Hoy veintiocho de noviembre renuncio a su nombre.
No hay lugar al que asistir, no hay reuniones
para nombres anónimos.
Más que una adicción, su nombre es un oscuro delirio
y es tan culpable como yo de que así sea.
No hay lugar en esta casa, ni en esta ciudad,
no hay libro, ni idea que se me ocurra
donde no aparezca.
Está metido en mi sangre
como una enfermedad desconocida.
Tomo agua a cántaros a ver si lo orino.
Me he prohibido el café que tanto le gustaba.
No como tortilla, ni pescado, y no pasa nada.
Por eso he decidido renunciar: ni regalos,
ni llamadas, ni mensajes.
Esta mañana lo escribí en un papel de estraza,
hice un agujero en la pared que está afuera
de mi puerta y lo dejé allí.
Armando Suárez Cobián nació en Antilla, en 1957. Ha publicado los libros de poemas Corre ve y dile (Extramuros, La Habana, 1986) y Nueva York no eres tú (Torre de Letras, La Habana, 2013), y el volumen de cuentos El libro de los amores breves (Lingkua, Barcelona, 2014). Este poema pertenece a un libro inédito.