", dijo Adelaida, dependiente de una cafetería cercana al Payret.
"Me imagino que era también buen negocio para el cine, porque la entrada era más cara que para ver una película". Ahora que el Payret está cerrado, para Adelaida el día de la final ha sido "lo mismo que cualquier otro día".
Incluso los concursos televisivos en Tele Rebelde fueron menos generosos en este Mundial, lo que para los espectadores denota una crisis no declarada.
"La cosa esta mala. No tienen de dónde sacar dinero y no parece que tengan ganas de estar regalando cosas", opinó Yunior, maestro de primaria.
"Fíjate que el concurso de Tele Rebelde de este mundial solo te regalaba un par de zapatillas y tenías que decir los tres primeros lugares y el máximo goleador. En mundiales pasados tenían un concurso para adivinar el mejor jugador, los tres primeros lugares y el máximo goleador cada uno por separado y con su premio".
"Estamos en medio de las vacaciones y con baja de turismo, que es una de las principales entradas de dinero para el cubano, ya sea puteando o vendiéndole tabaco", comentó Arnaldo, arrendador privado.
"Salir a ver una final del Mundial en un bar gastándote el dinero en cerveza no es la mejor idea. Yo mismo, que para un cubano promedio tengo un salario decente, prefiero guardar el dinero y mirar el partido tranquilo en mi casa".