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Poesía

Tres poemas de 'Postkarten' de Edoardo Sanguineti

'...pero yo floto en paz, con mi cabeza así de neumática, mientras me la controlo,/ que resalta, el bello perfil rígido de una escalera de incendios:'

La Habana
Begijnhof, Amsterdam.
Begijnhof, Amsterdam. Lamsterdam

 

2.

continúo desde el Parkhotel, hacia las y media: salgo de una Bali, sacudido
por una rijsttafel, y por una serie de diapositivas neblinosas, en los ineludibles barrios
de pequeños diques:
            pero en el centro, con la Borsa di Berlage, están los nombres perversos
de los callejones (cosas como antiguas o nuevas, delante o detrás, barreras de piedra
del castillo, claro si entendí bien), y el patio del Begijnhof
(un cementerio, te cuento, bajo cero):
          agrego las normas (que diciendo inciertas
no digo nada, todavía) para los autos que caen al agua: (sucede a menudo, aquí,
parece: pero yo floto en paz, con mi cabeza así de neumática, mientras me la controlo,
que resalta, el bello perfil rígido de una escalera de incendios:
                                         buenas noches):


3.

dentro del confuso color perla que aplana cielo y polders, he aquí
que se aparta de pronto, con las aretes y los aretes, no sé si el negrito
o la negrita en shorts, mínimo mimo:
                        la escena es en Dronten,
y más exactamente en el Meerpaal, donde cacarean saltando, pingües waterhoentjes,
las frívolas jovencitas del balonmano:
                         de vez en cuando, créeme, me pregunto
qué hago, yo, aquí: te ruego que respondas en mi nombre: (es urgente):


4.

delante de Charlene (1954), que tal vez sea nombre de mujer (y tal vez no: la cuestión
sigue en suspenso: y el exhaustivo catálogo SM nada dice, al respecto),
pero ampliamente manchado de sangre, pasé y pasé, para verificarme
mil veces, sorprendido y deshecho:
                    me refiero, ahora, al estricto espejo
deformante, erguido bajo los ridículos colores de una trivial sombrilla destartalada:
y a la bombilla intermitente, que me pone bizco, si sigo, porque me hace cosquillas,
impertinente, en el rabillo del ojo:
                            he leído de todo un poco, en historietas
masacradas: (Hospital Tests, entre otros: por tanto, mi estómago
es esquemático y delicado, y me examino: ¿indigestión? ¿náuseas? ¿diarrhoea?):
los reflectores no reaccionan, en cambio: (protegidos, en el límite, por previsora
gasa de seda, de lunares negros):
                          iré feliz al matadero,
amor, en este desorden de pasta, de cola, de semen, de barniz:

 

 

2.

riprendo dal Parkhotel, verso la mezza: riaffioro da una Bali, travolto/ da una rijsttafel, e da una serie di nebbiose diapositive, nei quartieri obbligati/ delle piccole dighe:/ ma al centro, con la Borsa di Berlage, stanno i nomi perversi/ delle calli (cose come antichi o nuovi, davanti o dietro, argini di pietra/ del castello, sempre se ho inteso bene), e il cortile del Begijnhof/ (un cimitero, ti dirò, sotto zero):/ aggiungo le norme (che dicendo incerte/ dico niente, ancora) per le automobili che precipitano in acqua: (accade sovente, qui,/ pare: ma io galleggio in pace, con la mia testa tanto pneumatica, mentre me la controllo,/ che sfavilla, la bella sagoma secca di una scala antincendio:/ buona notte):

3.

dentro l’informe colore di perla che spiana cielo e polders, ecco/ si stacca di scatto, con le orecchine e con gli orecchini, non so se il negrettino/ o la negrettina in calzoncini, minimo mimo:/ la scena è a Dronten,/ e piú esattamente nel Meerpaal, dove schiamazzano saltellando, pingui waterhoentjes,/ le scialbe giovanotte del pallamano:/ di tanto in tanto, credimi, mi chiedo
che cosa ci sto a fare, io, qui: ti prego di rispondere a mio nome: (è urgente):

4.

davanti a Charlene (1954), che forse è un nome di donna (e forse no: la questione/ rimane sospesa: e l’esaustivo catalogo SM non dice niente, in proposito),/ ma macchiato di sangue largamente, sono passato e ripassato, per verificarmi/ mille volte, stupefatto e disfatto:/ alludo, adesso, allo stretto specchio/ deformante, eretto sotto la tavolozza derisoria di un frivolo ombrello spiaccicato:/ e alla lampadina intermittente, che mi rende strabico, se ci insisto, perché solletica,/ impertinente, la mia coda dell’occhio:/ ho letto di tutto un po’, tra i fumetti/ massacrati: (Hospital Tests, tra l’altro: quindi, il mio stomaco/ è schematico e fragile, e io mi esamino: indigestion? nausea? diarrhoea?):/ i catarifrangenti non reagiscono, invece: (protetti, al limite, da cauta/ garza serica, a pallini neri):/ andrò al macello allegro,/ amore, in questo pasticcio di pasta, di colla, di sborra, di vernice:


Edoardo Sanguineti (Génova, 1930-2010). Uno de los protagonistas de la neovanguardia italiana del siglo XX, fundador del Gruppo 63. Su obra poética ha sido recogida en las antologías Segnalibro (1982), Il gatto lupesco (2002), Mikrokosmos (2004) y Varie ed eventuali (2010). Postkarten, cuaderno al que pertenecen estos poemas, fue publicado originalmente en 1978.

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